miércoles, agosto 31, 2011

Tus amantes.

Una tribu de emociones
va asomando en lontananza 
y en la punta de su lanza
se pueden ver corazones 
adornados con canciones
perfumadas de esperanza.

Ha sido larga la espera
que puso a prueba sus ansias
(pero no así las distancias)
y aletargó esas banderas
hasta que esta primavera
presentó su scaramanzia.

El apremio hoy condimenta
la antesala del encuentro
que se agita desde adentro
como una dulce tormenta.


Jugar para vivir.

A veces, la vida es un eufemismo de la poesía: todo se reduce a pequeños asomos de belleza, a placeres medidos, historias lineales, risas anhedónicas que ocultan en su estética la miseria royendo interiormente.
Veo el mundo desde mi caleidoscopio, y prefiero seguir jugando, prefiero la inmadurez de un alma libre, los ilusos momentos donde sólo quedamos la luna y yo en el universo, y nos juramos el amor que otros desprecian por cursi o ingenuo. Elijo la inocencia apasionada, el perseguir sentimientos a pesar del desengaño, la distancia, el confort o la mismísima razón, porque en esas cacerías siento a la vida llenar los rincones vacíos, desperezar los aletargados ritos, anunciar su danza ritual como un deseo frenético por dejar atrás todo, incluso a la propia muerte.


Inminente sentir.

Sí, todavía quedan en el espíritu rincones sin callos, donde la sensibilidad aflora y, entonces, la belleza de un sonido se hace insoportablemente extática, y el ritual es un camino de flores y ambrosías entregadas al bien de las ánimas, a su placer inmaculado.
Tanta intensidad en el éter, descargando su influencia sobre los ansiosos, cosquilleándoles el insomnio con una parsimonia regular, hecha de la pura ternura que invade al sentido cuando se encuentra con su horma y deja caer las rudas cotidianeidades (esas que oxidan la sonrisa).
Inminente es una buena palabra si presagia el arribo de una pasión.

sábado, agosto 27, 2011

El amor y la muerte.

Un día, el dolor como espina ardiente
en la carne etérea de los recuerdos
se ha clavado para el resto de siempre.

Lo que queda atrás es enorme
y no por pasado se derrumba
sino que abona el raigambre
de las flores de los sueños
que esperan nuevos colores
al morir esta estación
(la ironía y su arquetipo).

Y, esperando el horizonte,
sentados en una baldosa
en el medio de la eternidad
cantamos nuestro amor.

jueves, agosto 25, 2011

Cronomano.

Gente que gira a través de los relojes
como si el mundo fuera empujado
por el periplo de unas manecillas
que no ven más allá del círculo.

Y el hombre del tiempo,
su paladín defensor, su artesano,
el demiurgo cronológico
deshace estas horas que luego rehará
con paciencia de quién sabe
que corre detrás del tic
que puede frisar el tac
tan solo con una maniobra.

Mientras, se apuran todos
llegando tarde a sus funerales.

Instantánea noctámbula.

Allá afuera está la calle, con su universo
paralelo e inmediato, lleno de vidas
también lleno de muertes, lentas algunas
otras feroces, furiosas, frenéticas.
Irrefrenables pasiones de asfalto
en los corazones huecos, paridos
por la ausencia, por el desarraigo
por la nebulosa en su identidad
o el marginado por su intensidad.

Está la vida encarnada (en carne viva)
ardiendo cuadra a cuadra su infierno
de alcoholes y secas que secan por dentro,
urdiendo la penumbra próxima
que se avecina en su mente ofuscada
por los enrosques del alma libertaria.



domingo, agosto 21, 2011

Para pocos de los muchos.

Bajo un remanso de estrellas
trajo la puna en su embrujo
hasta mí el canto que canto
para pocos de los muchos.
Los muchos que aún cambian
oro por cuentas de vidrio
y, sin reproches, se someten
al espejismo bendito.
A quién advierte la farsa
yo quiero sumar mi voz
junto a la indiada que herencia
reclama por fuerza de la raza.
"Cuando tenga la tierra..."
sueña el indio ese día
y se sigue historiando
injusticia sufrida.

Parece que no alcanza
el tiempo de una vida
para historiar el desmadre
de opacar a la raza original.
Aún hoy nos acechan
con perdones mentidos
en nombre de la garcha
o del santo hijo de dios mismo.
Cuídate de que no te agarren
tempranito el domingo
pues con sumarte ellos pagan
el perdón recibido.
Con infiernos aterran,
a demonios conjuran,
reniegan del encarne
ciegos de locura.


Iorio y Cianciarullo.

miércoles, agosto 17, 2011

Ayer tiene un mañana.

Sopla en el oído un recuerdo mudo
de visiones en principio difusas
pero que van, suavemente,
poniéndose en foco de la nitidez
que esta memoria a veces olvida
en un banco de plaza sin nombre
o en el cordón amable, reciente asiento
que ahora es un dique diminutísimo
incapaz de detener el fluir
con el que la corriente se lleva
lo que ha quedado impregnado
pero ya desde otros tiempos
sin el disfrute que significa ser
y no haberlo sido; igualmente
apretando una ilusión, siempre.

Una pregunta, otra pregunta,
otro divague inquieto pero tierno
que no aguanta las espinas
de estar vivo, de tener un corazón,
y sin embargo persiste, llevado
por una racha de viento
o el abrazo idóneo, o la sonrisa,
o el saber que todo esto
en algún lugar de su esencia
está floreciendo, perezoso,
pero con firme raigambre,
como su alma de serranía
que no cabe en el horizonte.

jueves, agosto 11, 2011

Climático.

Sale la Luna, y salgo con ella.
Sale el Sol, y con él salgo.
Pero cuando se encierran
en su nublada introspección
quedo a merced del viento
o del carácter tempestuoso
de un aguacero distante.

Quizás ese sea mi tiempo
el del cielo, el del espíritu,
no la convención de agujas
el pasado inobjetable
la urgencia zumbando
siempre al acecho,
la organización total
para un indomable caos
hecho de sentimientos
que no obedecen decires.

martes, agosto 09, 2011

Tardesolada.

Una tarde gris. Otra tarde gris, como aquéllas, como éstas, como ésas: la repetición incansable de una agonía apacible, somnolienta y melancólica, que se esfuerza por salir de su mediocridad fatal entre melodías desconocidas (pero amigables) y letras rescatadas del rincón aún sano del desván (o del diván).
Otra vez la sensación de laberinto sin cielo, con su techo inoportuno y la mohosa realidad rodeándolo todo: paredes sin tregua, esquinas como ilusiones que (casi siempre) terminan llegando al absurdo, a otro encierro, al olor de la estela de la muerte.
¿Quién le dio la hoz al invierno? Con ese humor tan extraño, que hace de lo sombrío un semblante, y lleva a rastras la quietud de quién no anhela despertar al día siguiente. A su paso caen las flores, se destiñen los colores, y queda una persistente lividez, tan difícil de agrietar como su funesta sinfonía sibilante.
Todo en una suspensión contagiosa de hipnótico suceder, acostumbrándose el mismo ser al ritmo gélido que propone.

lunes, agosto 08, 2011

Pretormenta.

Por la noche se escucha el llamado
del viento a los ángeles dormidos
para avisarles que una tormenta
deshará sus nubes y, con ellas,
los sueños profundos de paz
la calma que entrega la luna.

Los árboles también claman
su preocupación al aire
o quizás un desafío, nacido
entre las propias raíces
que se aferran con orgullo
a la tierra que las nutre.

No pasea por las calles
ni la indiferente soledad,
sólo un ulular intermitente
presagio de la tempestad.


jueves, agosto 04, 2011

SiemPRe extrañándote.

"Bueno, hace 10 años ya, 10 años ya..."

El tiempo corre de atrás, pero su sombra va adelante nuestro.
Y arrastramos su aliento inminente, esa sensación de bordear la muerte, de ser alcanzados por su dedo implacable, fatal como este vacío en el reloj, en el almanaque y en la vida.
Esa ausencia, ese despojo de inocencia que aferramos con manos ilusorias, con la zoncera de creer que lo que supo ser, volverá isomorfo, como un anacronismo del corazón de ayer.
Es que había una vez un pibe al que se le coló por un oído el sentimiento, la sensibilidad, la pasión. Y ya nunca pudo desprenderse de esa visión ni de ese amor, que se volvió abstracto pero mucho más intenso. Un amor que cuelga de sus paredes, que estampa sus remeras, que dibuja su piel, que identifica su espíritu. Un amor que abrió la puerta para ir a jugar al Edén de los amores, que presentó un mundo de ideas e ideales, y a las letras como grito embellecido para los enredos del alma, y a la sabiduría como mucho más que un manual, y a la mística como una búsqueda constante.
Tantos anhelos puestos en una obra de arte...
Esas ganas de perseguirte, alcanzarte y dejarte ir, ya extasiado (ya borracho cuando aún el beodo que hoy me encarna era un abstemio de alcoholes) pero sin dejar de pensar en la próxima cacería sentimental.
Y hoy, perdiendo el tiempo, tirando con lo que hay, esperando un terremoto o un milagro que nos saque de la inercia que agoniza, la memoria sólo puede emocionarse en un recuerdo, testigo del mito que crece sin fin.

miércoles, agosto 03, 2011

Noche ensimismada.

Se ha hecho profunda la noche,
se ha humedecido con suavidad
en la piel de su penumbra,
ha derrochado la mueca vacía
en los malabares del frío asolador
que se lleva su compañía
sus colores, sus sonrisas invitadas.

Se ha consagrado a la ironía
como un desierto lluvioso
de insomniscientes testigos
(jamás formarían parte
de algo que arrime un riesgo).

Se ha cargado de nubes su cielo
como un vaho luctuoso, constante,
que amenaza sin ánimo alguno
(pero con obsesiva frecuencia).

Se ha venido profunda la noche
encerrada en sí misma
impenetrable, solemne.