jueves, mayo 28, 2009

La gente y las personas.

Las personas se mueven por un instinto distinto, profundo y propio, una voz interior que les sugiere caminos, reacciones, consejos.
La gente se mueve por el grito del arriero, siempre dentro del sendero ya trazado (tan trillado) y con miedo de tocar siquiera la banquina.

Las personas sueñan ilusiones originales, surgidas desde las raíces de su esencia.
La gente compra deseos que le alcanza un vendedor a la puerta de su hogar.

Las personas buscan la verdad en la experiencia, y ahondan casi sin darse cuenta en los misterios que la vida devela día tras día.
La gente se choca con la verdad cuando no tiene más remedio, y trata de ignorarla a más no poder, buscando "realidades" en un mundo cúbico inventado.

Las personas se maravillan por los milagros simples, por la belleza natural, por la magia tácita que encierra esta vida.
La gente se asombra por mediocres grandilocuencias, admira los lujos muertos de un vacío bien decorado.

Las personas se enamoran por las virtudes y se aman por los defectos, y dudan de quien se dice perfecto.
La gente se enamora de perfecciones, ama por las virtudes y duda de los defectos (salvo que hayan sido prolijamente disfrazados con botox o alta costura).

Las personas tratan de evitar el odio, y cuando las invade es por violar fibras de profunda sensibilidad.
La gente cultiva el odio vacío por contagio y obsecuencia, para ser "como la gente".

Las personas sonrien porque algo ha hecho cosquillas en su espíritu, y rebalsa por el rostro una sensación de alegría/ternura/admiración.
La gente sonríe porque es buen negocio que los demás crean en su simpatía.

Las personas disfrutan de un arte porque las conmueve lo que la obra transmite.
La gente consume arte por pertenecer a un grupo sofisticado... o a un grupo y ya.

Las personas aprenden idiomas para comunicarse con otras culturas y poder interpretar las lenguas romances de obras lejanas.
La gente aprende idiomas para cobrar en moneda extranjera o aparentar cierto status.

Las personas se juntan para aprender y compartir.
La gente se junta para darse envidia mutuamente.

Las personas extrañan a los que se van, y en su ausencia hay un vacío.
La gente espera que se vayan los otros para vaciarlos en su ausencia.

Las personas votan a quien creen mejor, para solucionar los problemas de todos.
La gente vota a quien le conviene, para que no le traiga problemas de otros.

Las personas se equivocan, y tratan de entender su error para remediarlo y evitar próximos yerros.
La gente se equivoca, y trata de buscar errores en los demás para ignorar los propios.

miércoles, mayo 27, 2009

Bola 8 de cuero.

La belleza esencial de una vida reciente: todo es milagro, sorpresa, aprendizaje.
Cada paso es un paso jamás dado, es una patita encontrándose con la novedad de existir libremente.
Los errores dulces y necesarios.
La búsqueda incesante pero sin los límites del objetivo, sin metas que acorten las ganas o ensañen las ansias.
El sueño constante.
La ternura.

martes, mayo 19, 2009

Mario.

Signore Bendito, versos ausentes,
la belleza extrañará que la llames sin su nombre,
y las letras a un amigo con izquierdo a roce.

Mis resacas de poeta lloran
por quien les dio sus primeras letras.

Gracias por enseñarme el consuelo de las palabras, esa sensación de no estar solo en la tristeza más íntima al leer de otro espíritu el mismo desgarro.

Gracias por la simpleza del sentimiento.
Gracias por las ideas hechas poesía.
Gracias por el remanso sencillo, la palabra idónea, el humor perezoso.
Gracias... por el fuego, claro.

No dejar de aprender.

Hay mucha confusión en estos caos animentales que estamos pasando.
Necesidades impuestas que ametrallan la vista, velocidades nocivas para cualquier paz que se digne, desconfianzas que se afianzan en la gente como una costumbre creciente... y entonces se nublan los horizontes, y se pierden la fe y la paciencia, porque no hay ciencia que cure esta pandemia de ver el mal en todo lo que nos rodea.
Y todo es negro (y el "negro" de los periódicos, que es un negro turbulento, sucio, hiriente, vacío, absurdo, violento; no el "negro" de la noche con su calma impenetrable).
Pero no, no es realmente así. Las cosas tienen sus causas, y eso hace que lo malo no sea tan malo realmente. Cuando algo que nos disgusta tiene su lado bueno (o práctico) cambia completamente el panorama. Tenemos que aprender a ver más allá de lo inmediato, porque las superficies siempre chocan. Las urgencias, las ansiedades, muchas veces juegan en contra nuestra, y progresar se hace sólo una carga y deja de ser el motivo de seguir.
Los dolores son lecciones, las discusiones son sabiduría en potencia.
Y para crecer necesitamos sombras y luces.

lunes, mayo 11, 2009

Demasiado humano.

Hay mucho humano obstinado en costumbres caducas,
perpetuando protocolos de absurdo origen,
entregando lo estipulado sin importar a quién se dirige,
agachando las ideas ante un papel certificado
por algún otro humano que le reza a jerarquías.

Hay mucho humano estancado en lo conocido,
sentado cómodamente en el banco del patíbulo,
cuchicheándole al verdugo las miserias de algún otro.

Hay mucho humano frustrado, engañándose a sí mismo:
va cayendo en el abismo y piensa que está volando,
y el peso de sus ahorros lo hunde mucho más raudo.

Hay mucho humano siguiendo el camino sugerido,
atrapado en los designios de un dios bastante cuadrado
que a la hora del discurso lee libros polvorientos
sin dejar al sentimiento siquiera meter bocado,
y así termina oxidado en absurdos mandamientos
que otros han proferido y él los cumple desganado.

Al cielo.

Sol.
Dios. Luz. Color. Calor. Vida.
Una plegaria: que no se nuble demasiado tiempo.
Que su cielo, que es mi cielo, llueva lo necesario para crecer.
Que el diluvio no lo ahogue, que las nubes no lo apaguen.
Así las raíces pueden expresarse en los pétalos
de las margaritas que los enamorados usan como oráculo,
o en la dulzura de las flores que se hacen aire y cielo,
o simplemente en las briznas de nuevos días.
Porque el gris es mal presagio, y prolongado se hace muerte.
Sin colores las sonrisas no se mueven de sus escondites,
sin calores la cama es una tumba voluntaria.

viernes, mayo 08, 2009

Viernes verdes.

Los viernes y el barrio se llevan bien.
Esos adoquines, siempre tan lindos, ahora se exponen mejor, están en su auge.
Y el dulce es más dulce aún, convidado de las sonrisas.
Ese nosequéquequéseyo, esas cosas que se perciben en el aire pero no se pueden describir... eso de los viernes, y a la tarde.
Quizás parecido a los jueves, o un poco a los sábados, pero con otra intensidad, algo sublime entre las cosas que se sienten.
Como el cielo, que siendo tan hermoso a veces pasa desapercibido, pero su presencia es reconfortante a un nivel inconciente.
Es el preámbulo del festejo, y a la vez el festejo, y a la vez el descanso.
Donde reposan mil esperanzas de felicidad urgente, tan lejos del lunes hostil.


Sí... los viernes y el verde se llevan bien.

jueves, mayo 07, 2009

Que gocen los ratones.

Hay un encantador que se ha formado un harem de crédulos.
Es un rebaño al que le da gracia la desgracia, y consume con lealtad toda sangre derramada, toda tristeza vertida en el río de la miseria.
Y su flautista de Hamelin los lleva como quiere por el sendero de la frivolidad: ha hecho de sus almas sencillos callos que ya no sienten más que minucias indiferentes.