Hasta el punto donde el amor se corrompe
llegamos cuando esa nada invade tu boca
y tus ojos se quedan tibios, refugiados
en otro lugar que no puedo ubicar.
Cuando mi tacto se siente invasor
cuando tu risa no llega ni a un borrador
de su característico resplandor.
Estoy pensando seriamente
en ponerle abrojo a mis alas
así no tenés que andar
descosiendo tus costuras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario