lunes, noviembre 24, 2008

Cosas de la vida.

No sé si es que justo lo crucé en su cumpleaños, o que todos los días festeja la vida.
Pero su sencilla alegría fue contagiosa, otra cosa... un oasis humano en el desierto de asfalto.
Paladín de la sonrisa, sin prisa para existir, dejándose ser al viento, al tiempo, al sol.
A veces se nos hace tan necesario lo que a él le sobra...
La urgencia de los caprichos a los que estamos acostumbrados, enceguece.
Y caminando para llegar a cierto lugar nos podemos olvidar del panorama, esa periferia que despabila al ego cuando se pierde en su misterio.
Siempre es dulce disfrutar de un momento. La calma desarma los karmas que acechan cualquier realidad: vivir es exponerse al infortunio, seguir es una victoria.

Dramamá.

Hay en sus ojos una tristeza que no tiene pies ni cabeza.
Sencillamente una decisión, un paso, un movimiento.
La diferencia entre estar dormido y estar despierto.

Apuesta y se siente perdida antes de ver qué número...

Si vas a jugar, podés perder o podés ganar,
se como sea, el peor resultado es no jugar.

Quisiera arrancarle el drama
(quiste umbrío de estos días)
a su vida cotidiana,
a la vida cotidiana.

viernes, noviembre 21, 2008

La Primavera, el Sol, y alguna flor.

“Desde niño advertí que mi corazón, en una especie de ciclo anual, giraba sobre el mismo eje del globo terráqueo y tenía su primavera y su otoño: su primavera, en un vuelco hacia la exterioridad gritona del mundo, y su otoño en un reflujo hacia la interioridad secreta de mi alma..."

Megafón.

Nosaberquéhacerodecir.

No quisiera que te caigas.

El impacto lo comparto,
así como el precipicio.

Y si te quiero atajar
el ímpetu me supera,
altera la calma, el alma.

Pero.. ¡por dios!
cómo siento, te siento.
Es algo... nosotros es.

Es que ver tu cara
sin una sonrisa
sencillamente opaca.

martes, noviembre 18, 2008

Ese tío...

La vida enseña, y uno elige si aprender.
No todo es tan fácil de ver,
ni la ceguera es exclusiva de los ojos.
Quizás los menos pensados
están mejores dotados
para entregarnos lecciones
que esos de buenas acciones
y sentimientos cuadrados.

Un borracho de la noche
a veces sorprende mentes
corazones inconcientes
que despierta con palabras
mientras tu puerta le abras
él se encarga de encenderte.

Y otros, por ignorarlo
se pierden en su soberbia
se ríen por la miseria
que les sugiere mirarlo,
como si esa cordura
fuera una suerte de altar
que los protege del mal
que ellos mismos han creado.

No son exactas las palabras, pero: "la lástima es el peor sentimiento que se puede tener hacia una persona, ¿qué sabés si él no es tanto o más feliz en su condición que vos?"

viernes, noviembre 14, 2008

El amor, piedra angular de la Ley Innata.

"Vente a la sombra, amor, que yo te espero
(necesito saber)
que tengo el corazón aquí, con bien deshielo
(dime tu nombre)
vente a la sombra, vente amor, que yo te espero
(¿de dónde sale el sol?)
que tengo ya el cerezo en flor dentro del cuerpo
(¿y de quién se esconde?)
Vente a la sombra, amor, que yo te espero
(si miro alrededor no puedo comprender, me da pereza)
que tengo el corazón aquí, con bien deshielo
(si hay algún escalón, para mí un tropezón, voy de cabeza)
Vente a la sombra, vente amor, que yo te espero
(tu y yo en la habitación, para que vuelvas vos, chorros de lefa)
que tengo ya el cerezo en flor dentro del cuerpo
(la buena educación de la televisión no me interesa)".

Roberto Iniesta.

domingo, noviembre 09, 2008

Lo que pasa es el tiempo.

Retroceder sin volver,
el fetichismo melancólico
la máquina del tiempo.

Paraísos que persisten,
que resisten al olvido
o al cambio por tendencia.

Sentir que hemos vivido
conocer nuestro pasado
y apretarlo en un abrazo.

miércoles, noviembre 05, 2008

A los ojos, un edén.

El niño Atardecer se enchastró las manos de pintura y decoró el lienzo sin prejuicios artísticos ni búsqueda conceptual: sencillamente se dedicó a esparcir belleza por todos lados.
Agarró algunas nubes, las empapó de Sol, y fue dispersándolas, mientras borroneaba el fondo desde la magia que sus dedos guardan.
No escatimó en colores, texturas, formas... se despachó con lo mejor de su imaginación arcoírica.

El disfrute de la simpleza.

Apilar callecitas mientras soltamos sueños al aire, compartiéndonos labios, risas, recuerdos.
Perdernos en el cielo, en las paredes, en los dibujos que esconde cualquier rincón.
Desarmar frases, armar inventos que brillan en nuestros ojos.
Encontrar en la inocente dulzura infantil un reflejo de esta ternura.
Apoyarte en tu acrobacia equilibrista por cualquier cantero.
Buscar sin necesidad de encontrar.
Proyectar un futuro con la única constante condición de estar unidos.
Amarnos desde todas las concepciones.
Hacer sapito en la cebra peatonal, como si el asfalto sin pintar fuera un océano tiburonado.
Cosquillearte, y hallar esa risa que revive hasta las esquinas más muertas.
Contemplar atardeceres sin dejar de sorprendernos por sus bellezas.
(No dejar de sorprenderme por la tuya).
Caminar, sencillamente.
Y respirar el aire que se nutre de tu presencia, y que alimenta la esencia de estas ganas de vivir.
Ganas que viven en tu compañía.