jueves, octubre 28, 2010

Emplazado.

¿Cuántas penas caben en una plaza?
Lágrimas secas, tristezas abrazadas
que se contienen mutuamente
esperando que el tiempo les mienta,
que venga a revelar su humor negro
y no sea real esta puñalada sombría,
tan concreta como esa plaza herida.




¿Qué sé yo?

Un momento sin tiempo,
sin espacio ni devenir,
algo completamente quieto
frío anestésico, de velorio.

La ignorancia a flor de piel,
una quietud invasiva
y esa plena incertidumbre
que queda zumbando
leve, casi imperceptible.

Y, si bien con algún soplido
de sus vientos me he volado
nunca esperé el milagro
ni mis alas son las suyas,
sin embargo, algo creía
al silbido que, al pasar,
elevaba unas sonrisas.

Entonces, es el vacío,
el agujero de su ausencia
que se impone frente a mí,
robándose este momento
dejando una estela absurda
pero también reforzando
con su presencia, una idea
un sueño, una obstinación:
no dejar que las lágrimas
apaguen el fuego legado.

martes, octubre 26, 2010

Viéndola.

Su gracia llena los días, las horas
que parecían ser elásticas
hoy menguan como la luna
en presencia de esta criatura.

Es la sonrisa del barrio
(si hasta pareciera
que los recios adoquines
se conmueven y disfrutan
con su vital energía
con su inocencia creando
todo el tiempo algo raro
quizás un juego novedoso
o imaginaciones
fuera de mi alcance)
y un entusiasmo raro
que parecía ya enterrado
y se contagia, regresa.

Hasta mira el atardecer
y lo espío por sus ojos
y lo escucho con sus orejas
y recibo algo de su paz,
de esta paz momentánea
(pero más que profunda).

Me entibian esos besos
lanzados con desparpajo,
y su olfato hiperactivo
que siempre percibe algo.

Nos miramos,
y me creo acompañado,
y con algo más de vida.

domingo, octubre 24, 2010

Reversos del pálpito.

Un ovillo de ideas
completamente enredadas.

Los sueños insoñables
que dejan eternos nudos.

El amor colateral
sus efectos secundiarios.
Sus defectos míos.
Nuestra culpa insípida.

El absorbente proceder,
el compasivo proseguir,
el intuitivo perseguir.

Las dudas sin motivo,
los sentidos aburridos.

El espíritu tan burdo
como cada nuevo ocaso.

Los destellos salvadores
y sus rebotes dramáticos.

Desoldado.

No hay pétalos sin espinas
en las rosas de este jardín
que se vuelve, a veces, monstruo
con su sombra desbordando
las almas de sinsentido.

Y los gusanos implícitos
se reproducen ansiosos
pretendiendo hoy devorarnos
sin dejar ni un resquicio
para esperanzas, para ilusiones.

Quiero el arraigo, igualmente
pero sin rendir mis alas
al deseo sedentario
de sólo aguardar un sol
imprevisible en su humor.


sábado, octubre 23, 2010

Inestable.

Un fragmento de ausencia se cuela, repentino, en la noche.
Es el lugar donde debía estar él, es ese comentario que hubiera hecho si la distancia no estuviera entre su voz y mis oídos, entre sus máscaras y mi atención.
Entonces, como la punta del iceberg, esa pequeña grieta decanta en borbotones nostálgicos que traen en su cola millones de momentos atesorados, situaciones indelebles que el tiempo añeja, y que mejoran con cada día transcurrido.
Siempre tan recurrente, ausencia. Una palabra que mete su hocico en cada rincón, esa sensación de estar olvidándose algo al salir (algo como uno mismo).
Escarbando nuevamente en el anhelo de voltear el tiempo, de cortar el retazo que sobra en el espacio entre nosotros, esa holgura del destino que tan mal ha resultado.
Sin embargo, todo es seguir, como el agua y sus corrientes, esperando la próxima primavera, o el encuentro sagrado que se avecine.

Inconclusión.

Sólo una noche de luna
llena de flores en su aura,
meciéndose con calma
hamacándose en el cielo.

Que no se apague nunca
aquella breve llama
en busca del Olimpo,
que el alba no dispare
a sangre fría su hostil
imagen del mundo hoy.

La esencia: el movimiento
que impide los letargos
parásitos del ánimo.

Hay que ventilar a la locura
y también dejarla crear
en su espacio desprovisto
de los límites que chocan
con tan amplia expresión.

Y regar el imaginario
con rocíos casi absurdos
para estirar sus alcances
para ensanchar su par de alas
hasta que nada se oponga
al sueño que hemos armado.


jueves, octubre 21, 2010

Tac-tic.

Sólo puedo prometer
cierta impuntualidad
en cada instante preciso,
deshaciendo de imprevisto
lo que parecía fatal.

Y, sin embargo, duermo
en relojes que apuntan
con sus flechas filosas
a mis oníricas burbujas.


Creer, crear, crecer.

Que no se me aje la historia
en las manos del pensamiento,
y que no se escape lo cierto
de esta mirada hambrienta
buscando en resacas de ayer
momentos que ahora encarnamos.

Mi alma será una crisálida
envuelta por varias banderas
que forme las nuevas ideas
con alas de firmes colores.

Y creer, hasta reventar.

Porque sin creer no se crea.
La apatía espiritual licua
el ánimo, los pasos mismos,
el horizonte se destiñe
y ¿dónde podemos poner algo?
¿Dónde colgar un cuadro
si las paredes que quedan
están cubiertas por el pasado?



domingo, octubre 17, 2010

A veces no se sabe.

Sólo se trata de desenredarse
aunque sea un instante, y ver
algo más allá del último suspiro,
sin alivios en las pasiones.

Florecen nubes que se atormentan
en el silencio de la soledad
cuando escarbamos un poco más
y llegamos al nervio anímico:
imposible seguir royendo
las sombras que lo rodean.

Entonces crecer es sabio
sin desprenderse del juego
sin renunciar al absurdo
sin empeñar las ideas.


sábado, octubre 16, 2010

Santa Evita.

Toda prohibición esconde una libertad tras su misterio.
Las palabras proscriptas, cuando son gritadas, se vuelven encanto para los justos.
Un cadáver que resiste a la muerte es la eternidad encarnada.
La fe de un pueblo rebalsa ampliamente las ofertas religiosas o empresariales.

jueves, octubre 14, 2010

Imagen meliflua.

Algo etéreo en mí sonríe
(un espíritu, un sentir, un pensamiento)
recordando a nuestros hilos
enredándose en el viento,
extendiéndose a nosotros
el enredo y la sonrisa.

Y me encuentro compañero
y me siento acompañado.

Hay tanto por conocer
y, sin embargo, el saber
que la ausencia es una farsa
cuando me roza tu brisa
despeja cualquier tormenta
del cielo que hoy nos asila.

Recorrer la eternidad
aferrado fuerte a un rayo
que me convida tu luz
es más de lo que pretendo
pero tampoco me quejo
de este exceso del destino.

Letras atrincheradas.

Esta guerra a voces, nuestra
(aunque sea por momentos)
defendiendo las trincheras
que la unión ha conquistado,
encarnando el viejo anhelo
de olvidados soñadores.

Hay cientos de timadores
revoloteando ignorancias
para comer de la duda
y abonar con sus sombras
los suelos verdes, que hoy
agujerean ciertos bolsillos
al darle vianda a quienes
han sembrado el territorio.

Que las manos desangradas
no se tapan con volantas,
porque una ilusión caída
renace multiplicada.


domingo, octubre 10, 2010

Poesía urgente.

Si no soy en palabras
quedo nulo de espíritu
y un vacío casi tácito
merodea mis momentos
cual sombra perseverante
que no reposa en su acoso.

Necesitan mis ansias
fluir entre los renglones
cuando surgen arrebatos
de inexplicable pasión
con urgencias creativas
(implacables premuras...)

Y ahí están los poemoides
pululando en derredor
aguardando a sus antojos
para hacerme derramar
letras como cascadas
o este gotear cansino.

jueves, octubre 07, 2010

Fénix primaveral.

Se deshoja la primavera
en un ensueño muy breve:
pasan, raudos, sus colores
a través de mis sentidos
como una flecha urgente
sin destino perceptible.

- ¡Es tan veloz esta luz!

Permanezco saboreando
los resabios de un momento
que parece inexistente.

Y ha quedado, nuevamente
ese instante desolado
tras las ansias aplacadas
(del apremio contentado).

- ¡Pero aun resta primavera!

Entonces sueño de nuevo,
y que espere la nostalgia
su turno de días grises.