Ojos que ven lo que los demás no ven, corazones que sienten diferente.
miércoles, diciembre 29, 2004
lunes, diciembre 27, 2004
viernes, diciembre 24, 2004
Mentimos festejando, pero qué mentira tan dichosa, creanme.
Y si hay que salir a alegrarse por el mero hecho de que tenemos sentimientos encontrados en personas allegadas, lo vamos a hacer. Como una especie de conjuro sanador para el enfermizo mundo que nos rodea y nos expulsa para el espacio libre de sensaciones, con esa frialdad propia de un batallón de hielo. Vamos a derretir esa indiferencia con un poco de alcohol y fuego, y muchísima pasión de amistad, de música y de locura.
Que haya fervor en todas las esquinas, porque los festejos son pequeños ghettos donde se puede parir un poco de sinceridad y sonrisas sin necesidad de atarse al enorme ejército crudo.
La fecha no importa, tampoco el motivo. Sólo celebrar.
Y si hay que salir a alegrarse por el mero hecho de que tenemos sentimientos encontrados en personas allegadas, lo vamos a hacer. Como una especie de conjuro sanador para el enfermizo mundo que nos rodea y nos expulsa para el espacio libre de sensaciones, con esa frialdad propia de un batallón de hielo. Vamos a derretir esa indiferencia con un poco de alcohol y fuego, y muchísima pasión de amistad, de música y de locura.
Que haya fervor en todas las esquinas, porque los festejos son pequeños ghettos donde se puede parir un poco de sinceridad y sonrisas sin necesidad de atarse al enorme ejército crudo.
La fecha no importa, tampoco el motivo. Sólo celebrar.
jueves, diciembre 23, 2004
Acostado en tu lecho
sobre el pesar pacífico
de vuestra absolución racional.
Es que me fomenta
la locura que fermenta
en añejos rincones del misterio.
Su beso me lleva a Dios
como la nube detonante
que el cielo nos ofreció
dejándola en la tierra
cual semilla del paraíso.
Mi mano en tercera persona
derrama letras, supliendo
a la consciencia misma.
sobre el pesar pacífico
de vuestra absolución racional.
Es que me fomenta
la locura que fermenta
en añejos rincones del misterio.
Su beso me lleva a Dios
como la nube detonante
que el cielo nos ofreció
dejándola en la tierra
cual semilla del paraíso.
Mi mano en tercera persona
derrama letras, supliendo
a la consciencia misma.
martes, diciembre 21, 2004
lunes, diciembre 20, 2004
Momento de no saber qué hacer.
Momento de pensar sin pensar, y escribir por escribir.
Vengo de una odisea de solidaridad, ternura, llanto, carcajadas, éxtasis, lluvia y demás. Hubo mucha dulzura contenida. Hay, de hecho. Y el estornudo puerco.
La luna, infaltable, allá, diáfana e hinchadita, como esa pancita hermosa que tantos caramelos mentales me saca. Y pensar que mi nombre va ahí a veces...
Ahora el pálido celeste, casi bostezando, emerge del cielo para dar la ronda matutina avisando que viene el día, así como preparando al resto del mundo para un amanecer más.
Despierten, corazones, que el rey Amor no los quiere ver dormir más.
Momento de pensar sin pensar, y escribir por escribir.
Vengo de una odisea de solidaridad, ternura, llanto, carcajadas, éxtasis, lluvia y demás. Hubo mucha dulzura contenida. Hay, de hecho. Y el estornudo puerco.
La luna, infaltable, allá, diáfana e hinchadita, como esa pancita hermosa que tantos caramelos mentales me saca. Y pensar que mi nombre va ahí a veces...
Ahora el pálido celeste, casi bostezando, emerge del cielo para dar la ronda matutina avisando que viene el día, así como preparando al resto del mundo para un amanecer más.
Despierten, corazones, que el rey Amor no los quiere ver dormir más.
domingo, diciembre 19, 2004
¿Y qué onda si no sé qué tren tomarme?
Si las vías están tan estrafalarias que ya no sé para dónde encarar el viaje...
Ese pequeñísimo auge mira y enternece que da miedo. Ese imposible dorado me arruina de indiferencia mentirosa e indecisa, que quizás pero no pero quizás. Pero no.
Hoy quisiera más abrazos.
Si las vías están tan estrafalarias que ya no sé para dónde encarar el viaje...
Ese pequeñísimo auge mira y enternece que da miedo. Ese imposible dorado me arruina de indiferencia mentirosa e indecisa, que quizás pero no pero quizás. Pero no.
Hoy quisiera más abrazos.
miércoles, diciembre 15, 2004
martes, diciembre 14, 2004
Pequeñeces y sombras.
Un hadita morena ha escapado del silencio, dejando abierto el portal para llegar más allá de la piel. Quizás logre el cielo por sus alas suaves, y el brillo en sus pómulos, y la suerte simpática que le baña la cara.
Pero yo no sé por qué no sé. Me cuesta entender que la belleza me cale tanto, que se clave sobre la herida del dorado sueño que nunca fue, y deje colgando de ella un hermoso cuadro que sería capaz de admirar por horas. No comprendo estas magias que oscilan furiosamente en mi espíritu y se atrincheran en este inalcanzable punto. Flashes y más flashes, y luces y estrellas y soles y lunas y linternas y velas y fuegos. Y todo en un santiamén, como a propósito, para confundir de belleza mi estropeado corazón.
Y es que a veces las puertas de la razón son muy estrechas para el enorme corazón.
Un hadita morena ha escapado del silencio, dejando abierto el portal para llegar más allá de la piel. Quizás logre el cielo por sus alas suaves, y el brillo en sus pómulos, y la suerte simpática que le baña la cara.
Pero yo no sé por qué no sé. Me cuesta entender que la belleza me cale tanto, que se clave sobre la herida del dorado sueño que nunca fue, y deje colgando de ella un hermoso cuadro que sería capaz de admirar por horas. No comprendo estas magias que oscilan furiosamente en mi espíritu y se atrincheran en este inalcanzable punto. Flashes y más flashes, y luces y estrellas y soles y lunas y linternas y velas y fuegos. Y todo en un santiamén, como a propósito, para confundir de belleza mi estropeado corazón.
Y es que a veces las puertas de la razón son muy estrechas para el enorme corazón.
domingo, diciembre 12, 2004
domingo, diciembre 05, 2004
Neruda 2: selección de versos del poema Bella (o de cómo tratar de llegar con palabras a lograr una belleza similar a lo que se describe).
"Bella,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa de tu rostro,
bella.
Bella,
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor de mundo,
así te veo,
bella.
Bella,
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.
Bella,
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos,
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.
[...]
Bella,
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella."
"Bella,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa de tu rostro,
bella.
Bella,
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor de mundo,
así te veo,
bella.
Bella,
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.
Bella,
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos,
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.
[...]
Bella,
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella."
Neruda 1: fragmento de Tu risa (o de cómo don Pablo sabe captar cuánto me obnubila tu sonrisa).
"Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla
riete de este torpe
muchacho que te quiere
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría."
"Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla
riete de este torpe
muchacho que te quiere
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría."
jueves, diciembre 02, 2004
miércoles, diciembre 01, 2004
Me persigue una imagen: una mujer divinísima, a quien le llueven finos hilos de sol y le brilla un par de estrellas. Sonríe jazmines, perfumando de simpatía la pradera de mis percepciones.
No sé si es etérea, porque a veces da sombra, o si es sólida, porque nunca pude tocarla... al menos no en una realidad singular.
Y en las tardes está en todo el esplendor de mi jardín. Y en las noches está en cada estrella, y su corona es una luna idónea. Y en las mañanas se vuelve sueño y me arrebata el inconsciente.
Y no tengo manera de escaparle, es como una cárcel particular, quizás como una silla de ruedas para mi alma renga.
¿En qué lugar?
No sé si es etérea, porque a veces da sombra, o si es sólida, porque nunca pude tocarla... al menos no en una realidad singular.
Y en las tardes está en todo el esplendor de mi jardín. Y en las noches está en cada estrella, y su corona es una luna idónea. Y en las mañanas se vuelve sueño y me arrebata el inconsciente.
Y no tengo manera de escaparle, es como una cárcel particular, quizás como una silla de ruedas para mi alma renga.
¿En qué lugar?
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