lunes, noviembre 01, 2004

"Perfecto, como la noche, como el aire tibio que no sé de dónde llegó para copar el ambiente. Así de perfecto fue ese momento, esos veinte minutos, esa media hora de noche perfecta, de tu voz, del barrio.
En algún rincón de mi vida siempre soñé con un momento así, era como algo que hacía eternidades no pasaba. [...]
No sé por qué, como no supe por qué en aquel momento cuando, en cambio, sí supe que había algo extraño en mi forma de mirarte. Y no sé en qué momento salté (si es que ya lo hice).
¿Vos querrás tirarte? La cantidad de veces que me pregunté eso no tiene nombre.
Y ahora llueve.
¿Algún día leerás esto? ¿te lo leeré? ¿lo leeremos juntos con una risa tierna, débil, endulzada por mi ingenuidad? ¿o lo leeré en un futuro medio como el capitán que lee la bitácora de una derrota?
¿Habrá futuro doble o estaré construyendo un enorme pasado repleto de nada?
La luz del amanecer me llama a soñar. A soñarte, quizás. Siempre quizás. "

Hay veces que soy otra persona escribiendo por mí. Como si me reemplzara desde el banco de suplentes de mi alma un ser con características irrebatibles, pero de modos extrañísimos.
Y este es uno de los casos.

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