domingo, enero 30, 2011

Viajero verano.

Un estío abarrotado
de vaivenes deliciosos
en mis sentidos se mece
(hamaca viajera)
para transportar todo
(oscilando siempre).

Los periplos se ensanchan
alcanzando nuevas costas
desencadenando, ahora
sus más añejas condenas.

Hacia aquellos cielos amplios
se desvían mis visiones
en la búsqueda incansable
del arcano de mi esencia
que va escapando, leve
entre las copas nocturnas
de los árboles tan sabios.


Huyendo hacia la vida.

¿Cómo desnudarme de mis hábitos?
Para arrancar lo acostumbrado
de este andar que nada entrega
(sólo comparte el vacío
que dejan sus inacciones)

Desenredame del absurdo
con alguna historia abstracta
que impresione mis sentidos
y los haga renovarse.

Que la luna se impacienta
a mi izquierda, sonriendo
con la mitad más brillante
de su cara hacia nosotros,
y no me gusta que pierda
esa alegría tan grácil
por ansiedades insípidas.

Y nada mejor que ofrendarle
los pinos con sus fragancias
acompañando al espíritu
a los más profundos sueños.

viernes, enero 28, 2011

Para verte gambetear.

Con un par de lienzos crotos
esperando por el bondi
de Fiorito a Paternal.
Las pisadas, las rabonas
son los chiches que los viejos
no te podían regalar.
Y en la villa
se juntaban los pendejos
para verte gambetear.

Del riachuelo para el mundo
desde el cielo hasta el infierno.
Patadas en Catalán.
Ya más nadie iba a manguearle
milagros a San Gennaro
porque entrabas a jugar.
Y se juntaron
el Jet-Set y la Camorra
para verte gambetear.

Treinta millones de negros
transpiran con tu remera
para jugar un mundial.
Más regalos que un cumpleaños
más premios que la Quiniela
más baile que en Carnaval.
Y en los barrios
faltaban televisores
para verte gambetear.

Olé olé olé olé
olé olé olé olá
para verte gambetear...

Barrilete, pecho inflado
con el sol de nuestros sueños
te volviste a iluminar.
Empachado de ilusiones
cuando vos eras el dueño
te fueron a desterrar.
Y en las calles
cada lágrima fue el precio
para verte gambetear.

Gordo, cara de galleta
caminando medio chueco
siempre echado para atrás.
Como no te daban pase
te piantaste de los muertos
¿cómo te iban a parar?
Y rezamos
en La Habana y Buenos Aires
para verte gambetear.

Con la sonrisa de pibe
con el brazo guerrillero
y el corazón de arrabal.
La zurdita endemoniada
y el martillo en el garguero
¡Cada día te quiero más!
No hace falta
más que entrecerrar los ojos
para verte gambetear.

Olé olé olé olé
olé olé olé olá
para verte gambetear...

Para verte gambetear...

La Guardia Hereje.



"...barrilete cósmico
¡¿de qué planeta viniste?!
Para dejar en el camino a tanto inglés
para que el país sea un puño apretado
gritando por Argentina.
Gracias Dios por el fútbol
por Maradona, por estas lágrimas..."

Una estrella.

El nuevo hombre del pasado
es sólo un sueño despertando
día tras día, fatigosamente,
sacándose los momentos
de encima sin pestañear.

¿Y las letras que cargaban
ideas en cada fusil?
¿Y la tinta derramada
por las almas moribundas?

Despéjense las preguntas
con esta nueva alborada
para que el fin de los días
deje más que gusto a nada.

Estamos siendo algo más
pero Roma no se hace en un día
ni se deshace en un par de años.

Habrá que creer para crecer
en el suelo que no se ve.

viernes, enero 21, 2011

Hastío umbrío.

Otra vez esta manía
de lograr atormentarnos
a través de las distancias
(ya sin tregua van tus sombras
persiguiéndonos
extinguiéndonos).

Soy una sensación calcada
de otras que hay acumuladas
y no quiero reiterarme
en los daños del pasado.

Tu prisión de pesadillas
no es hogar para mi espíritu,
ni quiero vivir a la espera
de polares amaneceres
mientras la noche marchita
mis ánimos con paciencia.

Luna de Cuyo.

Se derrama la luna
en el valle inmediato
escurriéndose áurea
atardeciendo irónica.

Un frío de otros tiempos
se viene a reposar
sobre nuestras palabras
que intentan ignorarlo
o, al menos, soportarlo.

¡Qué inefable marco!

El recorte cordillerano
decorando mi horizonte
salpicado por un vino
hecho de uvas y ambrosía
para brindar contra todo
lo que se quiera oponer
a esta perfecta velada
símbolo de la eternidad.

Amedrentándonos.

La realidad pintada
con colores macabros
se hace más fácil
de manipular,
como arcilla blanda
en manos malditas.

Sus viles artificios
son sólo estratagemas
para guardar bajo llave
las genuinas emociones
(claramente contrapuestas
al facilismo y comfort
que proponen, seguros
los paladines del miedo).

domingo, enero 09, 2011

Mar remoto.

Navego errante en la noche desde mi quietud, con una parsimonia impredecible.
Voy anclando en cada estrella, enredándome en sus auras para conocerlas mejor, para desentrañar la luz que le falta a casi todo, a ver si un haz contagioso alcanza a atravesarme.
De tanto tantear, no siento las manos ni lo que tocan en esta oscuridad ya absurda, pero tengo la certeza de que hay algo por buscar (un milagroso interruptor, quizás). Sin embargo, la costumbre de lo burdo es un lastre inevitable para remar plenamente.
Habrá que armarse de paciencia, porque las tormentas son más que probables en mar abierto, y no se ofrece otro destino en nuestro horizonte que aquella lejana costa ignota.

Comprender para aprender.

La tierra atesora en su memoria
aquello que el olvido pretende extraviar
entre promesas jamás encarnadas
y presagios de dudosa concreción.

Aquellos atropellos sin escrúpulos
se repiten como las mismas estaciones
(aunque traten de extirparnos el estío
aunque quieran enfriar la primavera)
y el camino hacia la sabiduría
no es más que una revisión intensa
de las huellas que aquí nos trajeron
para saber dónde pisar mañana.


viernes, enero 07, 2011

América.

El Potosí ya costó, ahora toca
elevar los nuevos cielos
(desde aquel gran sacrificio).

La sangre está vertida
en los ríos, en las grietas
que hoy brindan, secas,
esperando una lluvia.

Quiere renacer, puja
contra oscuras voluntades
sometidas a sus hábitos
de pretensiones zonzas
(vacías como las entrañas
de los agotados filones).

Y llora su parto turbio
como un desahogo pleno
atestándose de estrellas
el cielo que la guarnece:
va amaneciendo, parece
y se iluminan las huellas.

Impoesible.

Un poeta sin sueños
se desvanece pronto
y nunca llega al Sol.

¡Denle ilusiones, denle!

Para que sepa sus alas
y no tema ya al vuelo,
para que brille tranquilo
con su flor inmarcesible.

Que no devore el tiempo
los destellos que engalanan
-a través de las palabras-
este ordinario desfile.

jueves, enero 06, 2011

"Laberinto del sueño". *

El sueño se lo devora todo,
con un apetito impío
que parece engullir sin fin,
pero siempre bordeándolo:
sin dejar de presentir
pero nunca sintiendo enserio.

¡Ah, letargo inquebrantable!

No hay resplandor que agriete
tu muralla de sopores,
que se afirma en la certeza
de que, al final, vencerás.






* Enrique Ortiz.