(aunque sea por momentos)
defendiendo las trincheras
que la unión ha conquistado,
encarnando el viejo anhelo
de olvidados soñadores.
Hay cientos de timadores
revoloteando ignorancias
para comer de la duda
y abonar con sus sombras
los suelos verdes, que hoy
agujerean ciertos bolsillos
al darle vianda a quienes
han sembrado el territorio.
Que las manos desangradas
no se tapan con volantas,
porque una ilusión caída
renace multiplicada.
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