martes, agosto 30, 2005

Trémulo de pavor.

A falta de una osadía de mi cabeza, palabras representativas.


"Miedo
de volver a los infiernos
miedo a que me tengas miedo
a tenerte que olvidar.
Miedo
de quererte sin quererlo
de encontrarte de repente
de no verte nunca más."

Sombras para las luces.

Qué efímero relámpago
ha iluminado este cielo
para luego dejarlo
en el misterio oscuro
de la tormenta espesa
sin otro rumbo
que un cauce triste
de aguas saladas.

lunes, agosto 29, 2005

No hay señales de la inspiración.
Es como si las palabras se escondieran en mi sombra. Sólo me tocan en la oscuridad.

viernes, agosto 26, 2005

Paisaje del desespero.

En este preludio sagrado
que hoy me detiene, cautivo
descubro los velos de miedos
que mellan rincones lejanos
de un alma buscando salir
por mi boca, por mis ojos
por todo mi siendo intranquilo
para delatarle a tus vigías
que las playas de mi sed
sienten calma en esas orillas
que bañás vos, océano y sol.

martes, agosto 23, 2005

Ladrillos amontonados.

Los abusos universales
por mantener viva
una mísera pared
que vuelve a cometer
los mismos desaciertos
de sus antecesores,
con las manos empapadas
en ajena hemoglobina
y la mente una prisión
mezcla de turbia consciencia
y tenebrosas promesas.

lunes, agosto 22, 2005

El sol amigo del sol (un espejo, por favor).

Entre sus rayos confunde
las perespectivas que atiende
y quizás por eso ignora
que más allá de sus ojos
no hay otra estrella vecina.

Qué tanto susto manejo
y qué otro tanto resguardo
ante el deseo de largarlo
para espiar por sus pupilas
las verdades reflejadas
que me guiñen o rechacen,
en el frío indiferente.

Y de dónde puedo agarrarme
para dejarme caer
(paradojas siempre hubo)
al abismo de tu vuelo
al cielo que te sostiene
sin arder en la caldera
de los excesos amores.

domingo, agosto 21, 2005

Banquete insípido.

A veces, de tan mutilado por el amor un ser puede volverse cuerpo inerte ante el resto de las situaciones ordinarias, y dejar de conmoverse profundamente por las cosas que no se ahogan en el mar de los suspiros.
Es como un blindaje de azucares ante el resto de la cena.

Romper ese cristal.

Esta maldita jaula de vidrio me está anotando entre las víctimas del colapso cuando en realidad lo único que quiero es abrir una ventana de mi alma para que veas lo que le gustaría decirte.
Sé que me gustaría salvarte. Sé que me gustaría cubrirte. Sé que me gustaría darte la mano y que crucemos esa avenida de los relámpagos que arrancan del cielo unos destellos impredecibles.
Pero no sé cómo explicártelo sin que las sombras te ahuyenten, ni sé cómo aplicarlo en el suburbio de esta tortura que inhibe.

miércoles, agosto 17, 2005

Maniquíes de la mediocridad.

Despiértate, inquilino del estupor,
quítate el yugo ignorante que te apresa
y vuela como ese ave que arrasa
como el sol que quema los pómulos
como la lluvia que cae para volver
a ser nube y repetir el eterno tobogán.

Alumbra tu cueva en penumbras
con el fuego de ojos abiertos
quemando los hielos primitivos
que habitan en la oscuridad
en esos rincones solitarios
donde la mente deja crecer telarañas.

Entierra el pasado y el sopor
para luego regarlo con maravillas
desde el cielo más alto de todos
sin cruces ni periferias letales
con un amor que hierve y ebulle
al calor del sensible corazón.

Florece, como el primer brote,
siendo la brizna de este real eden,
jugando las fichas al neutral cero
para ganar más de lo que nadie
pero nadie puediera ofrecerte
en billetes o rancias monedas.

martes, agosto 16, 2005

El réquiem para una noche gris.

Todo caída libre en un precipicio infernal.
La palabra conspiración, aunque paranoica, no quedaría mal. Me gobierna esa sensación de avalancha inminente que nada quiere calmar, y mis intentos se pintan de estériles, pero ese espíritu obstinado nunca se va con las manos vacías.
La persecución del consuelo termina con victoria casi sobre la hora, y la copa de campeón viene del brazo de esa mueca alegre que me da la pauta de que los goles siguen valiendo, pese a los bombardeos impunes.
Sale, doblemente, el sol en mi ciudad.

domingo, agosto 14, 2005

Un eclipse personal.

Yo sé que peco de inhibición al 2000, pero no puedo contener respiraciones y hablar ante semejante eclipse. Es el sol con saco negro... ¿de qué hablamos cuando hablamos de un sueño si esta imagen no se cruza al menos un segundo?
Ahhhh... las noches siempre tienen algo para ofrecer. Nunca dejar una noche por complacer, esa viene como moraleja de hoy.
Gracias a ese prócer que me pasó queriendo o sin querer una idea más fuerte que tantas y tantas máquinas en la mente: Yo No Abandono.
Y hay premio.
El más buscado.
No... no dinero, no poder, ni siquiera besos.
Esto, como por arte de ilusiones, supera lo insondable de una búsqueda espiritual: hay sonrisas que te pagan los viajes más hostiles.
Qué pienso saber... si soy un durazno en almibar.
Ahora que le gané una mano a la vida... ahora entiendo cuando dice que dicen que hay.
Hoy soy más que yo, mucho más. Hoy estoy en esa cosa de florecer en unos ojos.
Ojos... hay ojos como una ventana en la mañana de verano y otros que se ríen para darle la pauta de salida al sol.
Es así... cada par tiene su interpretación. Y hoy no puedo relojear rincones sin esperar un milagro que me hizo guiños notorios.
Este insomnio es el más dulce de todos.

sábado, agosto 13, 2005

Profugo.

Yo debería estar preso
aunque no haya abierto la boca
porque con una mirada loca
termino hablando en exceso
de cuánto hechizo invoca
tanto objeto de mi rezo
aunque si fuera por eso
tus pieles serían de roca
y tu sueño más espeso.

viernes, agosto 12, 2005

Oye, Andrelo...

Ilusionista de las palabras
juega con espejismos
que luego transmite sutilmente
y deleita los sentidos
que a veces lo confunden
o lo malinterpretan
(no sé qué tan mal
ni qué tanto interpretan).

Un ensayo de dios.

El regalo prometido
es un milagro encubierto
con forma de ángel sencillo:
miel y flores de Sanzón.

La canasta contiene:
un resumen del Edén,
el electro de dios
y las alas de Gabriel.

Todavía estoy dormido.

Tengo este romance
con tu recuerdo constante
que consume como agua
mi mente en lo profundo.

Hay una distancia
que quiero recorrer
entre mis sueños-papel
y tu espléndida estancia.

Desayunándome el cielo.

Tengo un sueño de caja musical
clavado entre mis neuronas
atascado en el medio del pecho
viviendo detrás de mis ojos.

Me murmulla melodías
que a veces no entiendo mucho
pero igualmente las disfruto
porque tienen una dulzura
que cae en medio de mi ser
como si este fuera un café
y el pensamiento, la cuchara.

jueves, agosto 11, 2005

La guerra contra Mister A.

Y es que da un poco de rabia
verlo rumbeando para el abismo
mientras el Abandono lo huele
como a un plato caro:
quiere cenárselo.
Esta vez más que nunca.

Pero nuestro guerrero
más por inercia que convicción
no cede ante el facilismo.
Escupe, aunque tímidamente,
sobre esa obra de teatro
(una farsa, para ser más precisos)
dando a entender su rechazo.

Sí, antes era más vehemente,
¿pero cómo escribir algo
en el libro de quejas
si él mismo ya lo llenó?
Prefiero seguir de pie
aplaudiendo la actitud,
esa que es tan suya,
esa que tomé prestada
y trato de divulgar
como una doctrina vital
(casi un dogma, podría decir).

miércoles, agosto 10, 2005

Mística y mágica.

Este hechizo, ante todo,
me inmuniza del terror
del mundo y su repulsión,
film sobre el corazón.

No hay grietas.
No hay grises.
No hay sombras.

Soy invisible
ante el horror.

Gamulán de seda en el alma (ay, Miguel).

Despertando de esto que fue una muerte llegando tarde a mi consciencia, y con el dolor de tantas penas que no puedo decir ajenas... casi propias, pero casi.
Es una nube de inspiración divina, de tus palabras, de las de Andrés, de las de queridos seres que vuelven a soñar, de las de otros que ya no tienen fuerzas para hacerlo.
Todos con sus espejos rotos, tratando de rearmarlos... y yo ayudando. Quiero ser un profesional en esos rompecabezas para poder solucionar instantáneamente cada pieza.
Hay invierno, crudo y jodido, de clima y de hombres. El cierzo bombardea los cielos. Las ganas se caen del pecho como una canica de la mesa desnivelada. Hay escasas ascuas en el fogón, y casi que encima, llueve.
Pero yo tengo un hechizo que, si bien está algo aterrorizado, me sirve de trampolín para ayudarlos, para saltar sobre sus miserias y tratar de rescatar ese ghetto de risas que queda siempre en algún lado, luchando contra la heladera universal.
Me ofrezco de refugio, y siento que puedo, al menos por un rato, cobijar sus heridas y ser curandero improvisado.
Agradezco el conjuro que me da a mí tanta tibieza en este témpano.

martes, agosto 09, 2005

Amor, para ver mejor.

Saludo con un guiño doble
a este iluminado cuarto
y me rajo a invertir
mi subconsciente en vos.

Te invoco antes que al sueño,
aunque en tu presencia
esté implícito y latente,
tratando de tapar los ojos
que me joden en la nuca.

Miro todo hacia adelante,
con vos como mis lentes
(para mejorar la vista,
y, de paso, el futuro).

Sos la única sucursal de mi amor.

lunes, agosto 08, 2005

Esta noche.

Noche que es noche sin luna
con estrellas que me estrellan
con frío y resfrío y sin vos.

Noche que precede
a otro lunes inmoral
asesino de mis ganas.

Noche que me muestra
deseos que, sin ser míos,
igual duelen: un poco por
mediocres, y otro poco
por su sensual superficie
de deseo facilista.

Noche de película
de buena película
¿con final feliz?

Noche de domingo
que no lo parece
porque no hay lugar
en mi espíritu
para los fantasmas
grises de estas noches.

Noche que te extraña
noche que me hiela
pero no a mi sonreir
de rebote, de recuerdo
de esperanza y ya.

domingo, agosto 07, 2005

Te miro y te quiero.

Me detengo en ese ambar
y construyo tras mis ojos
una ilusión bien áurea.

Quizás está hecha de agua
(ella misma o la ilusión).

Pero eso no me importa
¡Si sonríe mariposas!
y tiene flores sin flores
en el pelo, en su peinado
(porque no las hay
pero yo las veo,
aunque sin verlas...).

Ahora que lo pienso...
si tuvieras una flor
enredada en los cabellos
y mis ojos se dieran
el gusto de sentirlo
creo que podrían
retirarse satisfechos.

Y seguís ahí...
como para demostrarme
que no eras el espejismo
que existe semejante oasis
que el sol no me mintió
o que, si lo hizo, persevera.

Entonces me resigno
a la sintonía de mi corazón.

El amor cambia tu sangre.

Esto rebalsa, pero nomás estás vos.
En mi sangre hoy no corre más que amor
(que es, de tantas drogas, la mejor)
y multiplico una sonrisa por dos.

sábado, agosto 06, 2005

Sueños son.

Si yo estoy dispuesto a salvar tu reputación por mis vicios.
Porque mis sueños son tus astucias y debo redimir mis vacíos por tu propseridad.
Tu suerte es mi suerte.
Abur.

viernes, agosto 05, 2005

Mariposas me devoran.

Vos sos tus ojos
y tu sonrisa
es el sol.

Mieles en la infinita Noche Azul.

Mi cabeza chorrea colores.
Teñiría un mundo para regalártelo.

Esas palabras que son peldaños
de la escalera al cielo,
¿tienen espíritu
de jugada peligrosa?


Y si todo fuera un tiro libre
(directo o indirecto)
¿qué más buscaría?

¿Para qué lado
busco al viento?
¿Para qué lado
lo veo?

¿Cuánto cotizan
mis sueños
en tu bolsa?

Tu abrazo
es la mejor
inversión
emocional.

Furia de sangre.

Hoy toda la ciudad es una sonrisa (tuya).
Hoy hasta el cielo adornado por una bandada,
o un atardecer violáceo, o el suelo de estrellas.
Hoy la noche es una sonrisa tuya.

Hoy tu sonrisa es una sonrisa mía.
Por recompensa o por alegría.
Por el momento o de por vida.
Mejor verdad o hasta fantasía.

Si hay horizontes... son para perseguirlos.
Si hay cielos... son para cruzarlos.
Si hay milagros... todo lo demás no es nada.

Hechizo'n risa.

Dejé caer la cabeza de un modo abrupto. Se desplomó y rodó hacia la nada, pero sin tocarla.
Libre y caminando, como si necesitara ser un tarzán de ciudad.
Hay estrellas en el suelo y nubes en el cielo.
¿Yo? Barrenando sobre el asfalto.
Surfeando estrellas.
Esquivando asteroides celosos.
Pero en esta noche, hay un hechizo de inmunidad.

martes, agosto 02, 2005

Somos su horror.

Hoy estoy decidido a ser el miedo de quienes no pueden soportar caos sino es dentro de un corral.
No me interesa su propuesta de conforme descanso, de estímulos leves y certeros que todavía estamos viendo para qué sirven. No quiero la seguridad insegura que me vigila pero no me cuida. No deseo remunerar al yugo.
Prefiero descomponer con mi arte ese sistema digestivo tan glotón que devora almas débiles y corazones flojos.
Es la única forma de desvirtuar semejante cárcel universal.