hasta los más turbios fantasmas:
todo se encuentra
enclavado en el ánimo.
Si el viento nos lleva o nos vuela
si la lluvia empapa o refresca:
lo decide el infalible humor.
Las perspectivas más nocivas
hacen del Sol una chispa.
Pero las buenas miradas
en todo hallan un color.
Por eso hay que resistirse
a las sombras incipientes
que brotan de cualquier lado
y se prenden como abrojos.
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