miércoles, noviembre 29, 2006

A la misma de siempre.

Tenés la capacidad sensorial de aparecer en el momento justo para consolar mis delirios.
Es genial saberte ahí, tan próxima y renovada. Esperándome a mí, que te espero a vos.


Cuando todo grita y mal
sos la red de mi acrobacia
yo un enfermo, vos farmacia
la anestesia de mi ideal.

Falopas duras en tipos blandos.

Ahí estás, con tu ternura guardada en un cajón, juntando polvo.
Hiriendo con sencillez, olvidando todo.
Primero el disparo de una palabra al aire, mientras me mirás de reojo.
Y después, bis a bis, la ráfaga de letras a quemarropa, como enamorada de mi dolor.

Y entonces mi ceguera aumenta desmesuradamente.
Y entonces los demonios se ponen tu máscara y salen a pinchar el cadáver. Le bailan alrededor.
Y quiero apagar la tristeza, pero de los ojos no me brota más que nafta, y tu mano se suelta y apantalla, como si estuvieras jugando a ver quién lastima más.

Suicidando tu mitad.

Si el que te apreta la mano soy yo
y vos quien la deja floja
¿por qué me pedís que no te suelte
en lugar de apretarme también?

Trataría de atajarte
en todas tus caídas
pero nada puedo hacer
si sos vos la que se tira.

El amor son miniaturas
juntitas en un gigante
si le andás sacando partes
se nos vuelve una tortura.

La sole (no, la del poncho no).

Con lo difícil que es pegarle un vuelo a esta soledad...
Pero si hay que pisar la pelota, la pisaremos, aunque el futuro se enoje y venga a rompernos las piernas.
Después de todo, la poesía se nutre de las rosas enteras, no sólo de sus pétalos.
Ahora... si sólo nos van a quedar las espinas, prefiero una plantita.
Detesto que el otoño se pase por mi jardín cuando las hojas del calendario ya lo habían exiliado.

Mecanismos.

Erosión, ¿y por qué?
siempre sé que no soy el mejor
ni de todos ni de dos
pero a veces creo que vos
te dedicás mejor a mi dolor.

Remendando el almohadón.

Hasta el punto donde el amor se corrompe
llegamos cuando esa nada invade tu boca
y tus ojos se quedan tibios, refugiados
en otro lugar que no puedo ubicar.

Cuando mi tacto se siente invasor
cuando tu risa no llega ni a un borrador
de su característico resplandor.

Estoy pensando seriamente
en ponerle abrojo a mis alas
así no tenés que andar
descosiendo tus costuras.

lunes, noviembre 27, 2006

En dios.

Cuando le pinta ponerse en dios, es un gol.

Como cuando las cosas que nos hacen bien,
nos hacen bien.*

Cuando viene y te roba el cerebro.
Cuando viene y te ayuda a no creer en todo lo que ois.
Cuando viene y pide como vos que el adios no se alargue.
Cuando viene y te dice que quiere verte lunático blanco, y presa de su amor.
Cuando viene y te susurra que nos vamos de la nada a la gloria.






* Las gracias pa' la gabiota (pero de todo, eh).

El enemigo peor.

Con el pasado no puedo
lo veo, lo toco, y no puedo.

Lo siento tan presente
como yo mismo
y no puedo, no.

¿Y cuál es la diferencia?
Si soy la misma secuencia.

Pero no puedo.
O me olvido o me muero.
Lo que pase primero.

domingo, noviembre 26, 2006

Cuando te llama... te pinta.

Pero ¿vos viste cómo está eso?
te pide con desesperación
"che, daaale, dame un beso"
la mirás, y sabés que es amor.

Desde la chispa hasta el incendio.
Una luciérnaga en los labios,
en la yema de los sabios
y en la clara del silencio.

viernes, noviembre 24, 2006

Como una boa.

Los días de dulce espera
como el pastito en los pies
y después lobos marinos
abrazando el rocanrol
que te empuja hasta él
(vos sabés cómo es)
y te detona el corazón.
(lo amás con frenesí).

Se enrosca la realidad
en sí misma.

miércoles, noviembre 22, 2006

La más cara y la fiesta.

Bailoteando bien keruza
como pide prevención
hay ronda con nuestra musa
y pasitos de ocasión.

Que fichamos, que pasamos
las sonrisas entre manos
y hablamos con los enanos
mientras que nos ocultamos.

Es así, vamos zafando
le huimos a la cordura
elegimos la fisura,
y la dejamos al mando.

Retoño de limonero.

Envelándonos con las gafas de la poesía
y de la risa que brota sin freno.
Casi una epidemia para algunos,
un humo mesiánico pa' otros.

Quién fuese su erupción
más allá de mi cabeza
¿Sabés que de las certezas
tu locura es la mejor?

Esta, nuestra intimidad,
la más dulce.

Oscuro Diamante.

"Busquemos, vida, algún lugar
a reparo del mundo sin brillo que hoy
en el cosmos de la mente
se hizo estrella hueca.

¿hacia dónde más podemos ir?
tal vez el oscuro diamante esté en mí
tal vez seamos fugitivos
de donde nadie escapa.

Una huella invisible quisiera dejar
y que nadie sepa que estuvimos acá
¿quién dió a luz al primer sueño
para ir tan lejos?

Si pudieran mis ojos ver en el sol
para saber esta sombra descifrar
pero aunque ya se hizo tarde
sigamos buscando.

Perdido, sin decirlo, presiento el final
enterrando en la noche el pesado dolor
nos hacemos más livianos
nos quedamos sin sentido.

El mundo por fin se apagó
dejando a oscuras la vieja ilusión
y aunque sea ya muy tarde
seguimos buscando.

Buscando."


La Renga.

Laberintoscuro.

Ideal sería una goma para borrar las sombras.
Imposible olvidar, imposible no querer reventar.

En la desesperación.
Ya no hay canciones de cuna para el dolor.
Las heridas duelen desde la memoria,
no desde el cuerpo.

La miseria pesa en las alas,
y sin vuelo no hay fuga posible
de los impíos laberintos.

Entonces quisiera correr hacia todos lados,
que sería como lincharme a mí mismo.

domingo, noviembre 19, 2006

Enroscado.

Cuando hasta tu ángel de la guarda te da la espalda
(sí, esa que no tiene)
y la locura se te enreda en los rosales espinados
desvariás, zozobrás, y la sombra del naufragio
se levanta y te observa con ansias.

Viene por vos, te devora con un bocado,
sin masticarte.
Y terminás en el oscuro estómago
de una criatura que inventaste vos,
en el buche de tus propios demonios.
La cabeza como un queso por tu amor.
Y las ratas que quieren comer a toda costa,
son la tarjeta que baraja el espejo.
Corazón en llanta.

No nos olvidemos de nosotros.

"... si tantas personas viven aquí
¿por qué no están unidas para vivir?
si todas las mentes dicen que NO
no vale la pena seguir por seguir.
Los jóvenes quieren un poco de amor
perdamos el miedo al rocanrol.

No dejes que el miedo destruya tu amor.
No dejes que nada destruya tu amor.
No dejes que el gobierno destruya tu amor.
No dejes que la religión destruya tu amor.
No dejes que la escuela destruya tu amor.
No dejes que las leyes destruyan tu amor.
No dejes que la soledad destruya tu amor.
No dejes que la miseria destruya tu amor.
No dejes que nada destruya este amor.
No dejes que nada destruya tu amor."

Fantasías Animadas de ayer y hoy.

Está tan lejos hasta el más mínimo cerca que no podés agarrarte ni del aire, por el cual resbalás en ese tobogán sin fin. Y cuando parece que hay una asidera... zas, otra patinada. En ocasiones te vas colgando, como esos dibujitos que siempre quedan por instantes en las cuerdas de tender la ropa que van de edificio a edificio. Pero eso no les salva el cuello, y pareciera que igual se van a untar en la avenida, hasta que, ahí sí, alguna mágica salvación (a veces visible, a veces dejada a los azares de la imaginación) los exonera de la muerte con su derecho de eternidad momentánea.
A veces somos dibujitos animados.

Y otras veces sólo borrones disgustados.

Al poeta Suarez.

Te extrañé, pero cómo te extraño.
Y cómo te voy a extrañar.
Con ese afan por rescatar del naufragio
a cuanto marginado apareciera,
sosteniéndolo con poesía
(un Neruda del Bajo Flores)
y con su propio arrabal.

La incordura con sombrero
y una melena de león albino
haciendo juego con la lira.

Rocanrol, tango y suburbio:
nuestro Buenos Aires querido.

sábado, noviembre 18, 2006

S.o.s. la trampa que le hago al diablo para no darle el alma que le vendí.

jueves, noviembre 16, 2006

Las voces de la conciencia.

Voz número el que quieran: - ¿Por qué te evitás en el espejo? Porque estás re loco ¿eh?

Voz sin número: - ¿Por qué estás re loco? ¿Porque te evitás en el espejo?

miércoles, noviembre 15, 2006

O capaz las ballenas me quieren rescatar a mí.
Si tienen ganas de rescatar ¿por qué no prueban con las ballenas y se dejan de joder?

Santo remedio.

Siento que mis dedos
podrían morirse de frío
sin tu abrigo de seda
sin el calor derritiéndose
entre proezas de amor.

Enfermera de los dioses
que al cielo sabrás trepar
cuando tu anima nos deje
y se duerma sobre el mar.

domingo, noviembre 12, 2006

A no dudar...

Sería necesario explicarle
que la quiero como al aire
cuando vuelvo desesperado
al arco desguarnecido
y no queda ni un suspiro
en mi pulmón agitado.

O que la cuidaría
con el mismo énfasis
que a la zapatilla saliéndose
en el pogo más espeso.

Hay amores con banderas
y amores de poco ruido.
Hay tumultos que nos unen
y otros que nos separan.

Vos sabés que esta soledad
tenía su fecha, y expiró.

miércoles, noviembre 08, 2006

Dicen que se revienta...

Fuiste mi berretín desde antes
de revocarme el corazón en ruinas
y te buscaba por las esquinas:
es que ya había empezado a amarte.

Y no dudaba este destino
porque sabía que tus enigmas
se volverían los estigmas
del sentimiento divino.

Como una eterna resaca
por las pretéritas glorias
al embrujo de la euforia
ni el buen tiempo te lo opaca.
Uno que no es el mejor amigo de la ley a veces se pregunta para qué carajo existe.

Mañanísima.

...y déjenme contarles que el sol de la mañana pega como pocas sensaciones.
Como esas canciones ¿vieron? Como los goles.
Como cuando sentís el olor de las ascuas
y saltás cual conejo de pascuas
tus charquitos de viejos amores que hoy no hacen mella.

¿Ella? Besa como nadie, y ojo que nadie besa, eh...
Ella me estrella contra el suspiro de ningún lamento,
tanto es lo que siento, por todos los sentidos
cuando mis latidos bajan y mi mente sube
cuando toco el cielo, desentierro nubes,
y las horas pasan, se comen los tiempos
sus sueños dormidos, silencios eternos
la brisa en la cara: dormidos... ¿despiertos?

miércoles, noviembre 01, 2006

No me quieras rescatar, no me tires a matar.

A veces pienso
que lo único malo
que ella tiene
es no tenerla.

A veces pienso
que lo único malo
que ella tiene
son los demás
en su contra
y en la mía.

A veces pienso
que lo único malo
que ella tiene
es la soledad.

La peor soledad: la acompañada.
La del exilio íntimo y personal,
la del destierro a las tinieblas.
La de todas las espaldas
mirándonos fijamente.
La de todos queriéndonos
como nosotros no queremos.