los adoquines están más simpáticos,
siempre cómplices en la noche
de algún motivo especial
que no necesita presentación
para echar a andar, para despegar.
Decir que no es más difícil
cuando todo está tan tibio.
Y la luna se desnuda
-quiere ver si así refresca-
Yo pateo un poco, otro poco vuelo
sobre el asfalto que cuece.
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