como su capricho de turno
encarnado entre mis huesos
hamacándose en mi mente.
Sus agujas futuristas
se van clavando sin tregua
inyectándome ansiedades.
Y el pasado se esmera
en querer ser para hoy
lo que ayer jamás logró.
Se vuelven contradicciones
los segundos que atraviesan
este espíritu inconcluso
de infinito anacronismo.
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