Gente.
Mucha gente, desbordando las veredas, apilándose en estantes de cemento.
Apretándose en los subtes, enojándose en las calles, aburriéndose en las oficinas.
Vendiendo su alma y su tiempo para poder ser gente, como los demás,
esos que saben qué hay que pensar.
Gente como la gente, compartiendo simpatías y antipatías para no desentonar,
para tener un lugar en el rebaño, pretendiendo que engañan a su propia soledad.
Gente que despelleja verbalmente a los ausentes,
buscando en la sombra ajena un consuelo para la propia.
Gente que ríe de quienes no caen en la obsecuencia establecida.
Gente que no sale a la vida por miedo a cruzarse a la muerte.
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