lunes, noviembre 22, 2004

Es una fábula hecho instante fugaz, como el amor ardiente de un segundo extenso que se adueña del tiempo y el espacio, y todo lo contiene, y lo llena todo. Así es tu gesto y mi sentimiento, de la mano, persiguiéndose aleatóriamente sin tregua y con mucha paciencia. Pero sé que tu voluntad no lo busca, y yo hago que lo encuentre, aunque sea sólo un dulce cuento fantástico que nada tiene que ver con la realidad. Tus ojos escasos, tu boca abismal haciendo eco de tu sueño, y toda la ternura del universo viene hacia vos como si fueras EL imán.
Vos y la luna, y el sol, y vos, y el cielo y el jardín y vos y el espíritu blanco con propia vida de inspiración divina y vos. Ocupás cada lugar entre los avatares de la belleza, cada espacio vacío entre dos milagros. Sos el complemento ideal de la perfección, pero preferís obviarla y obviarme, aunque sea inconscientemente.

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