viernes, diciembre 26, 2014

Lapso lunático.

Las llamas de la noche
arden lívidas, distantes.

Todo brota de la luna
que desangra su fulgor:
el intento por ser sol,
su pasión de sal y espuma,
la tentación de la bruma
y un delirio en etanol.

Desdibujadas estrellas
llueven sobre la memoria,
ucronías sin historia
que en lo imposible destellan.

Brilla a fondo la más bella,
con su fe -que ya es victoria-
y en la cima de la noria
mis ojos se van con ella.

El infierno es lo que extraño
cuando sueño entre silencios.

martes, diciembre 02, 2014

Arte insano.

Ya ha caído toda el agua
y yo sigo atormentado
por el eco del silencio
que dejó, al partir, su voz.

Mi garganta desganada
es roída desde adentro
por las ratas heredadas
de los gritos del pasado.

La convulsión compulsiva
de edificar mis cornisas
sobre abismos implacables
es tendencia a la caída,
al derrumbe sin salida,
al colapso existencial.

Las lejanas melodías
pesan como eternidades:
a mis pies encadenadas,
cosidas sobre mi sombra.

Fatal imaginería
la de esta mente pagana
que erige en su fantasía
un demiurgo sin mañana.


lunes, noviembre 03, 2014

Del reverso.

Suelo devorar el cielo
con sus chispas de agua,
con todos los astros
desparramados, breves
como lapsos de cordura,
estibados en estantes
altísimos, inasibles
para una mano de tierra.

Me trepo hasta el tope,
derramo entre ramas
mis fríos sudores
de miedos hermosos.

Arrimo los dedos
a un sol diminuto,
le presto mi boca,
ensayo un suspiro.

Condenso las horas
que paso en tu risa,
las bebo de un trago
y el mar se desliza
dentro de ese lago
que crece sin prisa.


martes, octubre 28, 2014

La derrota de la amnesia.

Los ardores del tiempo
se incineran en sus ojos:
ayer ciegos como pozos,
 hoy de fuego al enfrentar
a la amnesia del deber
apuntándole en la sien.

Su recuerdo la engrandece
porque quiso y logró ser.

Ver la tumba desde el centro
 y no ceder
a la muerte que le insiste
sin dejar
un resquicio del afuera,
ni un butrón.

Y a pesar del desencuentro
con el que la topó la historia
no hay paredes que consigan
aprisionar la memoria.

Cuando la fe se ve puesta a prueba
hace más terca su convicción.

En el silencio, un susurro es grito.
En la penumbra, una chispa es Luna.




jueves, septiembre 25, 2014

Presos de casa: presas de caza.

El que siembra el miedo
culpa a la semilla.
El que teme a diario
huele a presa fácil.

Las palabras apuntan
como cuatro dedos
a la pluma cómplice
del sentir que aterra.

Jueces en redacciones
quieren ser los escultores
del paradigma del bien
(¿ante los ojos de quién?).

Jueces de martillo fácil
rebalsan las oficinas,
esgrimen su idiosincrasia
como un legado sagrado,
alzan sus manos manchadas,
afectadas, llenas de odio.

Jueces de pena y muerte:
paredón incontinente.
Cultores desenfadados
del presidio por si acaso.

De tanto creer
se acaba por crear.


martes, septiembre 23, 2014

Rehacerse.

Las llagas de la luna:
estigmas enredados
entre los astros breves,
rumores y arrabales
que brotan de los bares
(sirenas infalibles
para nuestra ceguera
de absurdos paraísos).

Tormentas desatadas
entre las sombras grises
que decoran de muerte
tu calle en duermevela.

Sin embargo el aliento
que susurra la noche
es deseo obsesivo,
incesante ansiedad.

Se empañan los faroles,
renace el vil olvido
(ese que sabe a antídoto
cuando envenena bien)
y entonces inventamos
un presente perfecto:
donde no sé mañana,
donde no importa ayer.


martes, agosto 19, 2014

Detrás del miedo crece el misterio.

Este empeño en despeñarse
no despeina mis razones,
ni es fiscal de corazones
que hacen cola por juzgar.

Lo que busco nunca está
en el lugar que me han dicho,
pero lo encuentro seguido
si me abstengo de escuchar
sermones almidonados
sobre el peligro infernal,
los saldos del bien y el mal,
el margen, lo apasionado.

Se construye desde abajo:
desde el cielo subterráneo,
con sangre, barro y alcohol
fundidos en la tracción.

No he de dejar de morder
lo que, con fruición, me invento.
Delante o detrás del viento, 
como un mito, surgiré.

No alcanzará toda el agua
para apagar tanto incendio:
hasta la brisa hará brasa
cuando se encienda tu alma.






martes, agosto 05, 2014

Estela de la perseverancia.

Encontrarse no es azar:
son las horas que empedraron el camino
recorrido tantas desveladas noches
las que atraen, como un imán,
al destino de quién no olvida,
de quién no rinde su obstinación.

La hermosura de tu porfía
es mirada inquebrantable
colmada de fiera ternura,
destellando amor y centellas.

En un puño apretás la memoria,
y te vas arrancando esa espina.
Al instante ofrecés otra mano:
la que blande un gentil nomeolvides.

¡Somos los hijos de cada nieto!
¡Somos la sangre, el río revuelto!

Tu vientre contuvo a todos
y hoy pare una vida entera:
la malicia urdiendo veneno,
vos dando a luz a Godot.

Engendraste primavera,
abuela de la verdad.



jueves, julio 17, 2014

Brillante anochecer.

Tras tu pálida estela
se dibujan mis ansias
que amanecen aprisa,
con fugaz claridad.

El incendio en las sienes,
las sirenas urgentes,
los naufragios fatales:
letanía inmortal.

Persiguiendo mi sombra,
devorando el desvelo,
van cayendo las hojas
numeradas de invierno.

Los paisajes raídos
por mis ásperos ojos
son casi transparentes,
imposibles de amar.

La raíz de la noche
no se aferra al olvido.
El color de la luna
se ha vertido en la sal.

miércoles, julio 16, 2014

Desesferanza.

¿Cómo el todo se vuelve nada?
Así, en un tris, el reflejo infeliz
en la pecera de las ilusiones
(mirándonos los ojos absortos)
es lo único que nos queda
de tamaña esperanza a cuestas.

Se escapa ese abrazo estrecho
que arrasa los recios modos.

Me deja una ausencia añeja,
de olor como a cuatro inviernos.
Y secas lágrimas blancas
en hondas ojeras negras.

Ahora el tiempo es espera:
pasión y girar sin pausa,
poner la fe en la balanza
como reinvención del ansia. 

Son dieciséis estaciones
y millones de esperanzas.

miércoles, julio 02, 2014

Soplidos e ilusiones.

En la quietud de la tarde
ansío tanto tu aliento...

Soy caído barrilete,
un sol marchito en el suelo
del colchón ensombrecido
por la excelsa soledad.

Soy relato empobrecido
por la síntesis absurda,
evocando en el olvido
un río que sabe a mar.

Se derrumban los relojes
derretidos por la espera
de encontrarte tras la esquina
o en la ventana lindera.

En el hueco del presente
donde le rezo a tu ausencia
escribo con tinta espesa
los anhelos de mi instinto.

Contigo vivo del aire;
volando, flotando, vivo.

Sin vos me pesan las horas,
el desvelo y los latidos.

martes, julio 01, 2014

Etereogeneo.

No doblego las cornisas
sin atarme a tu caída.

Sin hundirme en el vacío
silencioso de tu nombre
(pronunciado, desde siempre,
por una poetisa muda)
no consigo soltar el suelo
ni deshacer lo que es debido.

Es que me hastío del piso,
me seco en la maceta,
marchito bajo el techo:
me agrietan los adentros.

La lluvia, sin tus alas,
me pesa, irremontable.
Las nubes se agigantan,
pretenden devorarme.

Yo bebo con las gotas
que salpican mi mente
y acarician el vidrio
donde dejé los ojos.

viernes, mayo 30, 2014

Permeable permanencia.

Se cuelan, frías, las gotas
en mi ardor imaginario,
en las resecas resacas
que acumulo cada otoño.

Son colores que duelen
los recuerdos agraciados
cuando el miedo se presenta
y nos roba la sonrisa,

¡Roedor de la esperanza
no te acerques a mi espíritu!

Quiero creer que la muerte
también zucumbe ante el cuelgue,
que su hoz no es infalible,
que su agenda es alterable.

Quiero apretar en un puño
toda la sangre que tengo
para cambiársela al tiempo
por unos bises de vos.

lunes, mayo 26, 2014

La patria es un mosaico.

La patria es un mosaico;
nosotros, sus teselas.

Dispares o simétricas.
Simbólicas, estéticas,
tangibles y poéticas.

La patria es un mosaico;
nosotros, sus teselas.

Sensatas o frenéticas.
Estáticas, cinéticas,
infinitas y herméticas.

La patria es un mosaico;
nosotros, sus teselas.

Leales o antitéticas.
Orgánicas, sintéticas,
 reales y cosméticas.

La patria es un mosaico;
nosotros, sus teselas.

Absurdas o proféticas.
Caóticas, ascéticas,
orates y artiméticas.

jueves, mayo 22, 2014

La noche está hecha de vuelos.

Demonio del espiral,
leyenda que la noche
se encargó de atomizar
con sus ráfagas fatales
de susurros infernales
y sueños por despertar.

Eternidad instantánea:
un poético desvelo
que germina en las entrañas
y me deporta del suelo.

Juega la imaginación
en la vera del abismo,
se pasea dando brincos,
se asoma con devoción,
le dedica una canción
y reflota su espejismo.

Montado en alguna nube
conquisto los cuatro vientos
mientras mi corazón sube
y, consigo, el sentimiento.



jueves, mayo 15, 2014

Fantasmagoría.

Se vuelve esquiva la gracia
por metejones del embrujo,
se desarman los colores
ante la inerme neblina.

Narcolepsia en los latidos,
insomnio para las sombras.

¿Qué monstruos alimentás?
¿Con qué cuentos te dormís?

Un diablo desorientado
en el hall del paraíso.

Un águila con camisa
de fuerza en ajeno nido.

La ciencia inexistente
rendida y de rodillas
a orillas de mares muertos.

El loco convencido
de su invisible pálpito.

El eco de una grieta
que nos grita "¡todavía!".

Un alfiler empuñado
contra esos umbríos globos.






viernes, mayo 09, 2014

Prisión de lo imprevisible.

Auspicioso comienzo,
desdibujada bajada...

Obseso mambo espeso,
voraz, ineludible.

Ímpetu sagrado, cuajado
en las voces de la mente.

¿Hasta cuándo roerás
los intersticios del tiempo?

¿Qué búsqueda te ansía?

Prisión de lo imprevisible.

Un fantasma incipiente,
enemigo del suelo,
de sus pies despojado.

Cándidas advertencias
sobre el infierno inminente:

No aspirar a las musas
sin espiar la inspiración.

No estirar los tormentos
que posponen al sol.

No entregar las alegrías
a las fauces del espanto.

 Y siempre empuñar el alma
como una pluma afilada.

domingo, mayo 04, 2014

Extracto esencial.

La nada, ahogada en almíbar,
fundida con el fuego de mi boca,
crepitando bajo chispas y sinapsis,
marchita entre las radiantes flores.

Se me obsesionan los ojos:
un desborde ante el delirio
que refracta esa belleza
derramada como un cáliz,
del que abrevo los milagros
(breves jugos de cristal).

Soy acróbata en su abismo
y me seduce la caída.

Soy ardid sin estrategia
que supere su frontera.

Soy ficción inoculada
en el torrente del tiempo.

Mientras tanto, el universo
se deshace ante nosotros
que reímos, desgarbados,
horizontales, de ensueño.



viernes, mayo 02, 2014

Abril en flor.

Tu reflejo bajo el tango de la luna roja
se desprende como una hoja, flota
en el charco cristalino del deshielo
que deja un alma al abandonar la muerte.

Las alas arden, ensangrentadas,
en el íntimo infierno, en sus latidos
que rozan con lo incendiario,
y transforman a las llamas
en un arroyo ígneo que fluye
hacia el valle de lo externo.

Imprevisiones e intensidades
ululan como orugas llenas de vida
por estas ramas, entre los brotes
(gérmenes, verdes presagios).

¿Qué le puede preguntar
el ceibo a la primavera?
Si su flor se deja ser
no necesita respuestas.


martes, abril 22, 2014

Trece años de hojas muertas.

Desacierto y maleficio del tiempo
escaparse de vos, de aquel momento,
proseguir, no congelarse allí mismo,
en ese sentimiento cenital,
y seguir transcurriendo
como si hubiera otro paraíso
que pudiera ser alcanzado,
como si hubiera otro infierno
donde pueda arder así.

Se suicidaron miles de hojas
en la espera más inútil,
el vino se fue aclarando
gota a gota tras la ausencia,
exageradas inconsciencias
apuntalando tus mitos.

Recuerdos de algo sagrado
invaden mi imaginario,
me retrotraen al milagro
de haberte visto brillando
ahí nomás, cruzando el charco,
reinventando el carnaval.



lunes, abril 21, 2014

Bien pegado.

En tu piel de seda se mueren mis besos,
lentos como dulces bocanadas,
y se llenan de rojas primaveras
mis ojos al verterse en tu suspiro.

Le pido prestada una palabra al viento:
me da una caricia que estalla mi gracia.

Miro de reojo un trino violeta
y llueven arroyos entre las manos,
se deshielan sobre mis falanges
las gotas congeladas del ayer.

La Luna está ensangrentada
y sin embargo no sabe morir,
y yo no sé apartar mis deseos
de sus antídotos nocturnos,
de sus pétalos de musa,
del halo que la embelesa.

Los resplandores perennes
fisuran tras las ausencias,
y el brote de los cerezos
me tiñe desde los ojos.

Miedos, ténganme miedo,
que vengo hecho de colores
a destrozar sus penumbras
y edificar sensaciones.




domingo, abril 20, 2014

Pétalos del otoño.

Este otoño trae flores
colgadas en los faroles
que iluminan largas noches
y mañanas desgarbadas.

Atardeceres, colores,
perfumes, dulces ficciones.

Este otoño trae flores
enganchadas en el viento,
que revuelve las razones
con su aroma a remolino.

Anocheceres, alcoholes,
demencias e inspiraciones.

Este otoño trae flores
pegadas en las pestañas
que seducen con ternura,
e hipnotizan, implacables.

Amaneceres, canciones
que ablandan caparazones.



miércoles, abril 09, 2014

Parodiador.

Cuidado con las banderas
que exalta el traidorador:
se destiñen con el viento,
y se tiñen con la tinta
que fue sangre derramada
en papeles de su olvido.

Cuidado con sus promesas
de un futuro sin pasado,
del arco iris sin tormenta,
de la unión por separado.

Cuidado con sus embates:
venenos de oportunismo
que inocula, desalmado
en la zoncera masiva.

Cuidado con la violencia
que convidan sin cuidado
esos que estaban enfrente
y hoy se sientan a su lado.

Cuidado con su eficiente
enroque de referentes.


miércoles, abril 02, 2014

Barro y corazón.

Una herida en el recuerdo
que se lleva con orgullo.

Las heladas mareas,
los mortales destellos,
el verde enrojeciendo,
la tierra entre los dedos
entumecidos de bronca,
de impotencia, de espanto.

Cruces que son del sur,
como la historia indica.

El fuego es enemigo
o un moño de regalo
sobre nuestras cabezas;
la noche no termina,
como esta pesadilla
que no tiene retorno.

Davides con gomera;
y Dios, del otro lado.

Pero no nos evoquen
con empáticas penas
de lágrimas inútiles:
preferimos que sea
su puño el monumento
que batalle al olvido.

 

miércoles, marzo 26, 2014

Memoria vs. Amnestesia.

La memoria es un ejercicio diario, un ritual sentimental que rescata de las sombras lo que el tiempo va tapando.
La memoria es un fuego que arde en tanto lo alimentamos (es darle a la muerte vida nuevamente: transformar lo inanimado en luz, calor y belleza).
La memoria no se usa como un disfraz obsoleto que sólo cobra vigencia en contadas efemérides: es el amuleto cotidiano que nos protege del espanto agazapado en el mañana.
La memoria no es un monumento para visitar empuñando el llanto, sino el pulso que le da vida al pasado para que no lo devore la tristeza del olvido; es el estoicismo del soldado que batalla a la intemperie contra el enemigo, la desventaja y la soledad.
La memoria no es clavar cadáveres de flores en tiestos marmóreos: se parece más a plantar recuerdos para que florezcan ideas en magines yermos.
La memoria no es un libro quieto y completo, sino una carpeta de tapas abiertas que va por el tiempo siempre dispuesta a tintas distintas.
La memoria es el muchacho trémulo apostado en un escalón, sosteniendo su libertad con ojos de fiera, lleno de miedo y de pasión, enterado de la intemperie legal y aún así exponiendo sus alas en la noche, a sabiendas de que cada baldosa resignada es un paso atrás en la batalla contra la amnesia y su anestesia.
La memoria es recordarle al presente de dónde viene para que elija con motivos hacia dónde quiere ir.

miércoles, marzo 19, 2014

Logis & co.

Entre tanto fetichismo tecnológico se va esfumando el tejido espiritual.
Constituidos por lo convencional, desesperados por ser lógicos, los individuales del rebaño corren como un conejo famélico tras la zanahoria digital que llene la panza de su autoestimaterial.
Pantalla tras pantalla se oxidan los sentidos, se vuelven binarios: los latidos son sólo una cadencia que oscila entre ceros y unos. Nos quieren bits, para borrarnos de un clic.
Y son tantos los que persiguen ese progreso desechable, que da miedo. Porque encima empiezan a ser un ejército totalitario, obnubilado, capaz de avasallar con su fruición cualquier escollo que se entrometa entre ellos y el próximo modelo: aunque hubiera que sacrificar al planeta, preferirían vagar en la nada universal con tal de poder postearlo a través de ese -realmente- último modelo.
Y yo soy un irracional, infantil, que se permite ponerse triste porque otra vez los árboles sufren el abandono de las hojas en el momento que más las necesitan, porque otra vez el sol se esconde atrás de esas insistentes e intransigentes nubes... ¡qué gil!


sábado, marzo 15, 2014

Extravío de voluntad.

Ya soy esclavo de los versos.
Rendido y extasiado ante el papel,
me dejo beber por cada letra,
sorbo tras sorbo, espeso.

A veces ásperos tragos de arena,
otras grato licor de terciopelo
llenando los espacios abandonados
de esta ruina-imaginación.

¡Sedes insaciables!
No sé si soy ansiedad o abrevadero.

Borracho por la tinta,
fluyendo como un río
teñido de ambrosías,
revuelto en sus ficciones.

Trazo a trazo, retraso
la urgencia de la muerte,
su sombra inevitable
que roza mis orillas.


miércoles, marzo 12, 2014

Rendición estival.

Son oscuras las ramas de este bosque:
a pesar del día y sus vanos intentos,
la luz se deshace antes de llegar,
como sueño frágil al rozar un ruido.

Las copas tienen poco de perennes:
un duende las devora entre penumbras
que salen de la boca y se desbocan
y ocupan los espacios ya vacíos.

El silencio se ha rendido a la utopía
y apenas si araña una leve calma.

Caen fusiladas las mariposas,
las grises hojas, las musas secas,
dejando un sacrílego crujido,
susurro de próximas ausencias.

El sol febril se va en su ocaso,
enfila hacia el agónico horizonte.
Se oyen ya las voces del martirio,
presagios del exilio inevitable.

miércoles, marzo 05, 2014

Tras cartón.

Él se pone con el sol,
y declina su cordura
detrás de la lontananza
con ferviente convicción,
se engalana el corazón
y juega, mueve, despega.

Cree en su resurrección
(recurrente, iterativa)
por eso no entiende el miedo
que se le tiene a la muerte
(digo: a la propia muerte,
no a las ausencias ajenas).

El viento de su euforia
atiza cualquier fuego
que mengüe intensidad
en el nocturno ardor,
que brillos atenúe
de cara a las estrellas.

La búsqueda del numen
a veces lo enceguece:
no importa si amanece,
su Luna sigue allí.
Todo es cuestión de fe
si sabemos sentir.



sábado, marzo 01, 2014

Vista encallada.

Químico equilibrio
en que navegamos.

Intensos intentos
por la eternidad.

Alas y ataduras,
vuelos sin valijas.

Grieta apasionada
crece sin cesar.

Muerte compañera,
red del trapecista.

La balanza oscila:
justo pendular.

Locos esplendores
de noche sin final.

A través del fuego
ánimas verás.

Hundido el silencio
flotarán mil voces.

Ecos de la nada
¡no vuelvan jamás!




lunes, febrero 24, 2014

Vuelo sin orillas







Abandoné las sombras,
las espesas paredes,
los ruidos familiares,
la amistad de los libros,
el tabaco, las plumas,
los secos cielorrasos;
para salir volando,
desesperadamente.

Abajo: en la penumbra,
las amargas cornisas,
las calles desoladas,
los faroles sonámbulos,
las muertas chimeneas
los rumores cansados,
desesperadamente.

Ya todo era silencio,
simuladas catástrofes,
grandes charcos de sombra,
aguaceros, relámpagos,
vagabundos islotes
de inestable riberas;
pero seguí volando,
desesperadamente.

Un resplandor desnudo,
una luz calcinante
se interpuso en mi ruta,
me fascinó de muerte,
pero logré evadirme
de su letal influjo,
para seguir volando,
desesperadamente.

Todavía el destino
de mundos fenecidos,
desorientó mi vuelo
-de sideral constancia-
con sus vanas parábolas
y sus aureolas falsas;
pero seguí volando,
desesperadamente.

Me oprimía lo flúido,
la limpidez maciza,
el vacío escarchado,
la inaudible distancia,
la oquedad insonora,
el reposo asfixiante;
pero seguía volando,
desesperadamente.

Ya no existía nada,
la nada estaba ausente;
ni oscuridad, ni lumbre,
-ni unas manos celestes-
ni vida, ni destino,
ni misterio, ni muerte;
pero seguía volando,
desesperadamente.




Oliverio Girondo.

martes, febrero 18, 2014

Incoloro.

Se funden las palabras
detrás de las miradas,
chorrean por los dedos
como tintas espesas,
incendian los renglones
con su pasión en llamas.

Montados en un verso
revuelan los dragones
de sueños del pasado
sobre nuevos albores,
hoy algo más opacos
ansiando sensaciones.

Antiguos melodramas
ardiendo en las escamas,
clavando sus espinas
en medio de la cama,
decorando las ruinas
de esta marchita grama.

Descoloridas musas
destiñen al poeta,
van volviendo difusas
las flores de sus letras.

Invacíon.

Me devoro a tragos tus besos,
los bebo con lujuria,
los muerdo, empantanado
en el borde del infierno
en la esfera del parnaso
en el límite mundano
de la muerte y sus atajos.

Abrevo de tu nada
que se me ofrece toda
en fuentes diminutas
o esquinas apremiantes.

Ignoro los designios,
descreo de los sabios.

Escucho a mis latidos
-con su lenguaje extraño-
vibrando la receta
para salir volando.

Respiro los sonidos
que cantan en la noche:
son parte de mi sangre,
circuito intransigente.


miércoles, febrero 12, 2014

A la sangre lo que es de la sangre.


Día a día nos enfrían el alma con muertes y engranajes, con la cotidiana maldad manando de mil estratégicos rincones, desde los riñones del titiritero.
Hora tras hora el asedio digital gana batallas, centímetros, neuronas, latidos, ilusiones.
Minuto a minuto la ultraviolencia ultravioleta se come nuestros horizontes sin pausa pero sin prisa, hasta escupir la osamenta pelada del espíritu colectivo, para que el tiempo termine pulverizando los insensibles restos.
Segundo a segundo el enclaustro va invadiendo la emoción, que se atrinchera y entonces ya es derrota contrarreloj.

Y yo lucho segundo a segundo por salir de mis propias prisiones, aunque tenga que voltear los muros a cabezazos.
Y minuto a minuto me aferro al espinoso rosal que es el amor para no dejarme llevar por la voracidad de las pantallas.
Y hora tras hora resisto tecno-embates resguardando mi emoción bajo el aura de la Luna.
Y día a día vuelvo entibiar mi corazón con la sangre que derraman los piolines que corto en cada amanecer.

lunes, febrero 10, 2014

Irreal.

Delirios de Prometeo
cayendo sobre el presente,
despiadada eternidad
royéndome el ala diestra
su abyecta voracidad
perseverante, siniestra.

La sangre rebalsa el río
que rueda por la montaña
y envenena los océanos
con una toxina extraña.

La noche va a la deriva
sobre un bote de cartón
a besar la espuma-orilla
del vidrio en el corazón:
un espejo sin reflejo,
ni fondo, ni inspiración.

¡Delicioso maleficio!
¡Vorágine sideral!
Se cosechan las proezas
en este rastro de sal:
estrellas recolectadas
por fuera del espiral.

Antídotos sin receta,
veneno de lo normal.




viernes, febrero 07, 2014

Antibiosis.

Hundiéndonos:
vos, en mi sangre;
yo, en tus palabras
blancas, radiantes.

Buscándonos:
vos, en mi mente;
yo, en tus penumbras
negras, distantes.

Hiriéndonos:
vos, mis mañanas;
yo, tus infamias
sepias, amantes.

Ardiéndonos:
vos, en mi hoguera;
yo, en tus silencios
rojos, errantes.

Perdiéndonos:
vos, en mi historia;
yo, en tu demencia
gris, atrapante.

Vertiéndonos:
vos, en mi oxígeno;
yo, en tu epitafio
añil, delirante.

Burlándonos:
vos, de mis ganas;
yo, de tu naufragio
marfil, farsante.

Royéndonos:
vos, estos pigmentos;
yo, aquellos dolores
incoloros, de antes.

lunes, enero 13, 2014

Mareas y hemofilias.

Tantas tragedias borrando recuerdos,
ruinas resignadas en rincones anegados
por excéntricos brebajes iridiscentes,
jugos de la noche, lágrimas de Nix.

Improvisados recipientes del dolor,
derrochándose bajo la tormenta,
volcándose en el vendaval,
derritiéndose entre estío y agonía.

Los párpados se hacen presas
para contener a los ríos salados
y a sus viejas aguas del recuerdo
-capaces de percudirlo todo.

Lo veo y es un monstruo amable,
repeliendo sus fantasmas con fiereza,
tirándose al mar en una botella,
sin cuidado por ninguna tempestad.

"Cuando la muerte me encuentre
que sea mecido en el mar"-
se repite ante el velamen
que va izando sin dudar.

jueves, enero 09, 2014

Cenizas del naufragio.

Recurrente sueño raro:
vos con tus secuelas
de albores y urgencias
sin verdades, con secuencias.

Otro nudo raudo,
y la elegancia precisa
entre las plumas heridas
surge, de punta en blanco,
para un nuevo vuelo manco
que tiene gusto a barranco.

Si te veo y es de día
rejunto ganas vacías.

Si el acecho es en la noche
no puedo con el derroche.

Cuando izamos la mañana
soy ruina en la resolana.

Convivimos con la ausencia,
lo asimilamos: descalzos
pisoteando los cristales
de castillos del pasado,
hasta hacerlos polvo,
hasta desangrarnos.