Vení... pero con tus ganas, no por este pedido.
Quiero mostrarte, en este atril que es mi cuerpo,
un pequeño reloj sin tiempo, un pendulo a sangre
que quiere abrirse como una flor
para dedicarte toda su colorida esencia,
esa festiva naturaleza que amanece con el sol
y a la luz de la luna se acurruca
contra los rincones que tienen tu olor
y me pide tu arrullo para un dulce sueño.
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