martes, octubre 28, 2014

La derrota de la amnesia.

Los ardores del tiempo
se incineran en sus ojos:
ayer ciegos como pozos,
 hoy de fuego al enfrentar
a la amnesia del deber
apuntándole en la sien.

Su recuerdo la engrandece
porque quiso y logró ser.

Ver la tumba desde el centro
 y no ceder
a la muerte que le insiste
sin dejar
un resquicio del afuera,
ni un butrón.

Y a pesar del desencuentro
con el que la topó la historia
no hay paredes que consigan
aprisionar la memoria.

Cuando la fe se ve puesta a prueba
hace más terca su convicción.

En el silencio, un susurro es grito.
En la penumbra, una chispa es Luna.