sábado, marzo 28, 2009

¿Cuánto te pagan por izar la bandera?

"Somos el miedo de los gobiernos que mienten en nombre de la verdad. El miedo del poder militar, económico y jurídico que impide la comunicación humana de pueblo a pueblo.
Somos el miedo de la soberanía de los piratas del mundo que mutilan el estado de ánimo e impiden la emociones reveladoras.
Somos el miedo del poder de los déspotas que reside en mecanismos impersonales. El miedo de las estructuras burocráticas que desalientan las conductas exploratorias. El miedo de las grandes fortunas que se robaron de los derechos naturales. El miedo de los centros de poder que amenazan con la destrucción total . El de esos varones sensatos y "prácticos" que desean dejar su huella en la historia y creen solamente en lo que pueden forzar y controlar.
Somos el miedo de quienes nos adiestran a ser corteses cuando alguna institución nos pisotea. El miedo de quienes temen a los cambios pues su status depende de la rutina y del tiempo de otras personas. El miedo de las tecnologías caprichosas que nos obligan a valorarlas adoptando siempre sus supuestos básicos.
Somos el viejísimo miedo agazapado en todos los rincones del Imperio y estamos encantados ¡encantados!"



Carlos A. Solari (si me lo permite).

Sapiencia.

Ninguno de nuestros errores es el que se puede borrar para apuntarle a un mejor futuro.
Siempre que hemos perseguido un algo, lo hicimos (hemos hecho) convencidos de que al encontrarlo nos toparíamos con la solución cabal del pequeño futuro que nos concierne.
Pero resulta que ahora estamos bastante lejos de ese "guión": nuestro rol es ser los artistas de esta propia obra, porque día a día nos vamos despojando de preconceptos, y cuando nos toca admitir el papel que jugamos, no hay acto mejor que asumir el personaje predeterminado, sin cuestionamientos ni dudas. Hoy somos protagonistas de la vida, y ningún espejismo nos puede apurar en desconocidas existencias.
Lo fatal de nuestro existir es consumar la vida sin esas boludeces ajenas que atrofian lo más puro de un ser.
Busquemos lo absoluto en las grietas olvidadas del universo cotidiano, porque nuestra diaria compañía guarda más secretos que cualquier arcano.

Tanto Ruido, y al final...

"Había un ser muy pequeño
en las entrañas de una mujer
que veía en sus sueños
los bríos de nacer.
Lo anhelaba con tal frenesí,
y con tanta ilusión lo esperaba,
que llegó a soñar que cantaba
este canto que dice así:
"yo quiero ya nacer,
y quiero conocer
el color que tiene cada flor.
Yo quiero ya jugar
y el juego disfrutar con otros niños.
Ya quiero recorrer
los campos por doquier,
escuchar mil pájaros cantar.
Ya quiero sonreír,
y quiero recibir
muchos cariños...".



Si le hiciera caso a Sabina, esa declaración sería una inocencia postulada a destiempo, pero prefiero que nos despleguemos como unos cuantos idealistas surgidos en el justo momento del abandono de los objetivos más inocentes. O sea: no importa si lo que nos toca es impostar un futuro que nos corresponde a medias, sino interpretar el rol mediocre-pero-altivo de ese mañana que se adapta a nuestro futuro misterioso.
Y "ruido ¿qué me has hecho?", "ruido, yo no he sido", "ruido insatisfecho", "ruido ¿a qué has venido?".

El ruido ha cortinado nuestro teatro barrial, la obra que hemos salvaguardado con esta piel que cubre nuestros recovecos idealistas, y el corazón que ha refugiado los sentidos irreproducibles por los otros sentimientos.

¿En Resumen? Somos lo que las palabras jamás podrán decir, lo que los hechos intentarán develar futilmente, lo que la humanidad creerá conveniente estudiar para desentrañar un futuro cuasi-inmediato.

De todos modos, ésto sigue en el próximo...

lunes, marzo 23, 2009

"... vinagre en las heridas..."

Do you need anybody?

What would you think if I sang out of tune
Would you stand up and walk out on me
Lend me your ears and I'll sing you a song
And I'll try not to sing out of key
Oh, I get by with a little help from my friends
Mmm I get high with a little help from my friends
Mmm I'm gonna try with a little help from my friends
What do iI do when my love is away
(Does it worry you to be alone?)
How do I feel by the end of the day
(Are you sad because you're on your own?)
No, I get by with a little help from my friends
Mmm I get high with a little help from my friends
Mmm I'm gonna try with a little help from my friends

domingo, marzo 22, 2009

Perdido en su derrota.

Le das la mano al desgano, le das los pies al abismo, como prefiriendo la calma sombra del absurdo, ese sinsentido que te deja agonizando y sin dolor, y a mí colgando de una horca que no me mata pero sí ahoga. Un asfixiante vaivén pendiente de tu aburrimiento.
Los vacíos propios no se llenan con cuestiones ajenas. No hay excusas para acostumbrarse a la tristeza, y los milagros rescatistas necesitan ser invocados para actuar. Si nos sentamos a ver asomar una guadaña en el horizonte, la muerte ya nos habrá ganado la partida antes del final.
Si vivir es una lucha, hay que luchar o abandonar. Y al que prefiere la mediocridad se le tiene reservada una angustia eterna.

martes, marzo 17, 2009

Que se calle.

Habla la ignorancia desde el miedo
pidiendo obligaciones como salvación
para alejar de sus fábulas oscuras
a los ángeles con la inocencia mutilada
(quizás perdida en un picado,
en una esquina cualquiera,
en los umbrales nocturnos...).

Grita "¡encierro!", y olvida
que los barrotes de adentro
son la prisión más cruda.

Grita "¡castigo!", y no sabe
que una vida a los palazos
es peor que cualquier murra.

Grita "¡educación!", pero vuelve
a pedir rigor como sendero
cuando a un continente entero
esa moda lo arruinó,
y hoy son polvo las raíces
(las que nutren el presente,
y perturban el futuro).

lunes, marzo 16, 2009

Solcito.

a una negrita hermosa.

Hay una estrella chiquita con su alma apagada porque la tristeza le mojó la mecha.
Cree que ya nada puede encenderla, y se sienta a morir en rincones oscuros de espesa depresión, con una mitad esperando ansiosa el milagro de la luz, y otra mitad hundida en la desesperanza más corrosiva.
Si supiera que su propio brillo es capaz de encender, con una sola chispa, galaxias enteras...
Ayer, cuando resplandecía, era reflejo de cascabeles en sus vecinos, siempre dispuesta a entregar destellos coloridos para apalear el insistente gris, y sonreía rayos tan tibios...
¿cómo explicarle que las sombras se alimentan de sí mismas? El desgano es una trampa caníbal.
Sólo el tiempo y la resistencia (en conjunto) son capaces de rescatarnos del umbrío abismo en que caemos cuando nos tajean el espíritu.
Pero una vez que la tormenta se ha ido, vuelve la naturaleza a sus colores, revitalizada, plena.
Y los Solcitos, ya despejados, resplandecerán, repartiendo vida a su paso, como sabían hacerlo antes del temporal.

Disconforme con las formas.

La ciudad es un manojo de frivolidades enroscadas entre los edificios.
¡Qué difícil escaparle a esta cultura hielaespíritus!
Los oasis cada vez son más clandestinos o rechazados, porque el amor es un juego de tontos y acá sólo rinde ser "pillo", porque la búsqueda es de acuerdo a una conveniencia y no a un convencimiento (aunque sí tienen vencimiento las pasiones y los sentidos).
La meta es pura estética: sólo cuentan las demostraciones gráficas de cuánto se es (porque no hay forma de ser sin cantidades, estadísticas o cuentas).
Las marcas son quienes te elevan, porque ya no se usan las alas. Volar pasó de moda, es mejor correr.
Relámpagos huecos, fortuna instantánea, logros inútiles para el alma, pero vistosos, eso sí...
Todo es vistoso, glamoroso, luminoso... el mundo es el cartel del mundo, y eso es lo que más importa.
Mientras tanto, algunos ilusos, soñadores obstinados en su idealismo casi infantil, viven escapando de la persecusión del absurdo, resistiendo el bombardeo sistemático de una cultura que sólo busca medallas en lugar de diversión, una cultura que desdeña la pasión si no está bien esponsoreada... una cultura de nada, entre tanto por vivir.

martes, marzo 10, 2009

"No hay nostalgia peor..."

"¡¿Dónde están?!" gritan desesperaciones tan solas como colectivas.
Llora el cielo en la Plaza, con su nostalgia de irrecuperables risas,
mientras esos ángeles ausentes se desploman perdidos en aguas plateadas.

"¿Dónde estás?" se pregunta mi espíritu añejo, ese que vivió otras vidas
y las sufre en este desconcierto de pasados ajenos sentidos como propios.

Porque sé que supe ser alguno de esos que jamás volvieron:
doblenes a la sombra de sus propios sueños, enterrados en rincones
donde no llega la sensibilidad del humano, sólo su oscura ambición
capaz de asolar sin reparos cualquier páramo visto como enemigo.

¿Dónde estamos si no sabemos ni quiénes somos?
La inseguridad más grande: la identidad.

martes, marzo 03, 2009

Publicidadespreciables.

Ametralla sus ráfagas imperativas
y en cúbicas tentaciones reitera
necesidades que se deshacen
tras abordar las realidades.

No pide permiso al entrar,
ni se limpia los zapatos sucios
de tanto pisar cabezas,
sólo ingresa, indiferente
y clava hasta el fondo sus dientes
en los rincones del ser.

Es el ejército de los reyes
sin armas ni infantería:
abstracta lobotomía
que impregna urgencias
donde otrora nada había.

Ea.

¿Cómo madurar sin dejar el verde
en el paso del tiempo por encima nuestro?
Dar el salto, otro abismo diferente
volver a la caida, dejar el suelo...
Es un regreso a lo vulnerable
tan necesario para sentir
como los latidos y su insistencia.

Y poner en el proyector
alguna película del futuro
que no sea ciencia ficción.