Todavía creer... ¿será un pecado capital?
La condena al infierno
¿vendrá por ahí?
O capaz un berretín de Satán...
Yo estoy aguardando.
Hago cruces en los círculos
triángulos en los cuadrados
y brisas en el aire.
Pero no estoy en paz.
No es una espera de mecedora,
sino más bien de miradas,
de sonrisas y códigos,
de tactos casuales
y de brazos abiertos.
De no golpearle la puerta
a los días de sol
pero sí de sentarme
en sus alrededores
a ver si salen y gustan
de iluminar
y ser admirados.
Hasta puedo invitarlos
a salir, en diferido.
Pero, sea como sea
siempre voy a precisar
(como vampiro de ley)
una aprobación
un visto bueno
un sí.
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