atravieso sin despojos
con sólo cerrar los ojos
entregándome a la oleada.
Pero pierdo la calma
y resigno entusiasmos
en ideas maltrechas
que todo lo olvidan
detrás de sus sombras
(y pasados cautivos).
Lo imposible se logra
apostándolo todo,
aprendiendo a perder
pero sin acostumbrarse
ni al amargo fracaso
ni a las flores marchitas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario