martes, octubre 30, 2012

Perspectiva consejera.

Que no quepa toda tu ilusión
en pequeñas cornisas firmes.

No le dejes las ganas solas
a ese lobo que anda hambriento.

Evita que Cronos acerque
sus alfileres a tus burbujas.

Empuja todos los muros
por más firmes que se muestren.

Hazte permeable al brillo
del sol como al de la luna.

No regales tus palabras
al que esconde sus oídos.

Protege tus emociones
ante habitués del olvido.

Escoge símbolos sabios
que sepan representarte.

No huyas de la tormenta
porque en ella viene el arte.

Intenta el entendimiento
aunque le pese a tus dogmas.

Despégate de tu suelo
en busca del panorama.

Hidromántico.

Avanza el agua (incontenible)
por su río improvisado:
quiere comerse a la raza
que tanto ensucia su sangre,
contaminando de lleno
la esencia y toda pureza.

Arrastra vasta muerte
cuando se la profana,
y sabe hacerse amarga
sumida en su lamento.

Tanta flor estimulada
por la que hoy, embravecida,
nos venden como enemiga
cuando sólo está enojada.

Cierta estirpe le adeuda
algunas varias disculpas,
yo le ofrezco las que tengo
y ella juega con mis pies.

Soy un bocado en sus fauces
pero ella no morderá...

Su bramido reclamante
va volviéndose murmullo:
habiendo dicho lo suyo
e inspirado a los amantes
vuelve a la gracia de antes
y con esa gracia, fluyo.


miércoles, octubre 24, 2012

Intracoronario.

Una terapia de sol y dulzura
para sanar esa noche tan dura.

Destripar la introspección
y charlar con el jardín,
descolgarse de los bits
con la tinta de colchón.

A Fibonacci cruzarse
en todas sus expresiones
¡qué vivas exposiciones
para sensibilizarse!

De pronto un susurro llega
y desde las sombras alega:

Debes ser tu propio dueño,
debes perseguir los sueños,
debes hacer lo que debes,
debes tiempo, ser pequeño.


¡No lo oigas, compañero!
Lo cierto duerme en tu alma:
allí se llega con calma,
busca bien su paradero
lleva ese amor verdadero
como brújula en tu palma.





jueves, octubre 18, 2012

De la lealtad a la eternidad.

Se oye en el sótano
un murmullo creciente,
y tiemblan los miedos
de altos cotizados.

Todos los rincones
van trayendo ecos:
viene una tormenta
atronando antiguos
pensamientos sordos
(de oídos tapados).

Se hace insoslayable
el clamor que llega
a la boca misma
de aquella escalera.

Se apagan las sombras
con una alborada
que surge de abajo,
y a su paso abraza
lo que antes fue frío
de oscuras jornadas.

Llamarada de almas
incendiando el centro
y todo lo obsoleto
del mezquino ayer.

¡Caravana heroica
de pasiones vivas!

Tu bramido místico
se resiste al tiempo,
sabe ser eterno
y sabe conquistar
(como a don Leopoldo
que eligió bajar).






miércoles, octubre 17, 2012

Recontratiempo.

¿Cuál es el peso que aploma
todas mis intenciones?

Una obsesión: la distracción.

Un sinsabor de calma muerta
decora todas las visiones.

¿Erosión de diversiones
por el rozar aguzado
y circular del alfiler?

Las próximas ilusiones
reclaman su resplandor:
comienza en el interior
un duelo de sensaciones.

Los versos se desplazan
(o, mejor dicho, se aplazan)
y me quedo sin la estética
del ánima: la poética.

Sin embargo los persigo
con un ansia imperturbable
en mi eterna distracción,
peleando a mi confusión
con letras improvisadas.

lunes, octubre 15, 2012

Deshoyendo.

Los vientos le traen nubes
al cielo algo abotagado.

Hay ruido en el silencio
que reclama la tormenta.

La mirada no está sorda
y atiende: febriculosa,
vidriada y al tanto
del vendaval incipiente.

Queda poco del presente
cada vez que lo pispeamos
entre brisas y estaciones
con desenlaces abruptos.

El comienzo se cimienta
en ínfimos interrogantes
de íntima naturaleza.

El final se decora
con alguna cereza poética
de aparente destreza ética.

miércoles, octubre 10, 2012

Reseña del recreo.

Ser jugador de los días es mucho más que bartolear el tiempo: tirar a la marchanta los momentos no es constructivo, ni inspirador, ni divertido, ni conmovedor. Sería, más bien, como poner todo de uno mismo a disposición de la próxima jugada, de la próxima bola, del próximo verso.
Un espíritu lúdico encarna sus sueños jugando a ser (que es como "ser", pero menos tenso y más intenso), entregándose a la imaginación y sus escenarios para alcanzar lo que las utopías suelen negar, con una tenacidad que escapa a la seriedad de lo posible.
También se puede apreciar en sus conductas un desapego por lo moralmente acartonado, y cierta tendencia a la demencia temporal, y a los temporales demenciales también.

martes, octubre 09, 2012

La vida y su movida.

No encuentro en esta sopa
las palabras que me faltan
pero busco sin pensarlo
y lo obvio se desprende
como una espléndida fruta
de las más altas ramas.

Es una caída baldía
si no hay red que la endulce,
y el fluir del tiempo pasa
a ser un chorrear de savia
por la cáscara arrugada
de los días que habitamos.

Arrebatos filosóficos
menos sabios que afilados
para cortar esas tanzas
que nos tiran de los hombros
como de los objetivos
(menos mal que al sentimiento
hay que moverlo por dentro
y no con control remoto).

Ver el cielo nunca es poco:
ni los colores abundan
ni el vuelo está de moda
ni los gigantes se esconden.

Pero hacer algo con eso
le da forma a lo que somos:
la masa entre las manos
las tintas en los dedos
el cuero bajo el cuero;
y el corazón a un pleno:
colorado el veintitrés.

miércoles, octubre 03, 2012

Amar al mar.

Cuando los sueños están de buenas
y sus ánimos nos contagian
se abre, verde, el panorama:
verdelicioso, verde marino,
verde de estío y de carnaval.

Es que acaricia la fina arena
el espíritu urgido de vera,
atravesando su vuelo apolíneo
un cielo sin interrupciones.

Se ensancha el corazón
con el arrullo de su oleaje
y las melódicas poesías
que Diciembre nos traerá.

Tirar botellas al mar,
después irlas a buscar
llenas de panoramas
y ausencias por rellenar.


martes, octubre 02, 2012

Bostezo cósmico.

Delirios de narcolepsia
en la previa de un diluvio
indeciso, indiferente.

Atenta sin atenuantes
contra todo el contorno.
Un colapso y los retornos
al eterno laberinto.

Los mares quieren caerse
de la cornisa celeste
arrojándonos con ellos.

Las sábanas grises
de esa altísima cama
tientan tanto a estas
tintas tontas sin tintero
que no puedo interponerme
ni internarme, ni ponerme.