toda historia acaba bien:
el camino no es el destino
sino cada paso dado
cada rincón visitado
cada misterio exprimido,
sin un rígido final.
Todo contiene un arte
en su propio proceder,
y preciso es conocerlo
para poder comulgar
con las razones sencillas
que nos llevan a mover
aunque hayamos encontrado.
Porque el tesoro es fugaz
como todo júbilo virgen
pero luego, la riqueza
no consigue los milagros
ni el resplandor interior.
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