lunes, octubre 31, 2005

Egocidio.

No me hablen de balas.
No me hablen de alcohol.
No me hablen de tabaco.
No me hablen de marihuana.
No me hablen de cocaína.
No me hablen de comunismo.
No me hablen de anarquía.
No me hablen de insomnio.
No me hablen de comida.
No me hablen de pastillas.
No me hablen de tristeza.
No me hablen de reclusión.
No me hablen de vergüenza.
No me hablen de rock.
No me hablen de mentiras.
No me hablen de verdades.
No me hablen de suicidio.
No me hablen de tormentas.
No me hablen de incendios.
No me hablen de tornados.
No me hablen de accidentes.

Hay sólo dos peligros fatales en la vida, y van de la mano: enamorarse y soñar.
El resto es espuma.

Frágil.

Me parece que se agotó la libertad. La respiré tanto que no quedó nada.
Soy un féretro de ilusiones y alas.
Soy toda la desesperación que queda cuando pasás la melancolía por el colador.
Soy la sombra de la sombra.

Un pájaro en la laja.

Estoy rodeado.
El lunes se tomó franco, y el domingo le hizo el turno.
Yo asqueado por escribir algo... cuando la mejor poesía nació hace mucho. Frustración.
También desesperanza.
Todo, absolutamente todo, tiende a arruinarse. Todo. Nada permanece en su gloria. Lo mejor, quizá, es morir en el instante de éxtasis. Como el trapecista.
Ser un recuerdo de algo perfecto antes que convivir con la decadencia.
¿Y la resginación? Creo que me la pusieron en el plato con chocolate y, como los perros, comí sin darme cuenta.
No hay nada más jodido que depender. Y yo vivo dependiendo.
En fin... estoy jodido.

sábado, octubre 29, 2005

F.

Un poco de actividad para despertarnos
los dos... porque vos en mí, y yo con vos.
Siendo lo mismo, siendo nuestra la noche,
activa y desterrada de ciertas calmas
solo con un brebaje de fuertes tinieblas
y la suerte de mi parte hasta quien sabe
cuándo o dónde o, menos, por qué.

Todas son mis especiales criaturas siderales.

lunes, octubre 24, 2005

Soy sólo una ilusión (óptica).

Perseguir estrellas fugaces es para inconformistas eternos, para botellas pinchadas.
Para esos que suben escaleras mecánicas infinitas al revés.
Para quienes buscan sueños en la realidad. Y alguna vez los encuentran (porque hay... imperfecto, el mundo es imperfecto, y se permite errores tan lindos).
Para los que creen en milagros que ni siquiera vislumbran.
Para las víctimas del vacío siniestro e inescrupuloso.
Para pocos locos, tan desencajados en esto como una bota en la pileta.
Para... ¿qué?
Si, después de todo, no va a evaporizar millones de litros de lágrimas. Y no porque no pueda... simplemente no es así. No parece ser así. No tendría por qué, tampoco.
Nunca hubo tantas consecuencias como causas.

sábado, octubre 22, 2005

Mario, otra vez.

A veces hay que hurgar en los demás para romper límites propios.
Tal es este caso, donde las palabras que no quieren visitarme se encuentran cómodas en esta poesía.

Luna congelada.

Con esta soledad
alevosa
tranquila.

Con esta soledad
de sagradas goteras
de lejanos aullidos
de monstruoso silencio
de recuerdos al firme
de luna congelada
de noche para otros
de ojos bien abiertos.

Con esta soledad
inservible
vacía.

Se puede algunas veces
entender
el amor.

miércoles, octubre 19, 2005

Mr. Empty.

Parece que no era toda la culpa del domingo, nomás.
Vamos a ver... total la inspección del interior ya va marchando, así que no jodo nada más de lo que jodido está.
¿Qué falta? Nada... no. Porque Nada sobra. Es como es pieza ínfima que arruina el funcionamiento de una máquina colosal.
Pero no tengo ni manual, ni instrucciones, ni planito, ni esquema, ni numeros.
¿Dónde está la falla? Seguro que en el balero.
Pero eso es todavía más microscópico, más insondable, más frondoso. Más DENSO. No hay lugar ni para una partícula de aire. Está todo compactado al mínimo. Pero el vacío se mete hasta por donde no entra una sombra... y luego todo lo llena de ella.
Ahí aparece la desesperación, y uno intenta completar ese espacio que se abrió con lo más espectacular que conoce... pero es también lo más remoto, o etéreo, o imposible, o independiente de uno.

domingo, octubre 16, 2005

Todavía, Benedetti, todavía.

Ah... sí, es él. Ese prócer que sabe cómo hacerle cosquillas a mi corazón con su pluma.
Todavía... todavía me conmueve, todavía me sorprende. Todavía me reflejo en esas letras entrelazadas como si cada una fuera recolectada de un campo literario, con sumo cuidado y tacto, en el punto justo de armonía, de madurez.
Pero basta de faltarle el respeto... el objetivo de esto era sencillamente exponer unos fragmentos del poema Todavía, escrito por Mario Benedetti.

"No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo

...

sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía

pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía. "


Gracias por el fuego.

Pánico al ataque.

A veces quiero desafiar todas las probabilidades y apostarme entero en una ruleta infinita que tiene como único número ganador una letra.
Y sé que estas cosas no tienden a salir bien, que cuantos más latidos propone el corazón, hay menos chances de un éxito.
Pero soy prisionero de sus rayos, tibiezas y suavidades.
Me guío por un calendario solar mucho más intenso que las hojas que gobiernan a tantos.
Y también quema, ojo. Estar tan cerca del fuego me deja cierto frío feroz cuando tomo la mínima distancia.
Un corazón perplejo, atontado y trémulo que atraviesa la tormenta ideal para consagrarlo o quebrar eternamente su hechizo de ideales.

Siento que me estalla el corazón.

Soy el testigo preciso de la obra maestra de la creación.
Estoy descreyendo de todo con tal de hacerle un lugar en la realidad a semejante sutileza.
Yo no puedo creerlo en realidad. Supera la realidad que puedo contener.
Supera casi todo, vamos a ser sinceros.
En el mundo pueden haber perfecciones, ¿sabés?
Deberías.
Pero no sé hasta qué punto tampoco.
Claro.
Clara.
Vos y tu forma de reir que me despierta de pesadillas y de bravos letargos.
Te quiero, pero no sé si sé quererte.

sábado, octubre 15, 2005

Uno, dos y tres brillos.

Creo que le hice, queriendo y sin querer, un pequeño corral a mi corazón.
Brilla el sol, brilla esa estrella. Y yo no puedo menos que brillar también, entonces.
"tu amor es mi enfermedad, soy un envase vacío"
¿Por qué? ¿de qué seducción y de qué amor y de qué más podemos hablar? Hasta no meter los dedos en el enchufe, la electricidad es sólo un abstracto, sólo imaginación al plato.
¿Es la inocencia el único lugar seguro?
Hoy creo que sí.
Pero abrí la puerta del infierno y el cielo se cerró para siempre.

Esta noche no puedo dormir.

Claro que tiene un jodido romance.
Y claro que lo está empezando a asustar.
Hay una rampa por donde bajan las velas y sube la inquietud. Está atestada de pólvora (que disipa la normalidad), aunque pronto se desvanece junto con el sueño.
Cómo deambula la vista, eh. Quiere abarcar todo desde su estático cénit.
Vamos a correr por todos lados... sin siquiera movernos. Vamos a relojear todo, pero sin estar mirando absolutamente nada.

martes, octubre 11, 2005

Arte humano (poesía femenina).

Todo un mundo tangible se pone de acuerdo para respaldar tu existencia.
Si todo lo demás es verdad, no tendrías por qué ser la excepción. Pero al mismo tiempo sos la excepción a tantas cosas...
¿a quién le creo? Es todo muy dual.
Tengo una rodilla en la gloria por tu culpa, y sin embargo ella tampoco puede confirmar tal cosa. Si hablara, sólo alcanzaría a balbucear tonterías (pero esas tonterías rosamelosas).
Mis ojos susurran, como un secreto, que te vieron varias veces. Pero los espejismos no sólo están en el desierto (aunque a veces esta realidad se parece mucho a ellos, a su soledad).
El corazón quizás te confunda... dice que siente algo brillante que de golpe lo detiene y en un instante lo hace estallar. Y que luego extraña la explosión.
Hay más veredictos, pero todos guardan esa fascinación incrédula.
Entonces a este Dupin de la Rue Rêves le queda una sola conclusión, tomada de la pluma del Cantante: "no sé si estoy despierto o tengo los ojos abiertos, sé que te quiero".

Precisa canción, preciosa.

Una tarde de grados perfectos.
Y esa cosa cuadrada, negra y verborrágica, que a veces tiene un sexto sentido para cantar con voz de salmón una rareza exacta.

"...te extraño
suficientes
veces al año
para poder
aprender
a seguir
vivir
los otros son los grises
aprendices de él..."

sábado, octubre 08, 2005

Ansia feroz.

Obsesión por tu brillo
y esas ganas dulces
de verte bailar.

Un sábado que ríe
(y yo qué más quisiera
que fuera con tu risa).

Es por eso de extrañar
que me pica el corazón
(lo vestiría de raso
pero para eso estás vos).

jueves, octubre 06, 2005

Flor de sol.

Frágil jazmin amarillo
cautivo por el pasado
deja volar tus sonrisas
(ese brillo tan preciado)
mientras los sueños sin prisa
se recuestan a tu lado.

Que tu sol nos ilumine
y que te rieguen mis brazos
atravesando los miedos
desenredando los lazos.

Chis-paz.

Derretirme
en ese sol
iluso sol
que agrieta
tantos muros
e imposibles
como brillos
sabe dar.

miércoles, octubre 05, 2005

La religión es el parásito de dios.

martes, octubre 04, 2005

Wonder, full of.

¿Siete Maravillas nomás?
Se quedaron cortos, eh.
Si sólo en vos ya puedo enumerar decenas...

domingo, octubre 02, 2005

Espejisma.

Sos el interruptor para encender mis sonrisas, pero te siento intocable.
Sos el salvavidas para no ahogarme en este domingo soleado sin sol, pero te veo colgada en la proa del barco. Inalcanzable, precisa y perfecta.

Imagen de una noche espesa.

Parece que estás zozobrando en un mar de jolgorios. Tanta risa que truena la noche y vos tirado en ese rincón buscando en las sombras un refugio para semejante tortura, esa de tu cabeza en tinieblas.
Ni siquiera cayó el infiernito como salvavidas, y entonces te toca entender que la velada no viene a verte sonreir, ni a suavizarte los ásperos mambos. Te arman un consuelo, pero termina jaqueándote peor, sumiéndote más en las cavernas.
Y entonces estás pero no estás. Es decir: la carreta que es tu cuerpo vaga por la fiesta, pero no lleva ningún pasajero. Más vacío que el vacío.
Te preguntás si vale la pena farsear una sonrisa, hasta que te descubrís atontado, mirándola, y está más intocable que nunca, completamente inalcanzable desde tu pandemonio miserable.
Caés más, cuando pensabas que ya estabas en el sótano de la amargura.
¿Estás a la deriva? ¡ni que lo digas!
Te resquebrajás lentamente, paso a paso, y cada hora te va trayendo nuevos miedos. No entendés cómo escaparle y desesperás. Basta ya.
¿Adónde vas a correr? Hay una puerta: vos de un lado, ella del otro, y los dos esperando que alguien abra... pero si pudiera la pequeña comprender tu necesidad de que sea ella quien gire el picaporte. Y no por capricho ni histeria, no señor, ojalá. Se llama pavor, o miedo. Horror. Es precisa esa señal, un destello de suave interés.

sábado, octubre 01, 2005

Un retorno eterno.

...y entonces uno empieza a hurgar en los infiernos nuevamente para secarse la humedad que se filtra involuntariamente por el alma, o quizás para salvarse del gris nomás. Buscando no cometer el error de jugarse todo por un número que la ruleta no contempla.
Y la sensación feroz de que no hay un mundo que incluya al amor como sinceridad, como algo real.
¿No hay nada, entonces?