viernes, julio 13, 2012

Me ilumina.

Para que haya sombra
es precisa una luz.

Todas mis tinieblas
se limpian con tu sol
(ese que deshace
hasta los inviernos).

Y le crecen flores
a los sinsabores
bajo tu tibieza,
frágil sutileza.

Hielo es la distancia
de tus rayos áureos,
y la noche pena
si te haces ausencia.

No se oye ni un canto
sobre la enramada
cuando andás lejana
por otro hemisferio.

Pero cuando aclara
tu gesto genuino
sé que mi destino
milagros depara.


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