miércoles, julio 25, 2012

Sanemos.

La cabeza se vuelve
un capricho de Dédalo:
sin ventanas profundas
ni elevar de velas
ni techos que alivien
los lívidos diluvios.

¿A quién se le pregunta
por estas dudas negras?

¿Cómo se desintegra
una penumbra muda?

Veo sus pesadillas
sin pistas ni ilusiones
pero con la esperanza
que dejan al borrarse.

En el desgano mutuo
de su opaca mansedumbre
anhelo primaveras
colgando de su boca.

jueves, julio 19, 2012

Tarde opaca.

Se escapa la energía
por las grietas de los dedos,
y en su fuga se lleva
una parte del flánimo
(hoy las ganas no están
muy firmes, muy asentadas).

La piel también abandona
el tacto (ahora tan crudo
y deshecho de velos)
mientras pasan las horas
atadas a la incertidumbre
con nudos tan rebuscados
y simples como la muerte.

Una vigilia sin tiempo
capaz de ahuyentar las sombras
de ignorar a las sirenas
elegantes y aletargantes
que convocan al absurdo
con cada nota entonada.

miércoles, julio 18, 2012

Sin amnestesia.

Resistir no es resentirse
sino sentirse de lleno,
sin frenos ni eufemismos
sea en mares o en abismos.

Más que atrincherarse
es erigir trincheras
empuñando el corazón
fuera del caparazón.

Alejarse del olvido
promovido en las pantallas:
trae una amnesia tan recia
que todo sueño anestesia.

Desangrarse si es preciso
en un oasis de espíritus
que prefieren el desierto
para no abonar lo cierto.

Resistir es resistirse
a la hueca tentación
de ponerse contra todo
en lugar de codo a codo.



viernes, julio 13, 2012

Me ilumina.

Para que haya sombra
es precisa una luz.

Todas mis tinieblas
se limpian con tu sol
(ese que deshace
hasta los inviernos).

Y le crecen flores
a los sinsabores
bajo tu tibieza,
frágil sutileza.

Hielo es la distancia
de tus rayos áureos,
y la noche pena
si te haces ausencia.

No se oye ni un canto
sobre la enramada
cuando andás lejana
por otro hemisferio.

Pero cuando aclara
tu gesto genuino
sé que mi destino
milagros depara.


jueves, julio 12, 2012

Inquietud.

Quiero ser sangre (por un momento) y fluir sin venas por el universo.
Llevar en mi espesor la vida, la energía misma, la esencia del ser, su edad, su oxígeno.
Pero soy nomás un montón de ideas y piel.
La piel recubre pensamientos y sentimientos, pero no es muy permeable -sobre todo en presencia del tiempo.
Y la sangre está, se ve como un pantano: estancada, rancia; y este corazón, que no es un mangle, no sabe llegar al fondo de la ciénaga escarlata.
Es preciso fluir, es necesario el movimiento, y la ruptura de los periplos.

miércoles, julio 11, 2012

Fuga de sentires.

Un detractor de sí mismo
¿dónde pone el corazón?
Quizás en una entidad
bancaria de otro país
o en el final del tiempo
o en algún otro Titanic.

Quererse llevar
el llanto a otra parte
pensando que allá
se hará un arco iris
en sus caras nuevas,
en sus almas viejas.

Enterrar sus tesoros
en desiertos ajenos,
desterrar los sentidos
de lo verdadero.

Y que el raigambre
que aquí los afinca
súbitamente desaparezca
como otros años
como otras vidas
como otras huellas.



miércoles, julio 04, 2012

Ansias de estío.

Erijo una hazaña
si puedo evadirme
del opaco trasto
que es el cielo triste
(ese plúmbeo lastre
para ánimos débiles).

-¡Qué enorme osadía
(me gritan las gotas)
rozar la alegría!
(que en mi sombra explotan).

Es que no me interesa
consumar con la tristeza:
su desgano aletargado
me devuelve a un vil pasado.

Pero esta pena latente
en el aire, en el ambiente
ata a mis alas peñones
y apunta con sus cañones
al corazón de la altura
al nervio de la locura.

La quietud sería muerte
y regalarme no quiero,
para buscar mejor suerte
en movimiento te espero:
haré mi vuelo más fuerte
para cuando vuelva Enero.

lunes, julio 02, 2012

Julio inoportuno.

Julio se vino de gris, sin prudencia ni piedad, no son cosas para él, digamos.
Es amigo de lo quieto: codo a codo con la muerte, su compinche desde siempre, se deshace de los mundos que requieren movimiento, o color, o sentimiento.
Es como un sicario al servicio del desánimo... pero ad honorem.

Urgido por la nada.

¿Cómo enfrentar a los tiempos mercenarios?
Soy una bandera sin tierra, pero con sueños y señas, deshecho desde el lecho que cobija mi esencia, buscando lo que nunca se han ingeniado, esperando los motivos escondidos bajo el suelo, despojando de sentido cualquier cosa estipulada, cocinando los sabores que las almas aún ansían, desbordando el vaso a medias, arañando la osadía de creer que somos tantos los que pueden ser distintos al jerárquico futuro decantado de un presente que desangra su utopía en las mañas del mañana.

Tormental.

Afuera hay un mundo
que se deshace en agua
y chista constantemente
su llanto irrefrenable.

Acá tengo un diluvio
intangible, insoslayable
hasta seco, te diría
si no fuera lo de afuera.

El sueño se hace enemigo:
parece estar empeñado
en contradecirlo todo
en querer atrincherarme
detrás de su ánimo oscuro:
malos humos y dislates.

Se ha calmado la tormenta
pero recurre en los charcos
su síntoma hidromnisciente
(el agua ocupando todo)
y el fluir de los vehículos
humedece mi intuición.