sábado, septiembre 30, 2006

Versus.

Después de pintar Solíamos terminar en vuelos ¿qué les queda?
A veces me pregunto si el día que el artista llega a su cénit no termina siendo el más trágico.
Es como ser alpinista... ¿será lo mejor morir en la subida?

Sí, todavía.

Si respiro todavía, es que hay una ciudad que cobija entre baldosas las almas cubiertas de ollín.
Si veo todavía, es que las paredes gritan lo que los engranajes callan, y la pintura no silencia esa noche rebelde que siempre tendrá un momento de tu descuido para escrachar sus fantasías de verdad.
Si todavía huelo es por los perfumes que adornan este amor.
Si oigo todavía, es que aparece siempre una voz para desencajarme, y hoy me dicen que no nos detendrán, ya no.
Si todavía corro es porque puedo seguir tus giros con la ternura de mis pies enamorados.
Si quiero todavía es porque ando convencido de que lo mejor no ha sido.
Si todavía toco es que no cesa el idilio de mis dedos con la seda y sus desmorrugados huespedes.
Y todavía más que todo, sueño.

jueves, septiembre 28, 2006

Inevitable.

Qué solos nos deja la muerte. Qué jodidamente solos nos deja.
Es el manto de nada que le pone punto final a un firulete único.
Es el barrio sin adoquines, la bandera en el cajón, y el eterno bandoneón de lo que nunca rebotará para el lado de acá de la línea.
La margarita que no nos quiere ni el poquito que no cabe entre los dedos.
Desonsuelo, húmedo desconsuelo de los que pellizcaron pedacitos de ese corazón que era un flan.
Nos hicimos cosquillas, y algunas se quedaron pegadas en mi alma, coño.

Libertad en comodato.

Nos invaden los roedores
las hormigas con tegobi
andan todos disfrazados
van en lancha o camuflados
olisqueando los ambientes
olfateando la locura
rastreadores con tortura
de comprensión ausente.

Realeza, pos y ranas.

¿Qué pasaría si fuese el sapo quien tuviera que besar a la princesa?
¿Y si la princesa se convierte en sapo?
¿Y si cada uno cambia por el beso ajeno y están atrapados en un sortilegio de metamorfosis perpetua?
¿Y si la princesa se duerme sirve el beso del sapo para despertarla?
¿Por qué el principe no es verde?
¿El sapo que se convierte en príncipe tiene alguna seña en particular? ¿se reproduce en cautiverio? ¿tiene coronita? ¿llama la atención de los otros sapos?
¿Hay ranas princesa? ¿A qué ecosistema pertenecen?
¿Qué lugar ocupan los sapos príncipes en la cadena alimenticia?
¿Reconocen los otros sapos el linaje real o son ácratas incondicionales?

Te ve.

Esas voces sordas
que sólo son oidas
por los oídos tapados
por el crédulo exiliado
de la calle y la verdad.

Esas imágenes ciegas
que sólo serán vistas
por ciegos que no quieren ver.

Negocios en vivo
también en muerto
dinero rancio
amarillo, marchito,
con una flor plástica
suicida.

La dulzura se hace humo.

Está la poesía que me invita a jugar de win
gambeteando al cáncer azul de la ciudad.
Y cuando la soplo, le pido
con dulzura que no se agote
esa receta, la mejor para incendiarnos.

Como sea que nos toque ser
siempre habrá parejas de a uno
y orgías en ronda
que atizan las almas.

martes, septiembre 26, 2006

Verdelagoprofundo. *

De la yerba al mate
con bombilla de seda
el vapor de un cultivo
en el cielo se enreda.

Cuánto amor en picada
dentro de la madera
¿tocaremos el suelo?
¿velaremos la esfera?

Tu sorpresa indeleble
teñirá mi bandera
con la sangre hervida
que esta fiebre espera.





* Se agradece a Leopoldo Marechal.

miércoles, septiembre 20, 2006

Se ajusta la injusticia.

Mirá que encima de estallarse el calefón
se me quemó todita la Biblia... ¿vas a creer?
Y mientras tanto, si arden en una hoguera
los que se comieron sus futuros
y pedazos grandes de nuestros presentes
habrá una pequeña amenaza flotando
para el próximo hijo de puta.

martes, septiembre 19, 2006

Tu tings.

El desorden poético de las ideas
embriagadas en el sur del 85
y en la tierra de algún jardín
donde crece la dulce ilusión.

Pisaban una baldosa
y salía un prócer...
qué épocas de nación
donde la gallardía
era como volantes
en cualquier esquina
de la historia.

lunes, septiembre 18, 2006

Te extrañé.

Ansias de eternidad,
amores siniestros que nos deslumbran
nos alumbran, nos desquician,
y nos dejan después tirados en la sombra.

Antes y después, siempre la locura
y en el medio tu pálida tormenta
que extraño con ferviente rechazo
como en una granja de propia voluntad.

Yo te amo, y no le miento a nadie
cuando hablo mal de tu nombre
o cuando te halago sin presentarte.

Y si te menciona algún distraido
se me estruja el alma y marchita,
empapándose de tus faltas,
tus inviernos, tus fantasmas de sal.

Gracias por las euforias explosivas
por resucitar noches en coma
por extasiar las tinieblas
estrellando el paladar.

sábado, septiembre 16, 2006

Un poquito de nosotros.

Del catorce al veintidos, sin escalas
como un viaje al miserable cultural
o al cielo de los que sabemos poco
pero queremos mucho.

También soñar, soñamos
pero a veces nos olvidamos de dormir
como si la cama tuviera el famoso monstruo
y la noche los antidotos y pócimas
para batallarlo cuando sea que sea.

Uno es a veces el que cree
en los cuentos que la vida le contó.

martes, septiembre 12, 2006

Tiempo y despacio.

Y qué pasa cuando el presente lo ves como el recuerdo futuro que te va a dejar melancólico un buen rato... ahí queman las papas de la existencia, digamos. Ahí te viene ese aire en la nuca del arquero que tiene que salir a buscar el corner en el minuto 47 y medio.
Cuando se va desarmando la lógica del tiempo y el rompecabezas da déficit en el sector risas... vos te das cuenta de lo que va fallando, ¿no?
Molestá un poquito más... bien, eh, pero molestá.
Tirale las ideas en la fachada, en los oidos, en los oclayos, pero tiráselas. Disparale eso, mejor.

lunes, septiembre 11, 2006

Así nomás...

Y que salga uno de lechuga
pa' quien quiera convertirse
en dragón de las rondas
por todo el suelo o el cielo.

Pasame el termo de la locura
que tengo ganas de matear
con Saturnino, y luego
wininelevenear.

Tardecitas de alegría
cotidiano antidotazo
pa' la cruel monotonina.

domingo, septiembre 10, 2006

La locura de los poetas
atletas
de las palabras
que el viento
se querrá llevar.
Pasa a veces que la gente se enamora de otra época
y entonces el pasado convive con el presente,
como enjaulado el tiempo en sí mismo.

Señora noche.

Estas noches que nos miran a nosotros, como si fueramos su luna llena en Pompe o en el Patos.
Noches que la saben, que se entregan un poco al juego de nuestras ideas y tiempos, y los bondis se acomodan, y las almas van en ese vagón único hacia el mejor de sus estallidos.
Teneme los ojos que los rompí
se me cayeron de un par de cielos turbulentos
en pleno vuelo de torbellino febril.

Dale que el sábado se friza
que los hornos no están para nos
y a la calle con todo gusto, amor mío.

Decile vos que arranque
porque no encontramos nafta
"¿otra vez la misma cantinela?"

Vamos, se va a hacer tarde el cielo
y después las babas del diablo
están en cualquier otro lado nomás.

Qué decadencia en el umbral de la noche.

viernes, septiembre 08, 2006

En la falta o en el resto.

Entre el fuego y la ilusión
despertando los sentidos
con los dedos ultra finos
pa'salvar la combustión
porque esa es la cuestión:
no botar nada del pino
reflotarlo con latidos
de un chiflado corazón.

Nunca sobra ese resquicio
y en los tiempos de sequía
la más seca es alegría
para el ávido desquicio.

domingo, septiembre 03, 2006

Ahora es siempre.

Hay grandes pequeñas cosas que en sus chispas muestran la gloria de estar un poco vivo.
Están esos lugares de leyenda, donde los duendes tienen casi un centro turístico por excelencia.
Las monedas de un peso cuando se transforman en el tema de conversación para tres chiflados (y cuando su comparación se hace posible gracias a las gracias de un pasaje afortunado).
Hay esquina y corazón, y queda rocanrol todavía.
Está Buenos Aires todo, que sigue siendo el sueño de las nostalgias.
Los ojos derretidos de los inconcientes en colectivo.
Tinieblas que resguardan las sombras fugitivas.
Excursiones psiconautas a fábulas que hacemos propias durante ratos sin tiempo.
La lluvia con sol.
El cálido porvenir que va despuntando (pese a los fríos que atornillan el ahora).
Y algunos etcéteras que se esconden de la conciencia...