La noche me sabe a siempre,
al suspiro sin final,
a respuesta por llegar.
Las aves se alborotan,
renacen a sus horas.
Miseria a flor de piel,
queriendo sin querer:
intensidad y permanecer
no suelen llevarse bien.
Ilusiones equívocas
en futuros unívocos.
Cicatriza el porvenir
mientras se desangra ayer.
La resaca vuelve al mar,
a la luna vuelvo yo,
que a pesar de lo torcido
mantengo el sentir sincero.
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