lunes, mayo 11, 2009

Al cielo.

Sol.
Dios. Luz. Color. Calor. Vida.
Una plegaria: que no se nuble demasiado tiempo.
Que su cielo, que es mi cielo, llueva lo necesario para crecer.
Que el diluvio no lo ahogue, que las nubes no lo apaguen.
Así las raíces pueden expresarse en los pétalos
de las margaritas que los enamorados usan como oráculo,
o en la dulzura de las flores que se hacen aire y cielo,
o simplemente en las briznas de nuevos días.
Porque el gris es mal presagio, y prolongado se hace muerte.
Sin colores las sonrisas no se mueven de sus escondites,
sin calores la cama es una tumba voluntaria.

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