con la borrasca al acecho
y las flores como único
rastro de la primavera.
Días de bajar
al sótano, a su angustia
a la costumbre mustia
del gris invernal.
¡Vente, resplandor!
Que esta sombra espesa
necesita un rayo
para su tormenta.
¿Dónde irá a parar
esa fe invisible
que le cree a nada
pero lo ama todo?