viernes, enero 21, 2011

Luna de Cuyo.

Se derrama la luna
en el valle inmediato
escurriéndose áurea
atardeciendo irónica.

Un frío de otros tiempos
se viene a reposar
sobre nuestras palabras
que intentan ignorarlo
o, al menos, soportarlo.

¡Qué inefable marco!

El recorte cordillerano
decorando mi horizonte
salpicado por un vino
hecho de uvas y ambrosía
para brindar contra todo
lo que se quiera oponer
a esta perfecta velada
símbolo de la eternidad.

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