pero no quieras subir de un tirón:
la gloria de tu imaginación
necesita rumiar algunos milagros
para dar a luz ciertas maravillas.
No te atores de intenciones
cuando de crear se trata.
Hay luces que ciegan fiero
y sombras como guirnaldas
colgando del tendedero.
Que plasmar lo material
con el sello de tu alma
no es sólo un berretín,
y requiere las paciencias
que al tiempo no le hacen gracia.
Pero en una pincelada
(quizás en algún moldeo)
parece que llega el cielo
tras la gracia de tus manos.
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