domingo, junio 19, 2011

Más allá del infierno.

¿Qué hacer con tanta pasión ignorada? No hay lugar donde guardar este fuego lastimado por una insensible voluntad del pasado y los caprichos de un juego hermoso.
Y no quiere apagarse, claro. Persiste y resiste, insiste sin tregua en su amor, en el oxígeno que araña de los intersticios donde atesora su vida, que es el sentimiento: un intangible amuleto que todo lo embellece, aún en la tristeza más profunda. Porque el corazón es un lente amable, y toma la tragedia como el Valhalla de su pasión.
No se ahogará en sus lágrimas, preferirá beberlas mientras le grita al viento que no hay tiempo ni contrariedad capaz de menguar tanto ardor, tanta fiebre espiritual, y que hasta el mismo infierno sudará si este fuego es enterrado.

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