jueves, diciembre 29, 2005

Montada en zeppelin mi mente va a correr la liebre de los sueños en una carrera contra la realidad.
Cómo ebulle el suero de rubíes que me concierne cuando los colores del futuro se visten de gallo y hacen amanecer una ansiedad arcoirica en mi corazón.
Esos angelitos desvirgados de inocencia
con su sangre espesa amargándose
el delirio que refrega sus ojos
como un trapo de piso sucio
condenando las trivialidades
a ritos de desprestigio y sombras
donde los demonios regurgitan
la poca luz que no han devorado.

Qué terrible final
para un principio igual a todo.

domingo, diciembre 25, 2005

Apartado.

Ser tan celoso de mis miserias a veces resulta peligroso.
Me vuelvo un ermitaño que no deja sus sombras, como un vampiro autodidacta.
Quizás sospechen, quizás fantaseen, quizás se persigan... yo no estoy dentro de cada mente, a veces ni siquiera puedo entrar en mí mismo, y me quedo golpeando la puerta o sentado en el felpudo que dice, irónicamente, "Bienvenidos".

jueves, diciembre 22, 2005

No saben quién sos.

Ellos dicen.
Ellas dicen.
Pero realmente no te conocen.
Hablan porque hablan otros (que también habían hablado porque alguien más habló).
Y blablabla. Pero del peor.

Mi corazón sí te conoce, y quedó encantado por tu brujería.
Entonces... ¿quién tiene razón? ¿existe la razón?

No saben lo que es extrañar si no te conocen.

lunes, diciembre 19, 2005

Una sociedad, y vos, ¿y yo dónde?

El corazón, partido corazón,
lento ya, extrañando la furia,
se divide entre las alas sin espalda,
y los ígneos tridentes.

¿Y por qué no los dos?
¿Por qué las mentiras?
¿Por qué el crédito popular
a un apartheid psicológico?
¿Por qué depositar
en la magra miseria
al soñador desvelado?
¿Por qué un desvelado
es peor que un cuervo?

Esta letanía de preguntas
me hace inmune
a la aceptación.

De nada sirve parar.

El espejo elástico donde saltaba
se desdibujó.
Se lo comió la luz del sol.
Y ahora, libre de la libertad,
me muerdo los pellejos
de los dedos de la ansiedad
porque mis alas de papel
son sólo cenizas.

martes, diciembre 13, 2005

Siempre extrañándote.

Parece exagerado. Pero no.
La sensación de arrepentirme... de algo que no pude elegir.
La sensación de haber nacido diez años tarde.
La sensación de que mi único héroe está en sus últimas hazañas.
Y mientras tanto... todo lo que queda del rock está en una bolsa.

viernes, diciembre 09, 2005

Libertad, ansiedad, un amor, soledad.

Ya no encuentra el corazón
su consuelo en la locura,
baja la temperatura
porque falta esa explosión.

Ni hojas secas por millones
enroscadas en el fuego
son capaces, en su juego,
de regalar vacaciones
al deseo que relego
para vivirlo en canciones.
"... y ahora estoy en libertad
y ahora que puedo pensar
en no volver a ser ese mismo de antes
y qué tristeza hay en la ciudad, amor
sábado soleado.
y en centro de la estatua del dolor
me sentí parado.
y querer lo que querés
sin tener que lastimar
recordando que tu amor
se robó mi dignidad,
olvidemonos los dos
no volvamos a empezar...
¿para qué?"

A veces la cárcel perdura más allá de los barrotes, y uno se da cuenta de que no está tan libre como creía. Y al ver a los demás remontando sus barriletes... nos cruje el corazón, ¡ay, cómo nos cruje!
Pero hay una flor, como toda vida. Y yo la elijo a ella y sus colores.

viernes, diciembre 02, 2005

Hoy.

Hoy te quiero
y en el cielo
lo dibujo
mientras vuelo.

Hoy te quiero
y me desvelo
por no estar
tocando el suelo.

Hoy te quiero
con anhelos
por sentirte
sin tus velos.

Hoy te quiero
y ya no hay hielo:
tengo abrigo
entre tu pelo.

Mermelada de milagros.

Todo el amor desparramado por el pasto, con testigos inmuebles, con el alma hecha un parque.

Mis yemas, tu clara,
y de ese cascarón
va brotando un color.

Un sinfín de besos que bien podrían ser estrellas por la perfecta noche que las acunaba y el ángel que me los repartía sin ninguna mesura, pero con perfecta suavidad.