Para arrancar lo acostumbrado
de este andar que nada entrega
(sólo comparte el vacío
que dejan sus inacciones)
Desenredame del absurdo
con alguna historia abstracta
que impresione mis sentidos
y los haga renovarse.
Que la luna se impacienta
a mi izquierda, sonriendo
con la mitad más brillante
de su cara hacia nosotros,
y no me gusta que pierda
esa alegría tan grácil
por ansiedades insípidas.
Y nada mejor que ofrendarle
los pinos con sus fragancias
acompañando al espíritu
a los más profundos sueños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario