Me he sorprendido a mí mismo entre las lágrimas de un pasado a merced del dolor. El juego de las culpas se fue a un costado para que mi sensibilidad y yo tuviéramos una cnversación tete a tete en la que cobré la parte más húmeda. Es el dolor y la desesperación en el reflejo de un cálido ser que me despertó aquel lado menos sano pero más mío.
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