lunes, agosto 08, 2011

Pretormenta.

Por la noche se escucha el llamado
del viento a los ángeles dormidos
para avisarles que una tormenta
deshará sus nubes y, con ellas,
los sueños profundos de paz
la calma que entrega la luna.

Los árboles también claman
su preocupación al aire
o quizás un desafío, nacido
entre las propias raíces
que se aferran con orgullo
a la tierra que las nutre.

No pasea por las calles
ni la indiferente soledad,
sólo un ulular intermitente
presagio de la tempestad.


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