viernes, mayo 02, 2014

Abril en flor.

Tu reflejo bajo el tango de la luna roja
se desprende como una hoja, flota
en el charco cristalino del deshielo
que deja un alma al abandonar la muerte.

Las alas arden, ensangrentadas,
en el íntimo infierno, en sus latidos
que rozan con lo incendiario,
y transforman a las llamas
en un arroyo ígneo que fluye
hacia el valle de lo externo.

Imprevisiones e intensidades
ululan como orugas llenas de vida
por estas ramas, entre los brotes
(gérmenes, verdes presagios).

¿Qué le puede preguntar
el ceibo a la primavera?
Si su flor se deja ser
no necesita respuestas.


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