Demonio del espiral,
leyenda que la noche
se encargó de atomizar
con sus ráfagas fatales
de susurros infernales
y sueños por despertar.
Eternidad instantánea:
un poético desvelo
que germina en las entrañas
y me deporta del suelo.
Juega la imaginación
en la vera del abismo,
se pasea dando brincos,
se asoma con devoción,
le dedica una canción
y reflota su espejismo.
Montado en alguna nube
conquisto los cuatro vientos
mientras mi corazón sube
y, consigo, el sentimiento.
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