viernes, mayo 08, 2009

Viernes verdes.

Los viernes y el barrio se llevan bien.
Esos adoquines, siempre tan lindos, ahora se exponen mejor, están en su auge.
Y el dulce es más dulce aún, convidado de las sonrisas.
Ese nosequéquequéseyo, esas cosas que se perciben en el aire pero no se pueden describir... eso de los viernes, y a la tarde.
Quizás parecido a los jueves, o un poco a los sábados, pero con otra intensidad, algo sublime entre las cosas que se sienten.
Como el cielo, que siendo tan hermoso a veces pasa desapercibido, pero su presencia es reconfortante a un nivel inconciente.
Es el preámbulo del festejo, y a la vez el festejo, y a la vez el descanso.
Donde reposan mil esperanzas de felicidad urgente, tan lejos del lunes hostil.


Sí... los viernes y el verde se llevan bien.

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