miércoles, diciembre 29, 2004

Ojos que ven lo que los demás no ven, corazones que sienten diferente.

lunes, diciembre 27, 2004

No se puede escapar si todo es una gran celda infinita como cajas dentro de cajas dentro de cajas dentro de cajas dentro de...
¿Por qué seguir abriendo cajas buscando una caja última? Será, maldición, que la esperanza es una especie de condena disfrazada y simpática.
¿Algún día va a escampar?

viernes, diciembre 24, 2004

Mentimos festejando, pero qué mentira tan dichosa, creanme.
Y si hay que salir a alegrarse por el mero hecho de que tenemos sentimientos encontrados en personas allegadas, lo vamos a hacer. Como una especie de conjuro sanador para el enfermizo mundo que nos rodea y nos expulsa para el espacio libre de sensaciones, con esa frialdad propia de un batallón de hielo. Vamos a derretir esa indiferencia con un poco de alcohol y fuego, y muchísima pasión de amistad, de música y de locura.
Que haya fervor en todas las esquinas, porque los festejos son pequeños ghettos donde se puede parir un poco de sinceridad y sonrisas sin necesidad de atarse al enorme ejército crudo.
La fecha no importa, tampoco el motivo. Sólo celebrar.

jueves, diciembre 23, 2004

¿Qué harías si leyeras esto
morena mariposita que
vuela en mi primavera
conmigo queriendo
hacerla nuestra tácitamente.
Acostado en tu lecho
sobre el pesar pacífico
de vuestra absolución racional.

Es que me fomenta
la locura que fermenta
en añejos rincones del misterio.

Su beso me lleva a Dios
como la nube detonante
que el cielo nos ofreció
dejándola en la tierra
cual semilla del paraíso.

Mi mano en tercera persona
derrama letras, supliendo
a la consciencia misma.

martes, diciembre 21, 2004

Medianera blanca, asaltada por un sol naciendo. Eso sí es amor.
Parece la obra maestra de los colores.
Rosa, verde, rojo, blanco, celeste, todo fundido en la misma imagen-shock.
Y de fondo tengo una banda amiga que me aguanta el corazón.

lunes, diciembre 20, 2004

Momento de no saber qué hacer.
Momento de pensar sin pensar, y escribir por escribir.
Vengo de una odisea de solidaridad, ternura, llanto, carcajadas, éxtasis, lluvia y demás. Hubo mucha dulzura contenida. Hay, de hecho. Y el estornudo puerco.
La luna, infaltable, allá, diáfana e hinchadita, como esa pancita hermosa que tantos caramelos mentales me saca. Y pensar que mi nombre va ahí a veces...
Ahora el pálido celeste, casi bostezando, emerge del cielo para dar la ronda matutina avisando que viene el día, así como preparando al resto del mundo para un amanecer más.
Despierten, corazones, que el rey Amor no los quiere ver dormir más.

domingo, diciembre 19, 2004

¿Y qué onda si no sé qué tren tomarme?
Si las vías están tan estrafalarias que ya no sé para dónde encarar el viaje...
Ese pequeñísimo auge mira y enternece que da miedo. Ese imposible dorado me arruina de indiferencia mentirosa e indecisa, que quizás pero no pero quizás. Pero no.
Hoy quisiera más abrazos.

miércoles, diciembre 15, 2004

Re y greso, grueso el tiro de la vuelta, liso y llano, sin dolores ni olores ni colores, pero revitalizante, energía a cuentagotas diría un sabio que no existe.
El poder no es mío, el placer quizás.

martes, diciembre 14, 2004

Pequeñeces y sombras.

Un hadita morena ha escapado del silencio, dejando abierto el portal para llegar más allá de la piel. Quizás logre el cielo por sus alas suaves, y el brillo en sus pómulos, y la suerte simpática que le baña la cara.
Pero yo no sé por qué no sé. Me cuesta entender que la belleza me cale tanto, que se clave sobre la herida del dorado sueño que nunca fue, y deje colgando de ella un hermoso cuadro que sería capaz de admirar por horas. No comprendo estas magias que oscilan furiosamente en mi espíritu y se atrincheran en este inalcanzable punto. Flashes y más flashes, y luces y estrellas y soles y lunas y linternas y velas y fuegos. Y todo en un santiamén, como a propósito, para confundir de belleza mi estropeado corazón.
Y es que a veces las puertas de la razón son muy estrechas para el enorme corazón.

domingo, diciembre 12, 2004

Dícese de una noche donde el amor aparece sólo como una pequeña nostalgia, y el resto se satura de magia solitaria que desborda por los agujeritos de ese colador enorme que resulta un cielo estrellado y sin nubes.

domingo, diciembre 05, 2004

Neruda 2: selección de versos del poema Bella (o de cómo tratar de llegar con palabras a lograr una belleza similar a lo que se describe).

"Bella,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa de tu rostro,
bella.

Bella,
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor de mundo,
así te veo,
bella.

Bella,
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.

Bella,
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos,
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.

[...]

Bella,
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella."
Neruda 1: fragmento de Tu risa (o de cómo don Pablo sabe captar cuánto me obnubila tu sonrisa).

"Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla
riete de este torpe
muchacho que te quiere
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría."

jueves, diciembre 02, 2004

Realmente no sé si estoy ebrio de alcohol o de necesidad.
Si no te llego, soy un rock sin destino.
Si no te abrazo, mis brazos no tienen sentido.
Si no te beso, mis labios podrían ser sólo un tallo.
Si no estás cerca, el verano igual es frío.
Si te amo, esto parece una comedia trágica.
Si no te amo, lo disimulo muy bien.

miércoles, diciembre 01, 2004

Me persigue una imagen: una mujer divinísima, a quien le llueven finos hilos de sol y le brilla un par de estrellas. Sonríe jazmines, perfumando de simpatía la pradera de mis percepciones.
No sé si es etérea, porque a veces da sombra, o si es sólida, porque nunca pude tocarla... al menos no en una realidad singular.
Y en las tardes está en todo el esplendor de mi jardín. Y en las noches está en cada estrella, y su corona es una luna idónea. Y en las mañanas se vuelve sueño y me arrebata el inconsciente.
Y no tengo manera de escaparle, es como una cárcel particular, quizás como una silla de ruedas para mi alma renga.
¿En qué lugar?

viernes, noviembre 26, 2004

¿Qué sería de mi vida si tu vida fuese mía?

martes, noviembre 23, 2004

Ya no sé qué poner... está amaneciendo, te extraño y con los pájaros cantando mi esperanza débil se ensancha un poco. Quisiera ver este amanecer con tus dedos entre los míos...

lunes, noviembre 22, 2004

Es una fábula hecho instante fugaz, como el amor ardiente de un segundo extenso que se adueña del tiempo y el espacio, y todo lo contiene, y lo llena todo. Así es tu gesto y mi sentimiento, de la mano, persiguiéndose aleatóriamente sin tregua y con mucha paciencia. Pero sé que tu voluntad no lo busca, y yo hago que lo encuentre, aunque sea sólo un dulce cuento fantástico que nada tiene que ver con la realidad. Tus ojos escasos, tu boca abismal haciendo eco de tu sueño, y toda la ternura del universo viene hacia vos como si fueras EL imán.
Vos y la luna, y el sol, y vos, y el cielo y el jardín y vos y el espíritu blanco con propia vida de inspiración divina y vos. Ocupás cada lugar entre los avatares de la belleza, cada espacio vacío entre dos milagros. Sos el complemento ideal de la perfección, pero preferís obviarla y obviarme, aunque sea inconscientemente.

viernes, noviembre 19, 2004

Hoy no te debo tanto, pero me siento en deuda igual, así que dejo la pequeña reflexión de un sueño que no fue:
Sé que te extraño, porque no estás ni estuviste, entonces no hay forma de que sea diferente a esto. Pero también sé que no duele tanto, que es más light el estrépito de la caida a una realidad vacía de vos, ya como un grito normal de desesperación aunque sin tanto desgarro en él.
Y sí, cada vez me cuesta menos y me arde más (quererte).

jueves, noviembre 18, 2004

Me voy volando por ahí... y llego a algún lado que desconozco. Infinito, sí... así parece. Nonono, no es que esté esperando a alguien. O quizás sí... ¿tendrá ojos profundos de roble? ¿piel de corazón de avellana?
Es que viene despacio, o yo ansío demasiado, pero no puedo más. Me corroe la mente. Y el beso de encuentro, formal nomás, cachetes siameses por un instante de pequeña gloria para mí.
¿Y ahora? Hay que declarar... como ante un juez, pero más nervioso y menos seguro...
Nunca las palabras fueron un picaporte tan decisivo: abrir la puerta del destino y encontrarse cara a cara con un futuro excluyente. Almohada, sálvame de este terror.


miércoles, noviembre 17, 2004

Vuelta al trato onírico, como si fuera la mejor relación que pudiéramos tener, o la única, o el mejor ámbito para desarrollar todo este estancado y dulce océano que me remueve el pecho.
Pero con absurdos, y no tanto. Simples imágenes, bastante poco comunes, con seres inexistentes, encarnando vaya uno a saber qué miedos, y él, otro inexistente, o tácito o etéreo, y vos, sublime, y yo, igual.
El telón sube y baja, y hay actos diferentes, en escenarios que van desde lo más conocido hasta el apocalipsis menos imaginable. Mientras tanto, mi cuerpo da vueltas entre resortes y sábanas, incrédulo pero sumiso, ahogado por ese espectro paralizante del que es presa.
Finalmente el hechizo culimna, y todo escapa como agua entre mis dedos, como las nubes, para dejarlo tan vacío como siempre estuvo, ya sin maquillaje.
Alabada sea la horizontalidad fantasiosa.

martes, noviembre 16, 2004

¿Tendrás la más remota idea de que las manzanas que dejo caer del árbol son todas para que vos te alimentes y puedas regarme con agua de tus pequeños arroyos?
Quisiera que te enteres de que toda mi primavera es para vos.
Verte en diferido se vuelve un poco adictivo.
Hay una sonrisa, y los dientes son barrotes que me rodean. Hay una mirada, y las pupilas me atan con magia invisible, onda magneto psíquico. Hay un rostro de vos (gracias Marito) y sin embargo, es tan espléndido y panorámico que podría ser una cascada, una montaña en otoño o el mismísimo lago paradisíaco. Porque hay más en tu belleza de lo que un ojo exprime.
Pero el cuadro no termina. Resulta que a tu lado estoy yo, con una sonrisa enorme que es la paradoja perfecta de mis ojos diminutos. Y tu cabeza sobre mi hombro... milagro de milagros de la dulzura. Si se puede retratar el sueño de un alma enternecida, esa imagen es la obra maestra. Es como que coronaras mi humanidad con tu belleza. La muerte puede estar segura de que, si se pega una vuelta, tengo una cosa pendiente menos en mi lista de "maravillas del mundo".
No hay más que decir por "ahora".

lunes, noviembre 15, 2004

No sé qué queda por escribir después de una lluvia tan furiosa y tierna a la vez.
Ahora está despejado, pero tuve más sol en el gris amanecer de ayer. Mucho más.
Y qué feo se siente esperar el sol sabiendo que no va a repartir tanto calor, ni tanta alegría... y eso que él sabe lo que es hacerme bien.
¿Qué competencia puede haber entre la estrella que está a años luz y la estrella que, aun sin tocarme, me quema a un paso de distancia?
Bah... me quema, me arde, me asfixia de una ternura indescifrable, de esas que uno no sabe por dónde se meten, y que cuando las quiere sacar, termina dejándolas más adentro todavía, no sé si por inútil, terco, necio o qué...
(... pero te quiero).

viernes, noviembre 12, 2004

Dicen que querer es poder.
Si te quiero, ¿te puedo?
Porque vos a mí sí...

miércoles, noviembre 10, 2004

Principalmente, y antes que nada, te extraño.
Un cielo de piedra que se hizo polvo y llora. Una murga de gotas en mi techo, en mi jardín y en mis ilusiones. Y la distancia de pocas cuadras y muchos sentimientos, como guirnaldas en el salón de fiestas para que baile mi situación con tu ausencia. Todo eso es el extremo de la más austral costa que hoy soy yo. Y ahí, en ese lugar, bailo poco y río menos, aunque estallo esporádicamente con ciertas pequeñas convicciones inútiles que saben su realidad pero no gustan de creerla para seguir colgados al triste quizás embustero.
Estás ahí... sé dónde encontrarte, pero no. Y no es que no porque no. Es no porque, por más que te vaya a buscar, siempre va a haber un contestador, una puerta o una madre, o una diferencia de artes, o el cielo nublado o la llave equivocada. Pero quiero. Quiero buscarte, encontrarte, mirarte, abrazarte, decirte, respirarte. No sé hasta dónde, no sé los límites, pero joder que los hay, y no sé no mirarte sin toda mi dulzura aglutinada, me duele abrazar a la situación en lugar de a vos; decirte lo que te digo no es decirte lo que quiero, lo que te quiero; tu perfume, eso sí lo respiro... pero es tuyo, no es vos, no toda vos, sólo esa parte de vos que es de propiedad pública.
Entonces me queda sólo ese lugar vacío que dejás cuando te movés, como vos pero escapándote, como la carrera hacia donde no se llega nunca. Quisiera que no fueras invencible.

domingo, noviembre 07, 2004

Cumpliría la condena perfectamente si me enjaularan por el crimen de ser feliz con sólo olerte. ¿Sería cadena perpétua por el agravante de amarte? No importa. Pero estoy encadenado a este suceso, a esta nueva era que arrasa con mis perennes ganas de apostar. Ganas que ganan aunque no tenga ganas de que así sea.

sábado, noviembre 06, 2004

Salvame de la decepción de un mundo tan poco habitable como la noche sin vos, porque no quiero más inyecciones de condena día tras día, a sabiendas de que los barrotes están bien lustrados, tienen 220 y un dragón hambriento del otro lado (por si las dudas...).
Por eso necesito que me rescates, porque no hay forma de escapar sin una dosis de magia que me transporte, sin un par de alas que me ayude a subir hasta lo más alto, donde no llega el smog, ni la contaminación, ni los hijos de puta.
Pero me parece que tus vuelos están ocupados, en otros horizontes, en otras celdas, en diferentes planos de este mundillo tan poco amable con sus turistas. Quizás prefieras otros destinos, eso no puedo saberlo todavía. O quizás no te interese este ni ninguno, lo cual es igual de triste. Porque me has dicho que nunca hubo flores en tu jardín, y yo, iluso por naturaleza, soñé con plantar y ver crecer hermosos jazmines. En cambio ahora esa fantasía parece marchitarse sin siquiera haber brotado, como todos los días por estas horas, como todas las condenas, como todas las jaulas.
Necesito el abrazo redentor con suma urgencia. Necesito la caricia libertaria, dada por una mano pequeña y blanca, casi simbolizando esa paloma, con todo lo que significa. Necesito arder en una mirada, y consumirme entre dos pupilas.
Y es así que va de nuevo, tacho otra vez el calendario, me dirijo hacia la horizontalidad, a rezarte con los sueños, a tratar de respirar con la inconsciencia un poco de aire puro, libre de hombres que son los dos bandos de una guerra, de suelas que pisan cabezas, de miradas con toldo, de plantas-jaula y cosas por el estilo. Hacia mi dosis de libertad.

viernes, noviembre 05, 2004

Si fuera un alma y tuviera que elegir el lugar para vivir, me inclinaría por tu mirada, ese pozo sin fondo de magia y oscuridad, ese misterio de la consideración.
Aparte, verme verte debe ser un espectáculo muy simpático.

miércoles, noviembre 03, 2004

Ese aroma a ambiente fresco y renovado es el que toma la posta para perfumar un momento de extrañas características: viejas y hermosas novedades, molestias recurrentes y un presente atascado.
Quisiera que el presente tuviera chapa de futuro, que las novedades hicieran pie en esta pantanosa actualidad. Más que nada porque ya va siendo hora de un despegue, de abrir alas y arrancar para otro lado. Soy animal nómade, más allá de mi cuerpo sedentario, y necesito explorar, puesto que ya saqué todos los frutos de este estatus, al menos por el momento. Y hay que emigrar. Pero los vientos y el clima andan inestables, y no sé para dónde arrancar, no me convencen los destinos en boga, y estas nuevas presencias me dan algo de miedo, aunque un par de lindas esperanzas (una para cada ala). Espero que las resistan.

lunes, noviembre 01, 2004

"Perfecto, como la noche, como el aire tibio que no sé de dónde llegó para copar el ambiente. Así de perfecto fue ese momento, esos veinte minutos, esa media hora de noche perfecta, de tu voz, del barrio.
En algún rincón de mi vida siempre soñé con un momento así, era como algo que hacía eternidades no pasaba. [...]
No sé por qué, como no supe por qué en aquel momento cuando, en cambio, sí supe que había algo extraño en mi forma de mirarte. Y no sé en qué momento salté (si es que ya lo hice).
¿Vos querrás tirarte? La cantidad de veces que me pregunté eso no tiene nombre.
Y ahora llueve.
¿Algún día leerás esto? ¿te lo leeré? ¿lo leeremos juntos con una risa tierna, débil, endulzada por mi ingenuidad? ¿o lo leeré en un futuro medio como el capitán que lee la bitácora de una derrota?
¿Habrá futuro doble o estaré construyendo un enorme pasado repleto de nada?
La luz del amanecer me llama a soñar. A soñarte, quizás. Siempre quizás. "

Hay veces que soy otra persona escribiendo por mí. Como si me reemplzara desde el banco de suplentes de mi alma un ser con características irrebatibles, pero de modos extrañísimos.
Y este es uno de los casos.

domingo, octubre 31, 2004

Lunaranja y la ficción posterior.

Es extraño volver a extrañar (valga la redundancia). Me pregunto dónde habrá estado tanto tiempo varada mi utópica ilusión, que viene a hacer pie en esa playa frágil, inestable, casi un espejismo. Pero no hay respuestas a mano. También quisiera saber de qué material está hecho este sueñito de seguirla, de bajarle soles o hundirme en mares, de noches de verano a la par, de caminar y caminar y caminar, y reir y caminar. Y.
Claro, siguen ausentes las contestaciones. Y yo también. Porque siendo pregunta no me puedo considerar parte de un lugar que exije respuestas como condición para existir. Y porque en este instante soy preso de un ahogo que pide más que aire... pide tu aliento. Necesito respirarte. Me siento exclusivamente inútil sin ese ave negra, femenina, que lleva una esperanza en sus alas. Esperanza que me pertenece.

viernes, octubre 29, 2004

Sería hermoso que la canción no fuera sólo coincidencia. O que fuera una coincidencia más profunda. Sería hermoso que morir en la India tuviera las iniciales de un amor doble y concreto. Hermosísimo sería hablar de eclipses y teorías y planetas y vida y muerte mientras miramos la misma noche, desde el mismo jardín, con las manos enredadas.
Y quizás algún día la hermosura se pegue una vuelta por el estrecho sendero que compartimos sin tocarnos. Pero "quizás" es una palabra hecha para desalentarme.

sábado, octubre 23, 2004

Si el sol te mira a los ojos
yo ya no puedo mirar otra cosa
como cuando la cara te roza
y trepo al delirio de mis antojos

Sé que escribirte es tirarme
un poco más al abismo
aunque en verdad es lo mismo
si no querés sujetarme.

viernes, octubre 15, 2004

La máscara sensual.

-Decime, a ver... ¿por qué para que entiendas que te quiero es necesario que te haga pensar lo contrario?

El silencio gana la lucha contra la conversación. A partir de ahí, se cruza una mirada cargada de razones, de ciencias, pruebas y contrapruebas sobre por qué el sueño de jugar para divertirse es sólo un sueño. Sabe que la está haciendo pesada, densa e insoportable. Sabe que lo tiene agarrado de la cola y más. Pero no sabe que él está a punto de entenderla.
Entonces, sólo entonces, la cabeza del condenado hace erupción y explota una idea cósmica que voltea la realidad. Saca el pie de su cabeza, se limpia el polvo, y comienza a crecer desmesuradamente. Su sombra ya baña la anatomía de la ahora pequeñísima mujercita.
Nace una nueva verdad.
De pronto la situación es el espejo. La muchacha olisquea el aire y se da cuenta de que perdió su aroma a premio mayor y carga con el rótulo de "molestia" en la frente. Revisa alrededor, y sólo encuentra los dientes de una sonrisa despojada de cualquier piedad. Está colgada de un diente. No hay sogas, no hay nubes, no hay agua... pleno abismo de la indiferencia, y ella por caer a causa de un capricho inútil que se transforma en paradójico castigo, en la moraleja asesina:

- ¿Ves? Ese es nuestro abismo. Si te tirás, nos une. Si te vas, nos separa. Si te quedás colgada, nos destruye.

lunes, octubre 11, 2004

¿La pileta o el abismo imaginario?

En la pileta hay agua... quizás no sea pura, ni de la temperatura ideal. Tiene una superficie cómoda, y un contorno más que aceptable. No muy profunda, pero da para nadar.

En el abismo... hay oscuridad, y mucho olor a golpe. Pero es imaginario. Y hay "allá a lo lejos" y "quién sabe qué". Pero es imaginario. Y una tentación, una esperanza. Pero es imaginario.

Y entonces, uno elige, siguiendo el juego de la estupidez, el abismo. Y se tira del cordón de la vereda.
Perdido por perdido (perdido al cuadrado).

Perdí y me perdí, y nos perdimos.
Perdí esa boca dulce y pequeña. Me perdí la sonrisa incoherente. Nos perdimos una noche de amor.
Perdí el aire compartido. Me perdí un poco de amor tibio. Nos perdimos sin querer.
Perdí lo que nunca había ganado. Me perdí en el final de la noche. Nos perdimos, por ahora.
Perdí la iniciativa. Me pardí entre las luces. Nos perdimos la función.

jueves, octubre 07, 2004

La humanidad es algo tan poco "natural" que me extraña.
Hay una conjunción ideal en lo que se puede llamar El Mundo, entre animales, plantas, hongos y demás. Y, como si fuera un zorro en un gallinero, está el hombre. Esa raza que no cierra con todo lo demás. Esa plaga inútil que sólo sirve para autosatisfacerse a cualquier precio.
La humanidad es indefendible. Sólo los humanos pueden defender a los humanos. Y, lo más triste, es que se matan entre ellos.

martes, octubre 05, 2004

Me gustaría ser sueño, para gestarme por una ilusión fabulosa, noble. Para alimentarme de pequeñas huellas diarias puestas en un camino férreo e incorregible que tiene esa meta paradisíaca como un dios a alcanzar. Para sentir el latido del corazón ajeno cuando me acerco lentamente hacia su existencia. Para abrazar su sombra y darle el amor que siempre quiso. Y, finalmente, para estallar y morir en el orgasmo que es hacerse realidad sin tener que vivirla.

domingo, octubre 03, 2004

Noche de baches es la que se viene muriendo, aunque no sé si debería usar el plural. Resulta que fue todo como lo planeaba, pero casi. La cola del diablo siempre cruza la línea final antes de que puedas cortársela. Y no vale menos este empate de último minuto que parece ser más derrota que otra cosa.
No quiero dejarme tirado en un rincón, así que mejor aprovecho la cama. Pero esquivar charcos con una superior a cuestas es complicadísimo. Siempre en estado de espera.

sábado, octubre 02, 2004

Sí, yo sé que estoy buscando llaves para abrir puertas que no llevan a ningún lado.

viernes, octubre 01, 2004

El curso del río sin río
el aire más tenso
más aun, también
el denso respirar y la paz
de la mirada atrapada
en el anzuelo de una caña
colgada en la nada.

El calor del frío de todo
en el film de un
tácito sujeto extraño
que se parece a mí.

Anteojos rojos clásicos
al contacto con el vidrio
de un estático visor
a quien todo maravilla
desde el pasto verde
al inmenso multicolor.

martes, septiembre 28, 2004

Adicciones en acción.

Ingestión, digestión, erección
Sobredosis de razón
humo grueso y casi dulce
espectáculo y función.

Lo triste de la tristeza
los mambos y la cabeza
el sueño como velorio
o una sombra que reza.

Son rayas de pizarrón
hechas con tiza y desilusión
que se pierden en el consumo
y las revistas del corazón.
Gracias por el fuego.

Marito transita su vejez
una vejez eterna
casi siamesa del alma
que cobija tanta magia.

Tiene ojos expertos
creo que de tierno dolor
y una sonrisa tan tibia
que parece imposible
no creer en su grandeza.

Se suelta en metáforas
donde circula Troilo
y un espantapájaros
y el arco iris.

Y la vida
la vida de hoy
que le lega al mañana
para disfrutar del tiempo
pero del tiempo sin tiempo.

lunes, septiembre 27, 2004

Allá hay gólems de cemento, hay sistema embutido en trajes, hay estrellas de neón, hay reptiles rodados. Allá hay nubes de oxígeno y aire de smog. Allá hay muerte en las miradas, y huecos en el alma.
Acá sólo está el cielo de un rostro, con dos ojos por estrellas. Acá la mística natural sigue al aire a todos lados. Acá el amor usa tu ropa, la ilusión te roba el perfume. Acá ando descalzo por la arena húmeda, tibia. Acá las almas tienen alas y se posan en los jazmines.
Lástima que me toque vivir allá.

¿Cómo se vive sin ser una oferta y/o una demanda?
La cabeza en Flor.

Me busco, me necesito
mas no me encuentro.
O mejor aún: me encuentro
pero demasiado.

No es que me dé miedo
sólo son muchas personas
las que viven mi vida,
una vida muy fina,
muy frágil, muy blanda
que se ahoga en una lluvia
que se quema en un suspiro.
Una vida débil como la luz.

Estoy en el idealista
pero también en el vicioso
y en el animal, y en el humano
estoy vacío de luz
estoy lleno de sombra.


¿Hay algo más desilusionante que hacer los sueños realidad? ¿Qué sentido tiene?

viernes, septiembre 24, 2004

Me hacés jodida falta, aunque cada vez que lo pienso, me quiero cortar la lengua para no decirlo, los dedos para no escribirlo y la cabeza para no pensarlo. Quisiera salir de mí, y patearme hasta que con la sangre se vaya ese capricho. Me encantaría ser un tercero para poder venir a hablarme en el idioma que comprendo y sacarme esa obsesión de la cabeza.
Pero yo no puedo conmigo mismo. No puedo conmigo, tuyo. No puedo sin vos, menos sin mí.
Necesidad del lleno, del grueso despertar de un rincón oculto que se escapó de la vida cotidiana y se perdió en el bosque. Eso siento. Ese costado que quedó marginado por propia voluntad. Necesito fervientemente una mano de ese mundo, un remo, un bote, un par de alas que no se hagan humo.
¿Por qué mi mente no puede volar más allá de mi cuerpo?
En realidad sí lo puede hacer, pero siempre le queda esa consciencia amarga de saber que hay una piedra debajo de ella, que la sostiene, la limita, la atrapa, la arrastra. El peso de la humanidad se hace insoportable sobre la frágil espalda de los sueños, debilitados estos últimos por una rutina que fastidia, por un ambiente asfixiante. La ilusión tiene osteoporosis, problemas lumbares y, encima, ganas de suicidarse. No pega una.

martes, septiembre 14, 2004

Por la guerra del pecado
contra el discurso moral
se enfrentaron bien y mal
en un partido trabado
que dio como resultado
un empate criminal.

Son millones las víctimas
del bombardeo legal
no da abasto el hospital
y en las victorias pírricas
las cosechas son mínimas
y el deterioro, total.
No lo pienses, no es total
ni absoluto, ni verdad.
No pretendas entender
no lo busques por el mal
no lo encuentres por el bien
no lo sientas por real
porque nada cierto es.

Sólo hablamos de vivir
ni siquiera respirar
tampoco es que existe un fin
o un punto donde llegar
es el trámite de ir
de nuevo a ningún lugar.


Es otra situación completamente normal. Y ese es el problema. La pieza está acá, en el mismo lugar de siempre, con los mismos adornos, sólo puede oscilar el orden de las cosas, pero todo es un enorme periplo. La habitación es tan estática como el resto del universo, de mi visión del Cosmos.
Me acomodo, cruzo una pierna, me desperezo. Miro alrededor, bostezo y voy al mismo lugar de siempre, del que no me moví. Pero voy igual, porque es mejor que no hacer nada. Bah... hago nada de todos modos. La nada me persigue. El vacío me corre como si fuera mi sombra, y mi sombra se ríe de su condición. Y entonces me desespero, me aburro, me aletargo, me siento, me levanto, me corro, me escapo, vuelvo, salgo, entro, exploto, me rehago, me deshago, miro sin ver, veo sin oir, oigo sin sentir, no siento más nada y vuelvo a ser exactamente lo mismo. Me muero sin morirme, todo el tiempo, todos los tiempos. Mi eternidad se desgasta y se regenera con la cadencia de mis respiraciones. Es todo muy genérico, ni siquiera vivo a veces. Y de pronto la muerte se me viene encima, me azota, me prepotea, me hace cosquillas. Me agrede con su forma tan sutil y sádica, gozando del anormal sentido de oscuridad que provee a quien atiende. Estorba a mis ojos, pero satisface mi alma. Le da ese "y bueno" que tanto necesita a veces. Vuelta a empezar...

jueves, septiembre 09, 2004

El campo y su mancha, que está en el medio, en esa posición de protagonista vil, de malo de la película. Esa mancha que no se puede quitar con nada, y que nació con el mismo campo. Esa misma mancha es la que nutre al campo. Esa simbiosis tan atroz, invertebrada y sedentaria hace que la fantasía no esté tan lejos después de todo. Es un algo más. Pero como no se puede contra ella, gana fama con el paso del tiempo... tan difícil es, creo yo, tratar de borrarla como ignorarla. Así que mejor vapulearla. Cuestión de descarte.

miércoles, septiembre 08, 2004

Los sueños, sueños son. Y tienen derecho a permanecer vírgenes mientras ellos lo dispongan.

viernes, septiembre 03, 2004

Ojos rojos, hinchados en sus terrenos, ahogados. Es una pauta, y marca la sentencia, la birome inaudita que adhiere el punto final a un cuento de tanta dulzura como sufrimiento. Porque no nos engañemos, que para el rosa se necesita mezclar la pureza con sangre. Sangre y fuego.
¿Cómo no le voy a agradecer? Si de ese cariño, de esa presencia, se nutrieron dos de las estrellas más brillantes que conforman mi galaxia. Si no habiendo lazos el aprecio tácito era tan grato y conmovedor que el aire que anidaba en esa alfombra azul tenía un no se qué mágico y outré para estos dedos y su continuación. Si otro de sus logros me representa una admiración enorme como el afecto que le tengo. Si, más allá de todo, su propia persona valía la intención.
Pero tanto agradecer me confunde, hasta me rechazo a mí mismo, porque lo veo como una ceremonia de clausura, y esto recién es la mitad de todo: uno es su propia obra. En este terreno, en este juego, mientras queden fichas de nuestro color, la pérdida no existe.
Que la eternidad te tenga reservado el colchón de nubes que acá no pudiste conseguir. Un abrazo interminable.

El Diamante loco.
P.D.: Si te lo cruzás, mis saludos al Viejo, decile que lo extraño.
Estación del fin del mundo.

Del fuego al aire,
del barro al suelo
de todo a nada
camino o vuelo
no moja el agua
no enfría el hielo.
La vida mata
(eterno el duelo)
con eficacia
mas sin anzuelo.



miércoles, septiembre 01, 2004

Buena nueva.

Nos presentamos de alas abiertas
y entre ellas se gestó,
cual si fuera un vientre etéreo,
una buena nueva magia
que floreció instantáneamente
al ritmo del atardecer.

De los pájaros, la vida
y la música y el sol
de las playas visitadas
e ideales de mentira
de todo eso y mucho más
se nutrió la fantasía
que inundó la realidad.

lunes, agosto 30, 2004

Todo va como viene, y fluye interestelarmente hacia un destino con poca ventura. El verde ya no es tan verde, el azul es más azul, y lo quieren reforzar aun más. Pero la solución no es el desastre organizado. Jamás. Al terror no se lo puede vencer con terror. Y mientras el populacho armamentista mediocre se cuelga de falsos avatares, de tretas con barba y traje, la ruina del abismo que crece bajo nosotros se agiganta a la velocidad de la luz. O, mejor aun, de la oscuridad, que es todavía más veloz. Porque la luz nunca puede ser pionera. Siempre que llegue a un lugar, la oscuridad la va a estar esperando para burlarse de ella y partir a su próximo destino, a su próxima broma.
Y al mismo tiempo, la masa amorfa de humanidades se salpica de inconsciencia con un teatro de atletas fabulantásticos. Y claro: a menos pan, más circo. Todas las banderas todas, todos los estandartes todos, conviviendo en la nueva torre de Babel... fanáticos de la separación que gobierna, alzando distintivos, todos hechos de la misma tela, pero con colores varios para saber que somos una raza caníbal y efímera.
¿Por qué la manzana de Adán no habrá tenido DDT?

viernes, agosto 27, 2004

Segura, Mente.

Crudo y blando como
la realidad de alrededor
que tiene esa consistencia
gelatinosa, vidriosa.

Mis ojos, el portal y un film
de algo que veo que soy
pero no puede ser que sea
porque lo estoy viendo.

El ambiente se cierra, y ahora
es todo un techo circular
una bóveda de cielo y palmera
y mi propia estátua en el lugar.
El sol.

Viene llegando el sol
triste como un pájaro de ciudad
con la necesidad de una chance
para tocar todo lo que ve
aunque no tenga ganas ni fuerzas.

martes, agosto 24, 2004

Memoria de este final.

Paso por un momento que parece
una duna en el desierto indeciso
o quizás un mito popular
sobre el amor, la droga y la vida.

Dicen que todo es culpa del cuore
y que uno no pincha ni corta
en estos trámites emotivos.

Dicen que es una jaula ciega
un cazador perdido y voraz
una sirena en el mar de cemento.

Dicen que es un asunto tan serio...
y hay que buscar pa' tenerla
como si fuera una moneda.

Yo simplemente digo
que todo es parte de un juego
al que no elegimos entrar
pero sí cuándo salir.

jueves, agosto 19, 2004

Te extraño ¿y qué?

Principalmente porque el frío me aisla
y los genocidas son más sangrientos
si tus manos no están al caer
si tus palabras no calman mi fiera.

Pero capaz más te extraño por la pobreza
de los miles de marginados,
de los niños huérfanos
y de mis noches huecas.

También lo siento cuando no siento
o cuando siento que no siento
o cuando siento que no sienten
y necesito sentirte.

Aunque pensándolo mejor,
extrañaba extrañarte, y
ahora que lo hago, me parece
que dejé de extrañarte
y empecé a necesitarte.

miércoles, agosto 18, 2004

En defensa de la inconsciencia.

Creo en la felicidad a partir de la inconsciencia. Aplaudo a quienes, a partir de su inconsciencia de tal o cual realidad, pueden ser miembros del selecto club de los felices.
Me harté de tanta gente intolerante que sólo usa su caudal cultural para escupir ácido hacia cualquier forma diferente, hacia cualquier pensamiento opuesto o hacia la ignorancia. Admiro al que ignora y se despreocupa, al que vive despojado de problemas globales insuperables y sólo acaricia su realidad sin fastidiar la del resto. Ese egoismo es un banquete delicioso y sumamente sano, porque se trata de un egoismo aislado, suave, hasta simpático. En cambio, el egoismo consciente, el egoismo altivo, es un veneno corrosivo, que sabe tirar abajo ánimos y existencias sin el más mínimo respeto.
Esto es sólo un juego, y quienes participan de manera pasiva suelen tener una diversión más sana para sí mismos y menos dañina para el resto. Un real equilibrio.
Cultura animal, vida sencilla. Estamos de paso. Tanta consciencia es un genocidio latente, una miseria al caer, un abuso en potencia.

viernes, agosto 13, 2004

Es un buen momento para poner esta canción, expresta todo lo que siento en este instante. Y gracias, guacho. Al menos me voy a dormir un poco más tranquilo.

Últimamente.

Últimamente ando algo perdido
me han vencido
viejos fantasmas, nuevas rutinas
y en cada esquina acecha un ratero
para robarme las alhajas,
los recuerdos, las felicidades.
De un tiempo a esta parte
llego siempre tarde
a todas mi citas, y la vida me parece
una fiesta a la que nadie
se ha molestado en invitarme.
De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto no amarte.

Últimamente ando desconcertado
así que ponte a salvo,
porque en este estado
ando como loco
y me enamoro de mujeres comprometidas
llenas de abrazos, llenas de mentiras.
De un tiempo a esta parte
a mi amor propio algo le falta
lo has dejado unos puntos
por debajo del de Kafka...

Últimamente planeo una huida
para rehacer mi vida
probablemente en Marte.
Seguro que allí no hay nadie
empeñado en aconsejarme:
"Ismael (Iván) ¿qué te pasa?
No estudias, no trabajas..."
Y qué vamos a hacerle
si es que últimamente
ando como perdido, si te necesito
si de un tiempo a esta parte
me cuesta tanto no amarte...

Han de venir tiempos mejores,
cometeré más errores,
daré menos explicaciones
y haré nuevas canciones.
Querrás que te cuente
como últimamente
son tan frecuentes
tristes amaneceres ahogando mis finales
repetidos, cansados, miserables
llenos de soledades.
De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto,
tanto no amarte...

Ismael Serrano

jueves, agosto 12, 2004

¿Algodón? Del manto (para llamarlo de algún modo) hasta la selva que rodea las premisas de un futuro intrascendente, una selva sin vida pero muy frondosa. Un cielo... no tanto. El cielo en vertical, la nube horizontal y el incendio vacuo.
Sinceramente, estas palabras carecen de sentido consciente, aunque se juega por izquirda con un lenguaje mucho más sincero pero menos conciso. La sensación de que cada una de las palabras es pieza exacta de un rompecabezas ideal, lógico y, al mismo tiempo, onírico. Las funciones de todo lo demás cobran importancias mágicas, pretendiendo alcanzar la sima de la utilidad, con un aliado de lujo para la ocasión: el inconsciente. Qué sé yo, hasta acá. Punto final. Fin. Y vuelta a empezar...

martes, agosto 10, 2004

Sí, vivir es delito.

En una ciudad despareja
de novela y de periódico
observo, y me quedo atónito
pues ya casi no hay ovejas.

Reina el cubo de la hipnosis
en el lobuno país
que está de olvido gris
por alcohol y sobredosis.

Se ensancha la caravana
del terror, y sus escoltas
son mucho menos que sombras
con el alma aprisionada.

Escuadrones, Pronunciamiento
boicot y vuelos sin vuelta
Reorganización absuelta
por falta de sentimiento.

Palabras pasadas son
pero mantienen vigencia
pues aun se vive la urgencia
por liberar la expresión,
la vida es una experiencia
y merece excarcelación.

lunes, agosto 09, 2004

La Gaviota.

Corrían los días de a fines de guerra
y había un soldado regresando intacto:
Intacto del frío mortal de la tierra,
intacto de flores de horror en su cuarto.

Elevó los ojos, respiró profundo,
la palabra cielo se hizo en su boca
y, como si no hubiera más en el mundo,
por el firmamento pasó una gaviota.

Gaviota, gaviota,
vals del equilibrio
cadencia increíble
llamada en el hombro.
Gaviota, gaviota,
blancura de lirio
aire y bailarina
gaviota de asombro
¿adónde te marchas
canción de la brisa?
Tan rápida, tan detenida.
Disparo en la sien
y metralla en la risa.
Gaviota que pasa y se lleva la vida...

Corrían los días de a fines de guerra
pasó una gaviota volando, volando...
lento como un tiempo de amor que se cierra
imperio del ala, de cielo y de cuándo.

...corrían los días de a fines de guerra
pasó una gaviota volando
y el que anduvo intacto
rodó por la tierra
huérfano, desnudo,
herido, sangrando.


Silvio Rodriguez.

viernes, agosto 06, 2004

Orejas frías.

Dientes ígneos son caníbales
de un hielo demoledor
estangulando al sol
en sus propios almíbares

Las rodillas que flaquean
No resisten el embate
Y estimulan un escape
Frente al mar que las rodea

Ya sin prisa, ya con calma
De rojo se viste el clima
Pues no hay nieve en la sima
Ni en los ojos, ni en el alma

jueves, agosto 05, 2004

Es cierto que el paraíso es acá. Porque el paraíso con que sueñan los hombres se compone de cosas que conoce, y todo lo que conoce es parte de este planeta. El hombre no puede quebrar los límites de su propio conocimiento. La perfección como tal no existe, sólo relativas perfecciones propias de cada mente, y son efímeras, porque el cambio es lo único constante, y hasta esas perfecciones íntimas van variando, sólo así podemos seguir adelante y no estancarnos. La naturaleza es demasiado sabia, el problema es que nosotros creemos ser más sabios que ella.

lunes, agosto 02, 2004

Hoy es casi siempre, todavía...

Todo se basa en los puntos
todo lo componen, todo lo terminan
lo limitan todo.

Toda forma, toda vida.
Toda ida y toda vuelta.

Tu punto compuso mi vida
y en un punto se terminó.
Sos el punto de partida
y también el final sos.

Punto justo en tu partida
que fue partida, y punto.
El punto es que estoy perdido
¿Por qué mejor coma y no punto?

Las estrellas parpadean
y se acercan mansamente
a una invisible presencia
(no por eso inocente)
que estruja las frías palmas
el corazón y la frente.

La consciencia tranquila
aunque el miedo ajustado
invadiendo un espacio
injustamente violado:
los tuyos están rojos
los suyos, de pescado.

Es que el eterno triunfo
pertenece a la condena.
El corazón-antibalas
por esta vez no se frena.
Será cuestión de tiempo:
se repetirá la escena.

Estadía outré

Practicamente mente en blanco
pero con un lápiz al alcance
para delinear las palabras frescas
que surgen de la erosión de una roca
roca hermana de las piedras
cuyos restos me provocan
este paseo sideral y manso.

Es una gloria de fabulas
a segundos de lo tangible
como el ghetto en la mirada.
Las estrellas, dilatadas,
se aseguran el presente.
Ni siquiere lo imposible
permanece suficiente.



Hoy voy a empezar
hoy es el comienzo del final
(...)
Y ahora todo es mejor
la lluvia de asteroides ya pasó
no fue para tanto y desde aquí
todo es insignificante,
nada es tan relevante
y el espacio es un lugar tan vacío sin tí...
(...)
La soledad es un lugar
tan vacío sin tí...
(...)
Desde hoy
no temas nada
no hace falta ya
todo se fue con el huracán
Nada queda
de las vueltas
que el tiempo nos dio
todo se fue con el huracán.

Extractos de Lady Blue, tema de Enrique Bunbury.

domingo, agosto 01, 2004

No sé ni siquiera por qué la tristeza se tomó la molestia de venir para este sector, pero le voy a abrir la puerta ya que estamos... y ahí la veo, con ojos dignos de religión, como si los granos de arena cayeran en horizontal para el arte del abstracto amorío, que no se deja doblegar por la carrera de las agujas. Retrospectiva furiosa, dañina. Y la coincidencia del tiempo entre la cortina y el acto es una deliciosa manera de pegarle un chiflido al pasado latente pero no activo.
¡TE LLAMAN!


viernes, julio 30, 2004

No mirar, no responder, no brillar. Tengo el miedo del que sabe que un poder más grande que él no puede dominarlo pero sí aprisionarlo. Parpadeo. Estrellas parpadean. Estrellas azules. 
El miedo en la espalda, el pecho tieso, la coordinación balbucea. Sólo una imagen de soberbia trajeada, un blue demon con chapa que tiene la mente como un lavarropas. Y la fugaz sensación de que la eternidad en un placard toma forma humana. Que alguien me salve de este infierno azul. Horrore humanum est, y ese lobo-sádico con facha de cordero-justiciero lo sabe hasta el hocico... ¿al servicio de quién? 

miércoles, julio 28, 2004

Apertura.
 
Abrí la puerta sin puerta y sin querer
como si alguien me empujara
a una dimensión donde no existe
lo que alguna vez fue trágico
y ahora la revolución hace caer
poco a poco las espinas del odio
y las flores del amor.
 
Es una apertura al otoño,
quizás la primavera.
Princesa, no hay profundidad
que la luz no alcance,
porque pude escapar de mí
para encontrarme con otro yo
que me entiende mejor.
 
Pero  tan cierto es que siento...
no niego mi sensibilidad.
Me hago cargo y reconozco:
veo el cielo con ojos de pájaro
pero tengo alas de perro.
 

martes, julio 27, 2004

Ebrio de mis propias palabras, mágico me siento pues la vida sobre mi se ha alzado e ilumina con relámpagos una cuestión de colores fabulosos, paranormales, furtivos e indomables. La cabeza se ha expandido, coloniza terrenos que supo no pisar en otros tiempos sólo para que esta gloria extenue mi propia capacidad de bienestar, para agotar hasta a los orgasmos.  Todo se abre, mil quinientas puertas se abren para dejar ver que la verdad es infinita e imperfecta como el mismo dios, o quizás no, nadie lo sabe. Nadie tiene derecho a hablar de perfección, ya que sólo él la conoce. Oh, Nadie, si vivieras entre nosotros para poder explicar tantas cosas que sólo vos sabés... ¿qué habrá detrás de la muerte? ¿qué será la perfección? ¿cómo se sentirá moverse cuando los demás estamos paralizados de miedo? Solemos no encontrarte cuando el vacío se hace dueño de un lugar. Pero en el vacío no hay Nadie. Es tan paradójico el rumor de las espinas cortando el aire que respiramos... pero no se puede creer que lo único común a todos sea la muerte, para algunos más común que para otros.

A plena fantasía, recorriendo la urbanidad del hombre, extendiendo metáforas sociales a palabras de pensamientos excesivos y melosos sobre una cursilería política y astral. Los charcos espejan la vida que contagia por ósmosis a la ciudad, haciéndole el pesado favor de recordarle la existencia de ilimitados mundos fuera de sus límites, o dentro de ellos. Y las uñas todavía conservan restos de fantasía, la cual arañaron hasta último momento en pos de conseguir la supervivencia de aquel submundo tan idóneo para quien vive así la historia. Fantasía, realidad y esto.

jueves, julio 15, 2004

¿Dónde habrá quedado la otra parte que ve cosas que los demás no ven? Quizás se borró con un paso equívoco que mutiló ese futuro, dejando desnudo al tenue soñador, para quien las alas ahora vienen acompañadas de un pequeño temor a los tornados. O quizás no reparé a tiempo en los insignificantes colosos del caos, quienes saben llevar cuentas de todos los detalles, por más finos que sean.
Realmente, no lo sé, sólo puedo asegurar su ausencia, mas no la causa. Ignoro el paradero de la ilusión, del despertar entusiasta y fervoroso, de la alegría matinal, de los dulces sueños. Mi error fue distraerme (lo asumo para quedarme tranquilo con respecto a que la culpa sea de alguien), no percibir ese destello furtivo, ese guiño soslayado que irrumpe en la rutina para extirparlo a uno de ese caldo denso y asfixiante. Se esfumó la magia que respiraba entre vuelta y vuelta remolona cuando me tocaba comenzar el día de la peor manera: obligado.
Quizás ese lisérgico sentimentalismo rosa sólo cabe en prospectos de otro yo, uno que, ante la desesperación, se internó en el caos con el afán de encontrar la esperanza, y decidió consagrar su vida a esa expedición quizás-baladí.
Ahora prefiero no pensar, pero quién sabe si así no deje pasar otra oportunidad de reencontrarte...
Precisamente, las estrellas se dispusieron a jugar al cuarto oscuro, y son bastante astutas para elegir escondite y encontrar recovecos inalcanzables.

miércoles, julio 14, 2004

Enredado en las llamas y las volutas
que se extienden invisibles
como pidiendo compasión al ser
que soy cuando dejo esta existencia,
cuando el viento hace olas
en mi cuerpo endeble y astral.

Allí hay reacciones fugaces
que no tienen principio ni fin
porque su forma es un instante
que deja sólo incertidumbre,
devenida luego en admiración y paz
para el inconsciente crédito.

Hay invitados casuales al acto
que se mezclan entre risas cómplices
y sacan a la luz una realidad fina,
propia de los mundos utópicos, soñados
alguna vez por el mismo insomnio,
ya cansado de rechazar la claridad.

Y hay una porción de mis reliquias
aflorando en los fantasmas del caos
(los fantasmas son impersonales,
el caos es glorioso y transitable)
para fabricar ígneos capullos
que rechacen al marchito futuro.

lunes, julio 12, 2004

Una semilla explotó para diversificarse y anidar en rincones peculiares de la mente y el precipicio emergió, volvió a crecer, volvió a creer. El sol y la Luna se le hicieron amigos, y ahora vibran al mismo son. La moralidad rescindió el contrato con el ser vivo, pero para entonces había hecho una buena parte de su laburo y quedaron rastros que hay que indemnizar en un precio alto y jodido de pelear en la corte del presente. Y todo por una pequeña semilla de paz, de igualdad, de ocio, de respeto cordial. La amabilidad no es débil, es sabia y plena, es fructífera, vital. El amor es un poco más que el sexo y sus móviles. Y los prejuicios son el dolor del niño que es taladrado por el miedo inducido. Hay más allá, hay más acá, y hay algo más. Y hay poco de lo que quejarse si no se tienen ganas de quejarse, y mucho odio por repartir si se tienen ganas de odiar, pero lo que falta es amor. Porque no puedo concebir que el dolor de todos sea necesario para equilibrar la crueldad de la raza. No quiero creer que esa igualdad sea tan cínica, porque su vileza me aterra, me desespera y quita de mis ojos la brillante sensación del cambio repentino posible y real. Hay desaliento por donde sea que vaya, pero no soporto el criterio para juzgar al diferente, desprecio la intolerancia ¿o acaso la vanidad no es el principio de los criterios de bondad y maldad? ¿quién puede decirme qué hay de malo en uno mismo si los demás son tan malos como yo? No a los patrones universales, no al absolutismo. Por favor, no a la tiranía de ideas, a la verdad dictadora que azota a sus competidores hasta que la muerte los levanta del piso mutilados y los lleva al féretro para que descanses por siempre jamás. Haya paz, haya amor. La libertad no es libertad si depende de alguien más, y creo que más que esto no puedo decir del tema.

lunes, julio 05, 2004

Hay una muerte que dió vida al prócer de lo marginal hecho cultura y culto, y hechizó todo el color y el calor de las retinas y las sensaciones que fueron amansadas por un claro sentimiento de prevalecer a la tristeza de su extinción. Inflexible al cambio, a la función de despedida, a la burguesía triste del cerebro que no deja pasar los preciosos momentos de mística infernal, él vuela y quiere ser estrella, quiere llegar a soñar el sueño de estar vivo entre tanta acumulación de nubes estrepitosas y aullidos de lobos que consumen almas solteras de prejuicios.
Pero hay una descendencia y un legado disceminado por los baldíos de la sensación, esos lugares olvidados que se tornan oscuros e inhabitados a medida que el tiempo los agobia con sus rutinas incapaces de sórdido poder. Y esa herencia, esos corazones que sudan amor y frío en sus espaldas, esa es la que va a competir contra el asco social, contra la maldad verdadera, contra la violencia humana, para echar a andar el carro de la verdad primitiva, la que el hombre dejó al independizarse del género animal para convertirse a una independencia trágica y fatal, asesina. Dejó su bondad y su inconsciencia en parte de pago, y le salió peor de lo que pensaba. Y los resquicios precarios que se alojan refugiados en recovecos del ánima van despedazando de a poco las estructuras nocturnas, y de esas actitudes él es partícipe, es cómplice indispensable y secreto, camuflado, obsesionado por un dolor que duele más por el dolor ajeno que por el propio. Y se va porque acá no está en el lugar que le corresponde para que esa angustia lo deje en paz y así liberar toda su energía vital, reivindicar los placeres que él siempre atesoró en el sobre bajo llave que deja como prueba de vida, y cuya llave sólo es reconocida por quienes mamaron parte de su rastro astral. Ya la figura distorsionada entre luces y vapores que solía vislumbrarse no será más la ley de su presencia, y no se recortará su humanidad desequilibrada en la lontananza cuando el elixir sanguíneo le haya ganado a su consciencia, ni será su voz la que atraviese el viento fugaz para abrillantar el todo que vemos y darnos un filtro de libertad, un poco de inspiración encontrada. Ahora sólo se dedicará a contarnos en sueños y al oido una maravillosa historia del futuro que quisieramos haber sido, y del que todavía no hemos escapado. Por eso, porque todavía el adiós no se arrastra moribundo, porque está aún muy fresco, es que el gorgoteo se hace más constante y menos casual, porque hallamos en ese reducto de amor un sortilegio que nos acompaña y coarta la maldad y el dolor. Habremos de aprender que subimos a tiempo, pero bajamos a piaccere, y que la sabiduría es una pequeña piedra olvidada debajo de un gran mar que arrastra a todos hacia un océano indescriptible e intangible, por el que sólo pueden navegar las canoas libertarias y el sol hecho delfin. Larga vida al onírico emperador de las profundidades reprimidas.

martes, junio 29, 2004

Es un personaje sombrío, pero con luz propia, que desplega sus alas de una manera no muy bien vista por el grueso de la gente, que suele juzgarlo y condenarlo sin pruebas, sólo porque la mitología o la costumbre los enjaulan a ellos y necesitan derivar esa limitación en alguien. Y lo escogen, entonces, porque su capacidad de volar, de nadar, de cavar, de destruir horizontes les resulta tan agresiva para su celda que no pueden menos que tirarle palabras aguzadas con resentimiento. Entonces es él quien sufre, porque el dolor tiene doble filo, y su corazón queda ajado, trémulo de horror, y su experiencia se ve manchada de paranoia y dualismo. Para entonces ya va por la mitad de la caída y no tiene otra opción que esperar el golpe, puesto que las alas no responden: están laceradas por el hosco berrinche del rebaño amaestrado. Y ahí, en ese momento, es cuando da a luz al criminal, que escapa del plano fantástico, traspasa el limbo de la duda y llega con una fuerza huracanada para tomar el control de la situación. No se puede expulsar. Procede primero con un poco de respeto, pero a los pocos segundos este se desvanece y da lugar al contraatque, a la obra maestra de la venganza inconsciente. El asesinato es múltiple, interno y externo, y más allá. Porque la primera muerte es la suya, y luego viene el resto, resto que no sólo es absolutista, ya que a veces se conforma con sólo un homicidio parcial. El asunto es quebrar la libertad, hacerla trizas, mutilarla y escupirla, humillarla con todo el peso del odio abstracto por excelencia. Su vandalismo es total, porque a él lo apearon a la fuerza de su unicornio, y eso justifica la crueldad como ninguna otra razón.

lunes, junio 28, 2004

No sé si las sombras están predispuestas a tapar todo lo que va quedando del pasado, pero hay cosas que no puedo determinar y necesito hacer un rescate de diferentes sensaciones para armar el rompecabezas que es mi voluntad en este momento. Tengo ganas de continuar y de detenerme, de encontrar la solución pero sin reflexionar. Voy por una mente en blanco, ese quizás sea el objetivo, y no quiero analizarlo. Paz y quietud, y un hada verde: quizás la solución, quizás sólo una prórroga de la indiferencia astuta e inquieta, solitaria y voraz que me persigue y me atropella, me supera y ahorca el tiempo, la esencia y el bienestar. Lo malo no es tan malo cuando lo bueno está a la vista, pero si esto desaparece con la llegada del terror, la situación se transforma en una vorágine letal que consume el poco claro que aun flota en los fibrosos interiores de algún lugar escondido, refugio de ideas altas y sueños profundos, limpios y astrales.

viernes, junio 25, 2004

Es el queso y es la trampa, todo junto, en una sofisticada forma de atravesar los campos del deseo. Es la manzana y babel, y la primera piedra. Porque todo lo que se niega, al final termina generando peligro cósmico, desde la planta hasta las estrellas, todo tiene su naturaleza, su uso, su vigor inexorable, su capacidad de ayuda y de destrucción, y nadie debería juzgarlos. Si la más que sabia natura no tuvo voluntad de desaparecer del universo ese extraño ente ¿qué clase de divinidad se cree el hombre gubernamental para ataviar de represión a la utilización de aquel?
Es repugnante saberse miembro de una comunidad colonizadora, represiva, obsesiva, pacata, soberbia e hipócrita, porque esos mismos semidioses castigadores son los principales comerciantes, beneficiados más por sus mandamientos gendarmes, obtusos como una tijera para castrar. Y no sólo atacan, sino que también consumen. Son sus propios criminales de turno, pero con el carnet de la pléyade que le cuelga del bolsillo de su saquito almidonado. ¡Ay, la humanidad! Que chusca representación de la contradicción dañina por excelencia. Un claro ejemplo sobre los efectos secundarios del poder letal y sus allegados. La hipocresía de la hipocresía. Rara avis in terre es quien escapa a estos cánones. Y espero poder leer esto en algún momento del futuro medio y no sentir vergüenza o remordimiento. ¡Abur!

martes, junio 15, 2004

El cierzo es agresivo, y no duda en ahuecar la moral ni todo lo demás. Quiere colonizar mi alma, y eso no puedo aguantarlo, o quizás sí puedo, pero no lo quiero. No, no y no. Nunca me dejé invadir por la rigidez, y no pienso empezar ahora. Qué más da, hay cosas que son y serán siempre, entonces la única solución es apartarse de esa ráfaga helada y buscar un poco de suavidad. Así, con esta insurreción almada (y no armada), es como quizás se encuentre el hoy-en-día inexistente equilibrio, esa convivencia simbiótica, pacífica, pseudo ácrata, yendo de la mano libertad y libertinaje, procreando la postal de todo lo que nunca tocó el hombre y con tanta armonía creció. Y que la raza se dé cuenta de que el verde no nació en los dólares.
Bueno... para romper un poco con los bostezos me cargo una letra de esta pequeña gran banda que hace furor en mi cabeza últimamente. El tema se llama "Babel", y pertenece a Heroes del Silencio:

Alguien jodió las calles
con prohibiciones de higiene mental.
Quién separó los colores
fabricó las casillas que has de ocupar.

Babel dividió el planeta
enterró en sus mazmorras el nervio del sur.
Aquel que cerró las puertas
levantando muros que no saltes tú.

Alguien tomó en sus manos
las manos de todos, confirmó su ley.
Quién enseñó la doctrina:
Sabiduría que no nos quita la sed.

Babel plantó banderas
cantó los himnos en distintas lenguas
aquél que nos da trabajo
y vino agrio que nos entretenga.

Babel olvidó que el hombre
es el lobo del hombre que le va a devorar,
y ya no espera otra cosa
que te vayas con otra para no regresar.

miércoles, junio 09, 2004

Se abrió un abismo pequeño
entre esto y lo demás
que derribó el antifaz,
asumiendo la calma
el reinado del alma
y de su propio dueño.

Pues la ínfima distancia
se tornaba insalvable
para el cielo de cables
para el mar de cemento
con pobre conocimiento
y atropelladas ansias.

Pero el caso les ayuda
porque responde a un final
un límite temporal
que equilibra su poder
y hace desaparecer
el abismo que te escuda.

martes, junio 08, 2004

Perdimos la fe una vez, y otra, y otra, y otra más. Y entonces dejamos de buscarla, total... ¿para qué? Pero, como buena ley vital, bastó dejar de buscarla para que ella solita (cambiada, completamente mutada) se acercara, con la cabeza gacha, pidiendo permiso para arraigarse nuevamente a nosotros. Y la acogimos con el máximo fervor, claro está. Y qué bueno que a cada rato lluevan gotas de confirmación, que rieguen este campo hipotético para hacer crecer la certidumbre de que todo está realmente bien, de que todo sigue igual, de que ahora no es como antes: ES MEJOR.
Y para esas nubes que tiran flores desde un lugar oculto, mis más cojonudos agradecimientos. Los amo. Las amo. Que sea así, que haya paz, que haya amor. Si hay que revelarse a algo, es al malestar inerte, fláccido, estéril. Porque hay malestares que enseñan, malestares que inspiran. Pero existe uno cuya única actividad es el parasitismo. Y eso no rinde. Vamos a tratar de querer lo poco que queda de todo lo que soñamos, y que de esas briznas surja la renovación del espectáculo.

jueves, junio 03, 2004

El oficio de distinguir no es el mío. El oficio de decretar, menos. No fu hecho Dios, no tengo ganas entonces de determinar. O puede que sí, pero no de este modo. No quiero autoridad, sólo un poco de atención para que el lugar nos sea común y no quede sólo en manos de quienes peor manejan la situación. Mi deseo es sencillo: quiero molestar, no guiar. Quiero una revuelta, pero no en base a mis ideales, sino a mi paz, a la paz. O quizás esa paz sea un ideal en sí. Pero ¡joder! Que no quiero un mundo a mis pies ni a mi medida, sólo pretendo tener mi jardín y que nadie orine en él (al menos no sin mi consentimiento), ni yo orinar en el de nadie.
El dueño del bien juega muy mal
robando a los ladrones
para comprar su moral
asesinando sicarios
por unos pocos doblones
que perderá al apostar.

El dueño del mal juega muy bien
alimentando la pobreza
que ni siquiera es tan pobre
pero sí más espesa
que las ideas del hombre
y su impúdico ser.

Y el dueño del mal
y el dueño del bien
se reparten las cartas
para saber quien
a traves de sus trampas
se quedará con la ley.

domingo, mayo 30, 2004

Las persianas completamente bajas, la circulación al bajo nivel que es norma en esos momentos, pero la psicodínamo frenética, en busca de cosas y casos que nada tienen que ver con todo esto, y menos con aquello, ni hablar con lo de más allá. La luz todavía está encendida, la calma es extraña, algo áspera. No. Más bien es rugosa, como la corteza de un árbol. Y, entonces, la voz. Sí, una voz. Una voz fugaz, repentina, relámpago sonoro y shock: todo se conmueve e instantaneamente emprendo una búsqueda del origen de ese ruido bien definido, pero es inútil.
La tranquilidad ahora se transforma en un mar picado, haciendo remolinos por doquier, bramando por el eco que desestabilizó todo. En un segundo la tensión baja, y se repite la voz, pero con otras palabras. Nuevamente el descontrol, el pandemonium mental. Y otra vez la calma. Y otra vez la voz. Pero ahora, más frío, voy en busca del equilibrio que me permita mantener una coherencia, una seguidilla de palabras, hasta quizás una conversación.
Fue arduo, pero parece que ese yin-yang psicológico ha sido alcanzado, y la conversación va remontando vuelo... y entonces el sueño se lleva a dar una vuelta a mi consciente, dejándolo atragantado de curiosidad. ¿Qué me habrá dicho?

viernes, mayo 28, 2004

En la ignorancia hay tranquilidad, porque sólo se puede odiar y sufrir por lo conocido. En cambio, en lo ignoto se posa la esperanza, la chispa que puede encender todo el fuego. Entonces, quizás podría poner un aviso en el diario que orara, masomenos, así: Cambio escasa sabiduría por prominente ignorancia, pago diferencia, no ofrezco garantías ni devoluciones.
Es como aprender a leer: Cuando uno pasaba por un letrero sin saber leer, era divertido ver los símbolos como dibujos sin sentido, buscándoles el significado, la forma, la expresión, y que estos cambiaran con nuestra perspectiva del momento. Pero una vez que se aprende, el significado, la forma y la expresión se vuelven invariables, irrevocablemente invariables, y ya nunca volveremos a ver una letra sin pensar en su nombre, su sonido, su pronunciación. Por eso propongo una campaña de ignorancia sabia y creativa, es como una anarquía del conocimiento. Que los valores sean sólo valores variables, y que la única verdad se concentre en cultivar el propio jardín sin orinar en el ajeno, a menos que esto sea de común acuerdo, por supuesto.
Brilla el sol contra la pared transparente que le devuelve gentilezas y me acaricia. Del otro lado, el resto. Y acá, acá adentro, una interminable bataola de fuegos, mares, prisas y encierros, tristeza y "todo sigue igual". Van surgiendo esas preguntas sobre cómo el amor se erosiona por las caricias suaves pero letales del tiempo atemporal, cómo la intransigencia es, para algunos, utopía y, para otros, necedad. También surgen respuestas a cosas que no recordaba haberme cuestionado, y ahora no recuerdo haber respondido. Y también esos fugaces enamoramientos, esas historias que viven las miradas, con la intensidad y duración de un orgasmo. Es algo tan cruelmente típico que prefiero no pensarlo para que la erosión no le llegue también a este sencillo estado de calma y reflexión. Es mejor que no se sume al montón de Cosas-sin-sentido. Es que...¡vamos!, si nada carece de sentido hasta que nos decidimos a buscárselo. Por eso hay momentos en los que pensar sin pensar es mejor que pensar pensando, así aunque sea sufrimos menos, y eso está piola. Bah, o será que yo le perdí el gusto a tantas cosas por culpa de esa pesquisa funesta que ya le tengo cierta aversión, y quiero salvaguardar los pocos lugares que quedan del otro lado del sentido. Vale, habrá quien me dé el mote de cobarde, pero si es por eso, lo acepto con gusto.

martes, mayo 25, 2004

Vamos, que el amor cambió de forma, de hábitos, de actitudes y de recompensas. Vamos a ver amanecer al balconcito que es testigo de tantas hazañas perdidas en una ensalada de flores, aromas y mareos. Vamos, que ya está bien de arañar el paño. De hecho, hay que jugar sobre él, para eso fue hecho. Y sí, hay cartas, fichas y mucho buen humor.
Me toca jugar, y mi naipe es la Felicidad, esa con mayúscula que alguien calificó de inexistente, de imposible. Yo tengo que ganar, y ya no hay vuelta atrás. Entonces, si la Felicidad no existe, me voy a ocupar de inventarla mientras los demás no se dan cuenta, o con la ayuda de ellos, lo cual sería mejor. Capaz que si gano yo, terminamos ganando todos. Primero habría que dejar atrás toda la parafernalia de los ideales faraónicos, o al menos postergarla para cuando hayamos encontrado la fórmula de esa inexistencia latente... así que mejor me apuro. Los pasos siguientes se verán a su debido tiempo.
Desde hacía un buen tiempo que lo conocido no tomaba el lugar de la euforia... así que ya le tocaba, y en estos momentos está encargándose de manejar las riendas del bienestar. Esta vez, la simpleza tomó forma de armadura y, lo que siempre fue así, salió a la luz de una manera descomunal, dejando en claro que va amaneciendo.
El protagonista de la obra comienza a comprender los significados de ese nuevo amor, con menos curvas y caminos más libres, que dejan vislumbrar un horizonte mucho más rico, sano y cálido, sin oscilar tanto. Y el sol que va saliendo, desperezándose, es quien se encarga de ponerle la firma a ese grito de guerra que saca al equipo de una posición defensiva por demás.
Es que todo sigue igual, nunca cambió, y ahora hay que festejar la nueva era, el cielo, la claridad y los abrazos, esas caminatas inestables, las lluvias fraternales, saltar al unísono, gritar, soñar y todo lo demás. Porque si tengo de-más, no te voy a andar echando de-menos ¿no?

jueves, mayo 20, 2004

Bueno, recién hablaba con un AMIGO y me dijo un par de cosas que me dieron ganas de hacer la siguiente lista, así que ahí van las cosas que me gustan o me hacen bien en la vida:

Tirar un caño. Abrazar a mi vieja. Ponerme loco con un tema en un recital y saltar hasta perder la razón. Ganarle a Boca. Que la hinchada se cope. Los huevos, la ternura y el resto de la enormidad de mi primo Gopal. La calma, el idealismo, el cariño y las demás cosas de la enormidad de mi prima Belén. Un té con limón y miel cuando el frío aprieta. Una buena limonada o Gatorade cuando el calor agobia. Las charlas y las noches interminables con Edu. Los duendes. La ilusión, el sueño, la niñez. El delirio de Ale. Las locuras del Fer. Fede y su interminable (y cada día más sorprendente) grandeza. Los libros que me abren la cabeza. Las canciones que me conmueven. Hacer reir. Que me hagan reir. Reirme. Ver una película que me haga desternillarme de risa. Los debates tranquilos con gente abierta. Los Redondos. La ropa deportiva. Las camisetas de fútbol. Escribir algo que me conforme. Jugar al fútbol. El Chacho Coudet. Las utopías. El chocolate. Las comidas de mi mami. Mi mami. Los atardeceres en la playa. Las noches en el campo. Dormir cuando hace frío. Meterme al agua cuando hace calor. Tener una pelota cerca. Los primeros pasos del enamoramiento correspondido. Los primeros mimos. Las cartas de personas que quiero. Jugar al truco. Intercambiar miradas con una chica cuando pasa, y quizás una sonrisa. La calma, la paz, la tranquilidad. El mar. Los lagos, bosques y montañas del sur. La AMISTAD con Pablo. Ver jugar a Ronaldinho. Los meses de verano. El calorcito tranqui. LA LLUVIA. El olor de los jazmines húmedos en el verano. El olor del pastito húmedo a la mañana en el campo. El olor del asfalto húmedo en una tarde lluviosa de verano. Llegar de la playa, bañarme y merendar. Las salidas por Plaza Francia con Laura. El gol de Cavenaghi. Mi vieja de buen humor. Jugar por la Copa. Las reuniones en lo de Ale. Cuando la pisa Román. Poder enseñar. Aprender. Plaza Francia y aledaños. Bariloche. Sentirme conforme conmigo. Los animales. Jugar con los perritos. Caminar con algún amigo mientras hablamos. La noche. La seguridad. El licuado de manzana con agua. Comer en McD o BK. Ir al cine. Ver a las chicas que viajan en el mismo bondi/subte. La voz de Ismael Serrano. El pañuelo que me hizo Fede. Mi camiseta de Holanda. Las entradas que guardé de los recitales a los que fui. Las noches de verano. Los cielos claros y estrellados. La Luna. Los recuerdos lindos que no molestan. Conmoverme.
(Y hasta acá dejo la lista, quizás algún día la siga).
Que anden bien. Saludos desde el asteroide b612. Abur.

martes, mayo 18, 2004

Las gotas de un sudor que, a pesar de no existir, sentía caer por mi cara revelaban un auténtico sufrimiento, pero dulce. Inestable, sediento, ansioso, recorriendo un camino tantas veces andado pero pocas concluído. Alrededor se ven caras similares, como buscando ese sueñito que parece tan cerca y tan lejos que uno ya no sabe qué pensar ni decir. Y el sudor corre sin correr, y el tiempo pasa con la lentitud de la luz en mundodisco.Todo es tensión. De pronto el agudo final se precipita, y nos damos cuenta de que por fin era nuestro tiempo, pero también eran nuestros el espacio y el placer. Ahora veíamos las cosas de arriba, y... ¡qué linda vista! La única complicación es mantenerse en equilibrio. Porque a nosotros, a este nosotros, el vértigo nos agranda.

jueves, mayo 13, 2004

El colectivo va repleto. Repleto, y cada día su contenido se abulta más y más, parece que fuese interminable el espacio que tiene para almacenar. Es que usa un mecanismo muy fácil: el intercambio. Todos los días suben distintos pasajeros, y al mismo tiempo bajan los más antiguos. Es raro. Raro porque esos más antiguos son los que más urgencia de llegar a destino tienen, los que más ansias generan, más desesperación. Y el conductor siempre es el mismo: una persona obstinada, oscura, de rostro cubierto, con una mirada sombría y fría, soberbia e inaccesible. Mira fijo y nada cambia para él, pero sí para la victima de su contemplación. Y sube al colectivo, paga su boleto y se acomoda donde puede. El recorrido es interminable. Tiene un itinerario indefinido, toma las vueltas menos necesitadas y para en cualquier esquina, buscando nuevos pasajeros y desechando otros, como si fuesen descartables. Es realmente indignante. Y entonces, cuando el cuento del recorrido eterno, de los descartes, de la misma historia de siempre ya hubo tomado un tono candente e irascible, en ese momento el chofer dobla en un callejón sin salida y, pedal a fondo, choca de frente contra el paredón que cierra, muriendo todos los que habitaban el bus. Y, si bien el conductor puede ser considerado una "persona", los pasajeros no eran ni más ni menos que recuerdos.

lunes, mayo 10, 2004

Ese muerto que ven ahí, así vestido, ha resultado asesinado cientos de veces, y no es un caso singular. Pero cuidado: no todos los difuntos son reincidentes. Lo que pasa es que algunos no saben morir, o no se conforman con eso, ni se rectifican. Hay cadáveres que yacen pacíficamente habiendo tenido una mediocre existencia, y otros que vagan infinitamente la eternidad en busca de esa gota de llanto que perdieron cuando sus aspiraciones fueron masacradas por alguien menos imperfecto que ellos, al menos desde un punto de vista… quizás. Ese cuerpo no-tan-sin-vida que recorre los rincones más oscuros puede perecer tantas veces que uno perdería la cuenta fácilmente. El problema es que casi nunca nos enteramos de su fallecimiento, y esto se debe al criterio paternal que tienen los informantes para decidir sobre cosas que pueden afectar la sensibilidad y el termómetro de libertad de algunos televidentes. Por eso es que la tristeza embiste con fiereza a los muertos reincidentes, y estos sienten que sus pequeños logros se marchitan instantáneamente bajo la suela de esos no tan distintos pero sí tan poderosos, aunque sea un burdo poder ficticio, alimentado por energía banal que sólo puede comprar mentes débiles (que, lamentablemente, siguen de moda). Y es entonces que el difunto comienza su abandono, poco a poco, rindiéndose sin ganas, pero sin alternativa visible. Y así sucede: millones de muertos resurgen millones de veces para ser asesinados nuevamente, como una calesita de intentos, hasta que se agotan y quedan en transición, sin saber a qué mundo pertenecen.

jueves, mayo 06, 2004

El sonido viajó desde el frío. Pero no cualquier frío, oh no, hablo de un frío particular, delicioso. Ese frío que aromatizó todo un recuento de sensaciones mágicas entre ambos, sin dejar de enfriar, pero siempre en la justa medida. Es que siempre viene bien un poco de hielo para darle un uso sabio a la pasión. Y algún día supimos derretir ese clima semihostil para que emergiera de los restos una flor llena de vida, una flor incapaz de marchitarse ya que no sabía de las inclemencias del paso del tiempo. Y esa flor perduró, aunque por un tiempo quedó olvidada en el rincón de una habitación hermética. Pero hace poco, el sonido que viajó desde el frío penetró en ese cuarto para alumbrar con su brillo los decaídos pétalos de aquella maraviila. Y le anunció que el retorno no era inevitable, que las esperanzas sabían hacerse desear, pero algún día habían de ceder, y ese día no estaba tan lejos. La posibilidad le resultó dulcísima, como si una frambuesa harto madura se hubiese fundido en su boca repentinamente, y el paladeo lo enloqueció de placer. La euforia vino a él con paso sereno, y fue ese equilibrio el que le entregó las palabras en una bandeja de plata. Las tomó, las olió, y las acomodó en su alma como piezas de rompecabezas. Allí fue cuando la situación cambió, y el sonido, entre remolinos de colores, fue tomando forma, a lo lejos, en un horizonte que quería acercarse, pero tenía temor, un temor respetuoso que titubeaba y hacía titubear. Pero todavía no hay un final para esta historia, porque las suposiciones no han sido corroboradas, así que eso lo dejo para más adelante. Abur.

miércoles, mayo 05, 2004

Y crecieron. Crecieron dejando un rastro hermoso, un arcoiris como camino, lleno de matices, de gloria y belleza, arengando los oídos y el corazón con mucho arte inmaculado, con un sueño fenomenal que al final sólo fue eso. Crecieron desde los pequeñísimos antros, desde la inmensa soledad, a la cual fueron borrando con el tiempo. Pero están cambiando la goma. Ya no borran con autenticidad: ahora borran con negocios. Borran y venden. Borran y compran. Borran y entregan. Borran y se borran, se desgastan, se deslizan hacia un profundo e interminable destino de apariencias. Con su antigua goma se van los sueños, la magia, los colores... todo ese camino vuelve sobre sus propios pasos e implota en una supernova de tristeza y decepción. Y sólo queda la obra, como ejemplo de lo que pudo ser una fantasía y realidad, pero terminó en un nudo abrupto.
Premonición y psicodelia sin cosas raras, como un encierro o un entierro descomunal. Nada tiene sentido pero todo sale de donde no se sabe nada pero algo lo demuestra, como dando señales de el incendio más magnánimo y colorido, un azul que devora ciudades y capitales del poder más obtuso, más agotado y crítico, más austral y anodino, triste como la tristeza más triste, pero sin tantas lágrimas. Porque no nos obligaron a nacer, pero sí a morir, aunque no en todos lados, y sí en todos los lados de un cuadrado que no cambia su forma ni por asomo, jamás de los jamases, y el delirio ya tomó la posta. Quizás debería bajarme de mi mula, pero no creo que sea el momento, vale más proseguir un poco y ver qué sale de este sinfin de atolondrados que nada tienen para decir, pero hablan igual, sólo para llenar el hueco de silencio en el aire, y así emparchar los sueños con una histeria de realidad que paraliza el mundo para que gire en es dirección tan patética, tan hastiante...

martes, mayo 04, 2004

No dejes que el miedo destruya tu amor.
No dejes que la envidia destruya tu amor.
No dejes que los celos destruyan tu amor.
No dejes que el orgullo destruya tu amor.
No dejes que la soledad destruya tu amor.
No dejes que la mentira destruya tu amor.
No dejes que la realidad destruya tu amor.
No dejes que la religión destruya tu amor.
No dejes que la sociedad destruya tu amor.
No dejes que la policía destruya tu amor.
No dejes que la miseria destruya tu amor.
No dejes que el gobierno destruya tu amor.
No dejes que el dinero destruya tu amor.
No dejes que la ciencia destruya tu amor.
No dejes que el destino destruya tu amor.
No dejes que el odio destruya tu amor.
No dejes que la maldad destruya tu amor.
No dejes que el protocolo destruya tu amor.
No dejes que el poder destruya tu amor.
No dejes que la escuela destruya tu amor.
No dejes que las leyes destruyan tu amor.
No dejes que la gente destruya tu amor.

NO DEJES QUE NADA, PERO NADA, DESTRUYA TU AMOR.

viernes, abril 30, 2004

El corazón, la cabeza y el alma rugen. El estrépito sacude mi cordura, que tambalea, se encuentra groggy, y el golpe de gracia no requiere demasiada potencia, por ende el temor es grande. Pero qué hacer si todo está del otro lado de la capacidad... Porque si me encontrara en ese plano, tiraría la toalla desde mi rincón, para que la derrota, al menos, no resultara letal. Pero pasa que mi limbo me niega el contacto, y contemplo con desesperación la muerte de mis para-qué, de mis quizás-si y de los tal-vez-algún-día. Va desagotándose la piscina de caminos por recorrer, y no encuentro el tapón: no está ni detrás de los recuerdos, ni en las esperanzas del futuro, ni siquiera bajo las pequeñas alegrías del presente. Y la tisis consume cada vez con mayor fervor a mi ya angostísima presoledad. Los recursos se esfuman.
Un terror más que serio camina por el medio de la calle con un paso tranquilo. Su semblante es algo soberbio y se lo ve intranquilo, parpadea como si le relampaguearan los ojos; y su mirada baja la temperatura de los corazones más inocentes. Revuelve escombros con el pie, frena, hace un paneo: gris. Todo es gris, una enorme soledad recubre los horizontes. Hay extremidades desperdigadas por las aceras y las calles indistintamente, y el rojo de la sangre es lo único que rompe la monotonía del gris, pero no así del dolor. Y de pronto, en un fugaz vistazo, su mirada se topa con la verdad más punzante: el cuerpo mutilado de una niña que apenas tendría 2 años de edad. En realidad, al avizorarla sólo era una masa de carne sanguinolienta, pero por pequeños indicios en sus casi irreconocibles facciones podía notarse el sexo femenino. Fue entonces que su propio corazón, el corazón del terror, sintió el hielo, el escozor. Una ráfaga de pensamientos turbios, llenos de rabia y angustia, le atravesaron la consciencia, y echó a correr sin rumbo alguno, maldiciendo al vil culpable de esa calamidad con gritos desgarradores. Pero a mitad de su enajenación, surgió repentinamente una figura que lo dejó paralizado: era un hombre. Un hombre vestido con elegante traje militar, sonriendo tiránicamente y examinando despectivamente al terror, quien continuaba helado, aunque no su cabeza ni sus sentidos. Y a causa de eso fue que logró hilvanar sus sentidos hasta el punto de llegar a una serie de conclusiones nefastas: El causante de todo ese desastre, había sido indudablemente aquél ser repulsivo, y el regocijo que la masacre le producía hizo convencerse al terror del insondable sadismo que reinaba en la cabeza del hombre. Así comprendió que en realidad él tenía más que temer de los humanos que los humanos de él.

martes, abril 27, 2004

Visto y considerando que llevo un sinfin de años tanteando la oscuridad que me atora por cualquiera de los costados, voy a proceder a correr desesperadamente en una dirección al azar, sin detenerme hasta que mi cabeza se encuentre conversando con un paredón sobre cómo se dio ese choque tan feroz. Entonces, voy a cambiar mi rumbo 180° y repetir la operación, y cuando halla hecho lo mismo las veces necesarias como para cersiorarme de que todo es una limitación invisible, me sentaré a esperar que el cielo se caiga sobre mí, o que mis alas terminen de sanar. Y quiero presentar mi queja al destino que hizo que su vodevil bélico desprendiera un fuego certero que fue a herirme en pleno vuelo y me dejó caer en este tristísimo aljibe.

lunes, abril 26, 2004

Creo que sigo cayendo por el mismo pozo de siempre... no veo el fondo, y ahora ni siquiera puedo divisar la luz del agujero por donde "entré". Es demasiado abstracta esta caída indefinida, rauda y asesina. Y no sólo porque su final no esté a la vista, sino que también hay algo macabro en la oscuridad, en el aire afilado que recorre mi piel y mis oidos, en el espesor cada vez más concreto del ambiente continuo, como si estuviese bajando por la garganta de un ser monstruosamente enorme. Y, mientras tanto, una voz interior me susurra al oido que está perdida dentro mío ¿qué hacer cuando la paradójica realidad acude corriendo para que le demos una solución?

domingo, abril 25, 2004

Si todas las mentes dicen que no, no vale la pena seguir por seguir.

sábado, abril 24, 2004

AL SUEÑO DE CRECER Y AMAR LO HAN ESTAFADO TANTO... SE QUIERE MATAR.

viernes, abril 23, 2004

A veces uno siente que todos los segundos se pusieran en contra de uno sólo para burlarse de su condición de minoría, y juegan bromas la mar de pesadas. En muchas ocasiones me he sentido bajo la tiranía de esos arbitrarios entes, dándome cuenta de que la Libertad suele disfrutar de un juego de dados.
Hay problemas que son insignificantes...


Llegué tarde...



...a menos que vivas en un planeta más pequeño que ellos.

jueves, abril 22, 2004

Brilló en el aire un bisturí, se relamió y cortó del cordón de la estridencia como una almohada. Su víctima se cobijó en un rincón, hecha una masa amorfa de miedos y rabia, y se durmió pensando alaridos y puños en alto. Luego, mucho después, un poco de shock, y los párpados se iban separando lentamente como la luz del Mundodisco. Vislumbró la eterna oscuridad, y, en el límite de ella, un punto octarino, casi irrisorio, que jugaba con su desesperación temprana. Su percepción se encontraba inimaginablemente perturbada, por ende tiró un manotazo para alcanzarla, y entonces comprendió que sus sueños de resplandor se habían asentado en un futuro cuasi utópico. Meditó. Lo pensó dos veces, tres, cien, mil. Caminó hacia el ínfimo punto con un entusiasmo casi tan latente como su temor. Se frenó. No había mejoras en la cercanía, la distancia debería de ser realmente enorme. Pensó en su inútil estatismo, y volvió a andar, y volvió a parar, y volvió a reflexionar, y volvió a andar, así unas treinta y ocho veces. Entonces se acostó. Se acostó y pensó en la maldita condena que le supuso despertar, y en la insoportable desesperación que causaba cambiar su nada infinita por una nada con la salida a años luz de sus posibilidades, la desesperación que le causaba tener la certeza de lo incierto. Así pasó un rato llorando su ignorancia perdida, y luego se durmió.
Todo lo que toco se parece a tus ojos, y se rompe. Dueño de un corazón loco que se parece a tus ojos...
Tiempo... ha pasado tiempo. Tiempo que fluye y arrastra cosas, deja otras, va arrancando de raíz pensamientos y recuerdos, y siembra ideas y fantasías. Y hay cosas que deja intactas, que las pasa por alto en su furia para que sigan creciendo y haciéndose carne, buscando el lugar y germinando, y florecer en el corazón, arraigándose a él para nunca volver a soltarlo. Y una de esas cosas hoy tomó por asalto mi corazón como un homenaje, una espectacular experiencia que tuvo lugar hace ya años y que hoy en día sigue como lo más profundo de este corto vivir. Y el recuerdo fabrica destrucciones en mi mente y alma, y evoca lagrimas que alguna vez fueron de felicidad y hoy recorren amargamente mis mejillas. El surco dejado por ese recuerdo sigue su camino, incesante, dejando una cicatriz medio abierta que sanga de a ratos, como las nubes. Y todo tan vano, tan trivial, tan vacío sin esos ticks, sin la aguda voz del fervor. Entonces llegan las confusiones, las búsquedas del sentido, de los significados, del amor, del odio, la bronca, el llanto, la melancolía, la nulidad, el bloqueo, la nada. Lo peor es la nada. Ese agujero negro que se para firme, con los brazos en jarra, donde alguna vez estuvo asentada la euforia más apocalíptica. Sólo queda ese éxtasis devenido en frustración, y esa magia atestada de esperanzas. Y una mínima ilusión, ahogándose en la vil realidad. Hoy, más que nunca, mi mundo es redondo.

miércoles, abril 21, 2004

Amaneciendo.

Si te extraño no es extraño.
Si me caigo es por vos.
En la calle dicen
que somos felices
y no existe la razón
de dejarte para siempre
cuando fuiste mucho más
que mi eterna compañera,
y que hiciste lo que quieras
porque así lo quise yo.

Creo que está amaneciendo
y lo que voy haciendo
me pone peor.
Pero yo vivo a mi forma,
sin reglas ni normas
es mucho mejor.

Si te digo lo que pienso
iría preso por amor.
A la gente que se burla
y a los otros que se asustan
no saben quién sos.
Y tu sexo más profundo
y tu golpe de vagón...
Cupido te pido
que te hagas amigo
de la noche y del dolor...
Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas, huiremos lejos de aqui, a otro planeta...
Una fuerza salvaje se desata desde las entrañas del corazón. Esa pasión furibunda que atormenta al cerebro con azotes inclaudicables de rebeldía, de libertad. Brota a borbotones la rabia contenida en nuestro enjaulado espíritu. La explosión y el llanto, el grito y la bronca, la anarquía sensorial toma por asalto al cuerpo y lo sume en mágicas vivencias inimaginables. Un espectáculo brutal, demencial, antológico. El mar de almas está más picado que nunca, y de su efusividad nació una luz multicolor que inunda la galaxia, demostrándole a los dioses que a veces no gana quien mejor juega, sino quien más resiste.

martes, abril 20, 2004

Algún día tu tortuga aprenderá a volar.

lunes, abril 19, 2004

Desde lo más profundo de mi ser creo que la palabra "loco" nos es común a todos. La locura que la sociedad establece es esa locura que depende de quién enjaula a quién. Pero no, mejor no hablar de ciertas cosas. Yo me refiero a la locura que nos hace únicos, nos hace diferentes a los demás y permite que todo esto no sea una monotonía aún más grande. Esa locura que a veces es condenada (así será cada vez que alcance cotas "desmesuradas") da la oportunidad de imaginar las cosas con una perspectiva singular y fantástica, tan propia como la misma mirada. Hay locos que son todo creación, todo imaginación, todo sueño. Esos son los que dan pequeñas huellas que asisten a la moribunda esperanza para darle un aliento vital. Y hay otros locos... los locos que destruyen, que limitan, que cierran. Son locos demasiado locos: son cuerdos. Son los que destruyen a sus diferentes, los que atan y mortifican, los que cambian y adaptan, los que quieren liderar. Visten un sadismo a flor de piel que dificilmente se pueda comparar con otra cosa que no sea su egoísimo. Son locos que, una vez que hicieron su mundo, nos golpean con él hasta matar todas nuestras ilusiones e ides, todos nuestros criterios y valores, todo nuestro bien y nuestro mal, y ahí criarnos en base a su planeta de locura tan loca, y... ¿saben qué? Yo no quiero volverme TAN loco.
Quiero sentirme abstracto. Bah... no sé, quiero sentirme espíritu, ave en libertad. Quiero de nuevo mis alas en su plenitud. Necesito independizarme de este cuerpo tiránico, de esta jaula de piel. Deseo con todas mis ansias una huida lejos de la humanidad, de mi humanidad, puesto que así soy sólo una añoranza sin rumbo, una ilusión tan opaca como la suela de mis zapatos, gastados por el incesante caminar sin rumbo ni ubicación. Eso es lo triste de esta recorrida: me encuentro, de repente, yendo hacia un lugar que no sé dónde queda, buscando no sé qué o quién, y eso es demasiado triste y desesperante. Soy la voluntad agonizante vagando por una eternidad estéril.

sábado, abril 17, 2004

Tiré toda mi vida a la basura y ni las ratas se la comieron.
Creo que esto se trata de perder la forma humana... sí, sí. Alguien grande lo dijo una vez, más de una, y ahora comienzo a entenderlo. Es parte de todo un movimiento psicológico y revolucionario que se gesta dentro del alma del ser que la encadena cuando ésta no puede más de libertad, de amor y de énfasis, y necesita atomizarse, volatilizarse, expandir sus partículas de sentimiento por todo el universo, por todo el infinito. Ahí se pierde la forma humana y un crisol de almas se funden, se agitan y se esterilizan, renacen, viven; así es el tema, así, cuando somos conmovidos, todo llega a un default. Es el jueguito de la vida, de la carnada, un tire y afloje más cruel que los mismísimos hunos. Entonces el regreso a su Itaca, esa momentanea sensación de ser investidos por el sentido, ese sueño que torna casi al punto de ser palpable, llenan el tanque de la jodida esperanza. Entonces volvemos con la cabeza gacha a nuestra forma humana, con la ilusión puesta en la mítica visión, en ese bastión inexistente que colma nuestras irrisorias expectativas sobre un nefasto futuro carente de sentido.
Nadie puede escaparse si todo es una prisión.
Y va perdido, esperando una señal, preso en la bruma de la inercia...
No quiero hacer un discurso florido, ni una rima exacta, tampoco un lirismo, vengo a entregarles mi efusividad: NOSOTROS EXISTIMOS Y NO SOMOS SOCIEDAD.
Por eso, porque sólo somos entes separados de los demás, como ínfimas galaxias personales, como un campo de fuerza que genera burbujas independientes, como la mente y sus más insondables rincones, así. Y entonces, porque no somos nada, ni nadie, ni siquiera algo... quizás simplemente no somos ni estamos, al menos para los demás, para ellos que ven sólo lo que sus mentes les permiten ver, como un horario de protección al menor. Y sino, fíjense cómo discriminan al que vuela y no tiene alas, al que brilla sin hacer sombras, al que ríe sin motivos... es genial la cantidad de cosas excesivamente básicas que se pueden utilizar para desvirtuar a esta humanidad caduca, triste y sin sentido.

viernes, abril 16, 2004

Hace mucho tiempo escucho voces y ni una palabra...
El diluvio continúa, y yo no le pongo el freno. Todavía tengo amigos que me quieren como soy... y eso me hace demasiado bien, aunque no me dé cuenta, aunque nada me haga bien, eso me hace bien. Y en este estado de centi mental uno quiere tanto a tanta gente que deja de creer en la verdad que es todo lo que siente porque parece un exceso mentiroso, una grotesca representación, absurda por demás. Y locuras de todos lados, y un flash que no tiene nombre, y eso no es nada, pero joder que me cambia sentir esos instantes de eternidad vivida y por vivir.
Sí, un diminuto estado de nirvana "a lo Lucien". Es un diluvio mental, como una cascada de aguas filosóficas e idealistas que caen sin cesar y no me dan los dedos para dibujar en letras todo lo que mi mente barrunta, imagina, moldea. Hoy me dijeron que tengo ansias de poder, cuando siento que lo aborrezco, que no deseo jamás sentirme en una situación de poder más allá de lo que sea necesario para cumplir mi jodida utopía de que este mundo sea un lugar "mejor", porque mi asteroide viene agonizando desde hace ya mucho tiempo y no quisiera que se extinga la especie que más me reconforta. Lo más triste de todo esto es la certeza de saber que jamás de los jamases voy a ver mi obra terminada. Y no sé cuál es el quiebre, atrás de qué arbusto me olvidé las esperanzas, en qué camino me cambiaron el entusiasmo que tenía en las alforjas por un nihilismo tétrico, infausto y letal. Amo ser lo que soy, pero tengo tantas ganas de recuperar esas motivaciones, esa creencia en lo que quiero, esa certeza de una posibilidad de mejorar, de lograr algo. No sé, es patético mi estado de hastío.

jueves, abril 08, 2004

Retorno de una pequeña inactividad causada por la saturación. Aquí dejo una pequeña catarsis recientemente consumada que trata sobre un resto demasiado importante en las esperanzas de este ente, así como en las de muchos otros. Quizás haya quien se identifique, no dejen de comunicármelo (siempre y cuando no les sea molestia). Saludos desde el asteroide b612.

El resto más valioso.

Tristemente, las renuncias se van superponiendo y queda el vacío más alimentado en la eternidad más inútil. Abnegado por demás, queda ese resto, esa perla que brilla, y con ese brillo lanza miradas audaces, desafiantes y hasta hirientes, corriendo entre los laberínticos muros de una historia turbulenta de desapariciones consecutivas con pequeñas islas de placeres extremos y amplios mares melancólicos. Un paisaje de feroces magnitudes y características absurdas como religiones, como instituciones de seriedad circense. Pero sigue sobreviviendo ese resto, esa grieta, ese haz de luz en la rendija de la esperanza demacrada, molida a palos, que todavía agoniza en una jaula lóbrega, silenciosa y desolada. Ese resto tan gastado, tan seco, tan marchito que casi ni siquiera es un resto, sino una sobra. Ese resto que ya no suma, que está como mirando a la muerte con unos ojos atiborrados de deseo y convalecencia. Un resto que, a pesar de todas sus desgracias y su nefasta condición, es más valioso que la gloria, porque en su supervivencia se posa el último bastión de una fuerza, de una potencia que supo dominar al mundo.

Lucien.

martes, abril 06, 2004

Hago un pequeño posteo pre-sueño para dejar el mojón hacia un sitio web en el cuál tengo una pequeña participación, y que me interesa compartir porque siento que tiene contenidos interesantes.
www.lalibertadesfiebre.com.ar
Espero que sea de su agrado. Saludos desde el asteroide b612.

sábado, abril 03, 2004

Es un cierto agradecimiento este posteo. Tiene que ver con los blindajes, que con ese cariz verde manzana tienen el sexto sentido que les permite poner la trampa justo cuando la tristeza está a un paso del sitio y sin que ella se dé cuenta, para que caiga como la más inocente en una jaula momentanea, mortal y blanda. Así, con esos dotes, los blindajes cuidan mis ánimos como si fuéramos una manada, un sustantivo colectivo del cual todos somos los hacedores, como si fuéramos una pintura y todos perteneciéramos a algún color exacto y plenamente necesario, y formáramos parte de los matices diversos y resultáramos indispensables para el otro. Así lo creo. Y por eso este post. Simple y eternamente gracias.