martes, marzo 27, 2012

A las letras.

Las letras libres
innumerables
sueños de ilusos
difundiéndose
por las pestañas
como una plaga
impertinente
que se adueña
de fantasiosas
concentraciones
y hace castillos
con sus palabras
en las ausencias
más ominosas;
y siembra flores
de primavera
en lo profundo
de las tormentas;
y enciende lunas
en las ideas
de negras noches
y estrellas huecas.

Inconsciencia consecuente.

Un derrame de ironías,
contradicciones
contraindicaciones
defectos colaterales
sensaciones para anormales
y daños subliminales.

La voz de mi inconsciencia
se impone con bellezas
(un canto de sirenas
y el mar sin horizontes).

No se puede ignorar
lo que grita el sentir,
ni se puede pedir
lo que no hemos de dar.

A esas viles consecuencias
que el tiempo tirano atrae
con nuestro vivo presente
las vamos a hacer valer.

martes, marzo 20, 2012

Escama de "La Sirena Varada".

"Encuentro que la vida es aburrida y estúpida por falta de imaginación. Demasiada razón, demasiada disciplina en todo. Y he pensado que en cualquier rincón hay media docena de hombres interesantes, con fantasía y sin sentido, que se están pudriendo entre los demás..."

A. Casona.

En lo que ser.

¿Quién puede culpar al loco que se monta una ilusión para no encarnar su cruda realidad?
Criminal es quien se encarga de ir desarmando esos mundos fantásticos en nombre de la verdad, con un instinto de impío demiurgo.
Si, después de todo, lo que creemos, lo creamos. Y, si lo creamos, es.

lunes, marzo 19, 2012

Arco iris íntimo.

Una invasión de hielo
en este jardín plomizo
otrora verde y tan vivo
como la furia del cielo.

Un asedio, un bombardeo
tan frío como obstinado
(estruendoso y empapado
es su sólido goteo).

Se deshacen los colores
y penumbras predominan
al momento que se arriman
los grisáceos nubarrones.

Ya se cae el cielo entero
sobre una noche precoz,
la lluvia eleva su voz
con algún retumbe fiero
(sin embargo, yo la quiero
porque en ella reís vos).

viernes, marzo 16, 2012

Uno y todos.

Son bellas las ganas
de ser para los otros
cuando uno también es
para su gusto propio.

Ni elquédirán
ni el egolimbo.

Matices del siendo
que se erige a diario
eligiendo horarios
de reparto atento.

Cuidar el jardín
y todos los parques
(lo que no significa
sentarse en un banco
sino andar sus pastos
recorrerlos plenos).

jueves, marzo 15, 2012

Santos viajes.

¿Hasta dónde llegan
las ansias de tu mente?

Que la imaginación
ignore limitación,
y vaya sin calles
andando, volando.

Nuevos colores
viejos horrores
eternas guerras
post sensaciones.

Circenses ácidos
constante asombro
risa instantánea
temblores dulces.

Polvo de estrellas
en las colinas
de alguna luna,
sombras locuaces
con sus palabras
hechas de noche.

Vapores florales
perfuman las almas
y sus entreveros,
(especia indispensable
para rumiar el tiempo
insípido y chicloso).

La sangre lunática
ahogando los miedos
de quienes la beben
con placer y orgullo.

Oníricos senderos
para que viaje el ánima.

martes, marzo 13, 2012

Morir, resucitar, etc.

El tiempo embadurna
con su fragilidad
los momentos felices
y, de un plumazo
se vuelan las estrellas
como chispas fugitivas
de un fuego efímero
que ardió el infierno
y reposa en cenizas
apilando la memoria.

No quiero ser la repisa
donde acomodo los libros
que jamás volveré a leer,

ni el ladrillo estéril
de un paredón infranqueable
protegiendo al miedo
(¡y a nadie más que al miedo!).

Esta hojarasca alimenta
a la próxima primavera.

miércoles, marzo 07, 2012

Arbórea pasión.

Manto de follaje,
pura muerte seca
pisoteada, seca
ya sin vida, seca.

Desnudez hiriente
de raíz dormida
en su tierra fría
y la tarde es gris.

Las aves ausentes
(en lejanas ramas)
los rayos cansados
de tanto viajar.

Un sueño apagado
es lo que te queda
y usar la esperanza
de amiga y almohada.

lunes, marzo 05, 2012

Presagios del infvierno.

Se van inundando las horas
y se diluyen sus colores
que chorrean por los vidrios
entre gotas estrelladas
que se oyen como el llanto
de una pena derramada.

La tormenta en Buenos Aires
se escapa de su magnitud
de aguacayendoypunto
para empapar las miradas
que chorrean humedades
estrujadas desde el alma.

Esa cosa de extrañar
pero no saber lo qué.

Y se va ahogando el estío,
ya cansado, breve, hervido,
dejándonos sin sus luces
apagando la vida al salir.

Yo me hago eco del trueno
bramando un quejido ciego
a la luna -siempre atenta-
entre rayos y centellas.

No quiero ese frío intenso
que no se siente en la dermis
pero contrae al espíritu
sin flores ni miramientos.