miércoles, octubre 24, 2012

Intracoronario.

Una terapia de sol y dulzura
para sanar esa noche tan dura.

Destripar la introspección
y charlar con el jardín,
descolgarse de los bits
con la tinta de colchón.

A Fibonacci cruzarse
en todas sus expresiones
¡qué vivas exposiciones
para sensibilizarse!

De pronto un susurro llega
y desde las sombras alega:

Debes ser tu propio dueño,
debes perseguir los sueños,
debes hacer lo que debes,
debes tiempo, ser pequeño.


¡No lo oigas, compañero!
Lo cierto duerme en tu alma:
allí se llega con calma,
busca bien su paradero
lleva ese amor verdadero
como brújula en tu palma.





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