¿Te acordás de esta sensación?
Fah.
Se siente volver... así, como si no hubiera pasado nada.
Los lotes de la memoria vacíos de este amor
quedan en un olvido irreductible.
Y el ojo del huracán se apodera de mis sienes
como una profecía cumpliéndose otra vez.
¿Dónde estaban enterrados
los rugidos de esta palpitación?
Como si el agua jamás pasara
por debajo de nuestro puente,
ajenos al estorbo de otras palabras
que se ensucian en cualquier charco.
Pero todo lo detonado
(ese onírico estruendo invencible)
se clavó en el tiempo hasta su fin,
sin demoras ni razones,
y sangra en los corazones
que firmes siguen su estrella.
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