miércoles, noviembre 29, 2006

Remendando el almohadón.

Hasta el punto donde el amor se corrompe
llegamos cuando esa nada invade tu boca
y tus ojos se quedan tibios, refugiados
en otro lugar que no puedo ubicar.

Cuando mi tacto se siente invasor
cuando tu risa no llega ni a un borrador
de su característico resplandor.

Estoy pensando seriamente
en ponerle abrojo a mis alas
así no tenés que andar
descosiendo tus costuras.

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