martes, mayo 31, 2005

Pequeño ideal.

Ante semejante ataque de cursilería poética, me surge nuevamente esa sensación de estar idealizándote, de armarte un trono de melosidades para generar ese lugar donde poner tu imagen a salvo de imperfecciones humanas que tienden a arruinarlo todo.
Pero como este mundo no es sólo para poesía, hay cosas que salen sobrando y dejan lugar a miedos cavernosos sobre lo inestable del reino de arena en el que te metí (o a tu imagen).
Entonces me asalta la curiosidad por lo profundo de tu alma, y esas ganas de hacer una expedición hacia el fondo mismo de tu ser. Explorar los lugares donde nunca me dejás entrar (tampoco es que insista demasiado...) y ver qué misterios me tienen. Confirmar o desechar esta ilusa idealización.
Tus manos.

Objeto de admiración
por su diáfana belleza
ya sea sobre la mesa
o agarrando el corazón
de un escritor de ocasión
que tanto amor te profesa.
Otra vez este periplo de vos que me hace saltar y caer como un resorte sin paredes.
Otra vez el sol, tus ojos, tus manos, tu pelo.
Otra vez la ilusa ilusión del iluso ilusionado.

lunes, mayo 30, 2005

El grillete.

Te dieron alas
y ahora querés ser
un ave más.

Te dieron alas
pero te atan
con sogas cortas
a sus temores.

Te dieron alas
y una batalla
para ganar
el derecho a usarlas.

Te dieron alas,
aprovechalas:
echá a volar.

jueves, mayo 19, 2005

...es que en realidad no encuentro la puerta para sacarte de ese lugar que no sé dónde está.
Sí que duele ver cómo se mete en tu vida la muerte por todos lados: desde personajes hasta conocidos, raices de amigos y familiares, y persecutas y delirios que alimentan a este extraño pájaro de mal agüero que sobrevuela mi mundillo y lo escupe, con sorna, desde la oscuridad del cielo.
De a ratos trato de evadirlo, pero cuando se cruza con la luna, su sombra se proyecta implacable por todo alrededor, y no queda otra que llevar a cabo algún ritual para sanear el ambiente, cosa que me dispongo a hacer prontamente, porque esta oscuridad me asfixia. Hay que cambiar aires, iluminar el ambiente. Ventilar un poco el alma, en definitiva, que de tanto encierro ya apesta a humedad.

martes, mayo 17, 2005

La ciencia es mentir.

En todo lo que haya números, viene implícito un error insalvable: describir algo con ellos es como querer meter al infinito en una pecera. La matemática es infinita hacia afuera y hacia adentro, entonces ¿dónde está la exactitud?
Tiene amnesia el mundo: se olvidó de todo lo que necesita, y sólo recuerda esos datos que le gustan a la gente mayor. Sabe a raudales sobre números y ciencias, pero no tiene ni idea del amor.

domingo, mayo 15, 2005

Llueve.
¿Qué llovés, cielo?
¿Agua de qué?
¿Llovés? ¿o llorás?
¿Quién te nubló?
¿Por qué rugís?
¿Tanto daño te hicieron?
¿Tanta ira albergás?
¿O es pura impotencia?
Ay, cielo...
Si vos, en tu inmensidad
sos tan endeble
¿dónde habrá refugio
para este diminuto espíritu?
Vos renovás turbios mares
yo mansos lagos,
quietos como piedras.
Tu tristeza se hace océano,
la mía es un estanque.
Pero, a pesar de todo,
compartimos la angustia
del desengaño.

miércoles, mayo 11, 2005

Me agarré de tu mano.
Me dejaste caer.
Yo te hubiera salvado.

La mirada del amo, LAS PELOTAS.
El cielo, baldío.

Lo veo al ángel guardián
desgarrado en un rincón
buscándole una razón
a tanto circo sin pan,
al demonio en gamulán
y la flor-de-confusión.

¿Cómo pudiste vender
un corazón prestado?
Ese ángel te ha cuidado,
vos elegiste no ver,
ahora hay poco por hacer:
queda sólo un muerto alado.
"... esta letra, un poco a modo de conjuro, quiere evitar que nos toque toda la mierda que nos rodea, entonces va a pedir que retroceda..."

Otra vez invocar palabras.

Un paso atrás... no me toques.

Imagen: Descreido, anonadado ante semejante barbaridad, veo el crimen cometido y, alejándome, pido distancia. NO ME TOQUES.
La pareja victimaria sonríe socarronamente, con las ropas completamente ensangrentadas, y yo me caigo en mi retroceso, araño la alfombra y deformo mi cara con gestos de "ESTO ESTA PARA EL CARAJO". El muchacho no se hace cargo, y ella pretende una complicidad que está lejos de mi alma.
Maldita mediocridad asesina. Réquiem idóneo.
Trato esto como un exorcismo, para desterrar de mi ser todo lo que quede de esta posesión. No quiero condenas que no me corresponden. Después de todo, yo sólo quise a alguien... y eso no es ningún crimen.
Intro Volunta.

Inmortal, mientras la vida
no decida lo contrario
y me sepulte en horarios
con las rodillas partidas.
El color en un armario
con olor a despedida
es una bala perdida
y yo, los destinatarios.

domingo, mayo 08, 2005

¿Será así mi ceguera?

Está claro, desde el vamos, que es más fácil destruir que construir, y mucho más fácil que mantener. Entonces me veo ante la primera justificación directa que se puede tener de todo este pelotero trágico.
Después hay para considerar otros factores: el talión (ojo de vidrio por ojo real... ¿derecho a qué? ¿qué de qué? la imaginación traiciona, y el tiempo parece no contar), la hermana más hermosa (que se busca... aunque parece que con métodos contrapuestos), y qué sé yo... si nunca supe, tampoco... o nunca me dejaste saber.
Pedí verdad o mentira, me diste mediocridad. Así nunca sirvió nada. Eso de te abro la jaula pero si salís te pego un tiro no arregla nada. O al menos a mí, no. Y yo entiendo que sea parte tuya, pero para vivir de conjeturas prefiero jugar al prode.
El resto era cuestión de compartir, del tiempo, de qué sé yo... pero el gris, no. Porque el gris mata, ¿sabés? Fue mucho tiempo en ese color como para cometer otra vez errores del pasado.
Estuvo (¿está?) en tus manos. No pedí nada más.
En estas ocasiones es fácil lastimar... las palabras tienen ese oportunismo sensual y agrio, y eso las hace capaces de roer con saña a un alma desprevenida. Es sencillo, pero no deja de ser cruel. Y peligroso, a menos que uno ya se lo espere. Pero, al mismo tiempo, es un poco ingenuo (como la flor que muestra las espinas para defenderse del -en este caso imaginario- tigre).
Fleté muchas sombras para plenificar este juego... vos apagaste la luz. Te pedí que la encendieras, pero preferiste seguir tratando de dormir. Y yo estoy bastante cansado de la oscuridad: más allá de los miedos (porque no abandono), me enferma vivir tanteando.
Como la matemática no entra en estos rollos, cualquier cuenta puede tener solución. Si alguna vez 2 y 2 fueron 3...

viernes, mayo 06, 2005

Contra el terrorismo anímico.

Sé que no hay una línea de coherencia que esto esté siguiendo, y me jode bastante, porque es
desesperante esa incertidumbre constante, esa imposibilidad de esperar una consecuencia lógica a ese acto, a esa mano que ofrece.
Estoy perdido en el medio del tiempo, que me encarcela y me va moviendo casi sin querer, pero ando necesitando un poco de orden en tanto caos de la existencia, entre tanto desconcierto… y están ellos, que son a veces ángeles férreos, impenetrables por la putrefacción del momento, y con sus manos me alzan de este presente que azota todo lo que soy.
Ellos todo lo pueden. Hasta distanciarme de la más cruda realidad para depositarme en un paraje mucho más leve y ameno. No sé cómo lo logran, no tengo idea de dónde sacarán esos poderes supraterrenales para mantenerme un poco al margen de tanta basura, pero lo hacen. Ellos lo hacen.
Ellos:
Aural: cualidad innata para despegarme las suelas del piso, y para soportarme en el aire. Sabia “empujadora” a la hora de tomar decisiones. Es licenciada en malcriarme y endulzarme el paladar y la vida. Oidos y ojos invencibles, por más embates bajoneros que los acosen.
FabulOsazul: insistencia de hierro para cambiar mis ojos por unos menos preguntones. Constancia y cariño. Buena como pocas, con el pecho abierto de par en par, abarcando todo un mundo. Palabra de aliento inagotable. Experta en buscar salidas. Le saca brillo hasta a la melancolía.
Magías: compañero de ruta y compadre de delirios, mambos y otras yerbas. Es como un Midas, pero en lugar de oro, todo lo transforma en magia. Profundidad a pleno. La existencia compartida con él es un enigma tan plácido y oscuro a la vez que uno siente la necesidad de resolverlo, pero da gusto. Paz.
Principita: Ella… es lo más cercano al sol que puedo abrazar sin quemarme. Es como un chocolate que condensa toda la dulzura del universo. Es mi consentida sin ecuanón, y también objeto de mis instintos más protectores. Sabe de iluminar. Enemiga íntima de las sombras. Conoce los mejores métodos para simplificar las cosas. En ella, todo lo que brilla es luz.
Ynociencia: asesora mis adentros para que no se sumerjan en sus propias tinieblas, y tiene éxito. Voltea estanterías, descontrola todo el interior, lo pandemoniza para luego rearmarlo con un poco más de energía, con belleza agregada, con ese toque de personalidad combativa ante todo el negro golpe que quiere pegarme de lleno. Es bien etérea, pero completamente perceptible. Dueña de mis oídos, también se quedó con un pedazo de mi vida. Es furia y sensibilidad, una amalgama inigualable. Por eso se metió en mi piel, y no piensa en irse. Ni yo en echarla.
Wiki-Wiki: su máxima fuerza reside en achicar las distancias de una manera impresionante. Miles de kilómetros físicos, pero una unión de espíritus sellada por la noche. Conocedor de un humor especial, casi elitista pero de los menos elegantes y más absurdos. Un terco de mi bienestar.
Y el batallón sigue… esta guerra es despiadada, pero tengo aliados con superpoderes. El resto ya no está en nuestras manos.
Sin sentido
y aturdido.
Medio nido
destruido
por un ruido
no atendido.

jueves, mayo 05, 2005

Memorándum: las esperanzas son peligrosas.
Si alguna vez me hiciera un poco más de caso, capaz que no tendría que pasar por estos procesos de saneamiento integral post-debacle que arden bastante y me dejan en el mismo lugar, sin mejorías.
Pero bueh... resulta que nací necio y terco, e idealista.
Lo malo es que las cosas, por más que uno crea, no cambian... ni el más claro amor parece poder con tanto ego táctico, con tanta estrategia maquiavélica que hiela esta tierna hoguera.
¿Entonces?
Este sin sentido me sumerge.

martes, mayo 03, 2005

Así las cosas... no hay sentido en ningún rincón de este puto universo, y encima parece que el único juego que pintaba, se disuelve en las babas del diablo. Pero con eso también mueren tantas cosas... qué humor negro el de esta vida.
Esa jodida incertidumbre de la catástrofe me atormenta. Me veo cayendo en los infiernos, profundísimos ellos, con un tridente clavado en la espalda y la risa burlona sonando de fondo eternamente. Quizá sea el final más propicio para este capítulo de silencios de mal agüero y contestaciones con misterios asesinos.
Se ha nublado para llorar...