miércoles, marzo 26, 2008

Ni el toro ni las astas.
Ni el asado ni el hambre.
Dos egoismos en estado puro chocando por su karma de boludeo, y mientras tanto en el disfraz de dama se esconden las miserias que todos penan.
Es injusto que las risas caras paguen con la misma moneda que las manos ensangrentadas.
Es injusto que al aire le impongan precio si hay unos que se sientan a ver engordar su colchón y otros duermen abajo de un toldo ajeno.
Y es triste que el culo no sea el mismo para todos.

lunes, marzo 17, 2008

Perfección de cotillón.

¿Realmente creerán que las imperfecciones se solucionan con un cuchillo o una goma?
Qué tristeza de vacío emocional, de valores inválidos.
Miles de cabecitas soñando con ser como el maniquí que se pavonea por los grandes carteles, deprimiéndose por sus particularidades, creyendo en la regla de la belleza como un dios incuestionable que castiga a los naturales.
Obsesiones por montones, corazones llenos de silicona. Lo fácil de vivir pendiente de lo que se puede modificar con una billetera rechoncha.
El absurdo desprecio por la vejez y sus arrugas, antes símbolos de sabiduría.
Toda esta cultura de la cáscara está dejando al huevo seco.


Tristes bellezas sus cáscaras caras
sus rostros impuros, sus máscaras raras.

Tristes sus risas de revistero
como talladas en simultáneo
sin la delicia de lo espontáneo
sin la alegría de lo sincero.

Triste certeza de perfección
que abandona el corazón
por perseguir la coraza.

jueves, marzo 13, 2008

Amor arañado.

Garras,
espinas que arañan,
y en sus reacciones dañan
los pétalos compartidos.

Miradas que hace crujir
la estantería en el pecho.

Las respuestas han tajeado
con su oxido afilado
la sonrisa de algún niño.

Nuestro sentir entre nubes
lo va volviendo tormenta
el trueno que retumba
cuando atiza sus sombras
y apaga los resplandores.

La ceguera de sus uñas
nos desangra lentamente.

miércoles, marzo 12, 2008

Un diez.

Hubo uno que jugó a la pelota con el mundo.
Y escribió en hojas verdes los más rebeldes y delicioso versos, con la pluma en los pies y el pasado en los hombros.
Hubo uno que soñó tanto que cuando su sueño se hizo realidad no quiso volver a dormir.
Hubo uno que sin hablar dijo todo lo que muchos se callaron, expresándose como un guerrero elegante, con una bota y con un guante.
Hubo uno que lloró las lágrimas de millones de tristezas.
Hubo uno que con una sola pierna pudo saltar tan alto que casi toca el cielo por segunda vez (y por eso se aseguraron sus detractores de cortarle las dos).
Hubo uno que también se equivocó, pero eso lo hace cualquiera (aunque no cualquiera perdona).
Entonces que alguien me explique por qué hay más jueces que aplausos...

domingo, marzo 09, 2008

"Vos, igual que ayer. Igual, siempre vos."

Otro de esos días de añoralgia, viejo.
De vez en cuándo me atacás, y siempre sabés dónde aparecer para consolarme y dolerme al unísono (eso es de buen chamán).
Ojalá no veas desde tu presente este panorama y estés envuelto en mejores cosas, en otras sensaciones, quizás en un caos delicioso (imagino que sería tu paraíso soñado).
Y acá, en mi rincón abstracto y soñador, donde los oidos son la puerta de entrada del mundo, te extraño como a ninguno. Quizás sea por tus miserias tan a flor de piel, por conocerte tan vulnerable y desquiciado y sentimental, un armatoste lleno de locura que vivía para conmover a cualquiera que quisiera ser conmovido, sin tapujos ni arabescos: pura humanidad (de la buena, esa que promulgabas para los herederos de estas tierras).
Cada vez son menos los que miran todo lo que nadie ve.

martes, marzo 04, 2008

Verde es el hada, pero nunca helada, sin escarcha que así se puede uno acostar dulcemente a su lado y saborear en un helado la delicia de su boca.
Con destellos en sus ojos que supuran diamantes, acerca el cielo como si fuera tirar de una cuerda que sostiene cualquier globo colorido. Esta musa imita la perfección y es una gran interpretación.
Mientras llueve, quiero beber entera esa nube.

lunes, marzo 03, 2008

No más que miedo.

La oscuridad. La oscuridad. La oscuridad.
Cuando todo está iluminado, uno es la sombra, el miedo, el recelo de cualquiera de sus dichos que digan algo alejado.
Cualquier ajeno es dolor, cualquier palabra exprime mal. Todo es sombras si uno es sombras.
Y más sombras que nunca soy, por razones de otro idioma incomprensible, con más miedos que el niño que me cuida de hacerme viejo antes de tiempo.
Tengo terror de cualquier invasor, y me espanta hasta lo imposible, porque creer en milagros también es darle lugar a las tinieblas más absurdas.
No sé dónde ponerme para desencontrar los ce, los mié.
Y el interruptor que prende la luz del cuarto donde vive mi pensar está más averiado que los mandos de un barco hundido hace siglos.