Cuando los sueños están de buenas
y sus ánimos nos contagian
se abre, verde, el panorama:
verdelicioso, verde marino,
verde de estío y de carnaval.
Es que acaricia la fina arena
el espíritu urgido de vera,
atravesando su vuelo apolíneo
un cielo sin interrupciones.
Se ensancha el corazón
con el arrullo de su oleaje
y las melódicas poesías
que Diciembre nos traerá.
Tirar botellas al mar,
después irlas a buscar
llenas de panoramas
y ausencias por rellenar.
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