Hay una mirada derretida que se acerca.
Los adoquines de la distancia se pierden detrás de su (in)humanidad, que está fría y oxidada como una puerta cerrada hace millones de daños.
Se pone frente a frente y en un cuento oscuro busca enroscarnos con su lengua ansiosa y ademanes que amenazan más su mentira que nuestra integridad. Somos tres miradas chinas que se encuentran entre la incredulidad, la bronca y el dolor; tres rechazos absolutos a esa maldad urgente, desesperada, de descontrol espiritual insostenible.
Las negativas son distintas pero igualmente negativas.
El de la mirada ya no sabe cómo apuntalar su escenario, y la pistola con balas de miedo se le encasquilla: no puede tirar, ni correr, ni llorar.
El campo de fuerza de Moreno le cierra el paso, lo cierra en pasos que retroceden. Y en un parpadeo de espaldas, desaparece y consigo se habrá llevado la manija de esa puerta que sigue sin poder abrir.
Con esas ansias, el castigo se prenderá en su sombra.
jueves, febrero 14, 2008
domingo, febrero 10, 2008
Riego.
Sacando formas de las manchas, los propulsores de la poesía son sus ojos.
Ese embellecer toda realidad cuando podemos reirnos juntos, y sentir que el mundo es el mejor lugar del mundo*.
Detenernos nosotros, mientras el tiempo corre furioso y nos pasa de largo, por algún misterio cósmico de tu hechizo. Vivir con dulce intensidad usa los segundos como combustible.
Es que no me alcanzan las horas.
Para cada fragmento que quisiera besar no me alcanzan, ni para soñar lo que ya está y más lo que estará.
Y los dolores más terribles son las semillas que beben el riego de las nubes en tus ojos.
Campos grises, de guerras desconocidas, donde la nada abunda... así son esos momentos por momentos.
Pero para que florezca la primavera, la lluvia se sabe necesaria. Y, aunque a veces parezca, creo que no conoce de maldad.
* De la inspiración del Chompiras.
Ese embellecer toda realidad cuando podemos reirnos juntos, y sentir que el mundo es el mejor lugar del mundo*.
Detenernos nosotros, mientras el tiempo corre furioso y nos pasa de largo, por algún misterio cósmico de tu hechizo. Vivir con dulce intensidad usa los segundos como combustible.
Es que no me alcanzan las horas.
Para cada fragmento que quisiera besar no me alcanzan, ni para soñar lo que ya está y más lo que estará.
Y los dolores más terribles son las semillas que beben el riego de las nubes en tus ojos.
Campos grises, de guerras desconocidas, donde la nada abunda... así son esos momentos por momentos.
Pero para que florezca la primavera, la lluvia se sabe necesaria. Y, aunque a veces parezca, creo que no conoce de maldad.
* De la inspiración del Chompiras.
lunes, febrero 04, 2008
Sólo eso.
Sólo quisiera regar la flor, sacarla al sol, cuidarla.
Verla crecer en cada respiración, que el cielo cada vez se le acerque más, y que sus colores sepan teñir estas grises realidades de brillantes matices, donde los sueños se conjugan para dar rienda a esta ilusión de duo dinámico.
Pero las tormentas que te desarman nos inundan el camino. Y tampoco me importaría nadar a salvarte, ser tu balsa y aire, respirar para vos... sólo que a veces no sé si quisieras salvarte, y no estoy hecho para avasallar voluntades.
El amor que hay en mi está para que lo bebas cuando quieras.
Verla crecer en cada respiración, que el cielo cada vez se le acerque más, y que sus colores sepan teñir estas grises realidades de brillantes matices, donde los sueños se conjugan para dar rienda a esta ilusión de duo dinámico.
Pero las tormentas que te desarman nos inundan el camino. Y tampoco me importaría nadar a salvarte, ser tu balsa y aire, respirar para vos... sólo que a veces no sé si quisieras salvarte, y no estoy hecho para avasallar voluntades.
El amor que hay en mi está para que lo bebas cuando quieras.
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