sábado, septiembre 30, 2006

Sí, todavía.

Si respiro todavía, es que hay una ciudad que cobija entre baldosas las almas cubiertas de ollín.
Si veo todavía, es que las paredes gritan lo que los engranajes callan, y la pintura no silencia esa noche rebelde que siempre tendrá un momento de tu descuido para escrachar sus fantasías de verdad.
Si todavía huelo es por los perfumes que adornan este amor.
Si oigo todavía, es que aparece siempre una voz para desencajarme, y hoy me dicen que no nos detendrán, ya no.
Si todavía corro es porque puedo seguir tus giros con la ternura de mis pies enamorados.
Si quiero todavía es porque ando convencido de que lo mejor no ha sido.
Si todavía toco es que no cesa el idilio de mis dedos con la seda y sus desmorrugados huespedes.
Y todavía más que todo, sueño.

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